El PSG le dijo a Mbappé que contaba con 500 millones para prescindir de Neymar y Messi

Fue uno de los argumentos que le ofrecieron para que renovase. Kylian señaló sólo a Neymar como el crack que debía salir, pero el PSG no pudo traspasarlo. Cuando el brasileño activó una cláusula de renovación automática el 1 de julio Mbappé entendió que su club no iba a cumplir lo prometido y estalló.

CARLOS CARPIO, Marca

Kylian Mbappé se quiere ir del PSG porque se siente engañado. En mayo renovó porque en París, además de convertirle en el futbolista mejor pagado del mundo, le prometieron una serie de cosas que no han cumplido. La primera promesa fue que pasaría a ser el líder deportivo indiscutible del proyecto. Y eso implicaba la salida de Neymar del equipo. Por eso que Mbappé se quisiera ir en julio, sólo dos meses después de haber renovado, está directamente relacionado con que el día 1 de ese mes Ney activó automáticamente una cláusula de su contrato (ampliado en 2021 cuando en el PSG pensaban que Mbappé no seguiría) por la cual se prolongaba un año más su vínculo con el PSG hasta 2027. Era la desafiante respuesta del brasileño a la intención de traspasarle que Al-Khelaifi le había comunicado unas semanas antes. No sólo no me voy, sino que amplío un año más. Aquello fue demasiado para Mbappé.

Una vez que el emir de Qatar dio la orden de que se activaran todos los recursos necesarios para conseguir que renovase, el club entró en una delirante espiral de ofrecimientos y presiones en la que participó hasta el mismísimo presidente de la República francesa, Macron. Personas cercanas al soberano qatarí le advirtieron de que darle tanto poder a un joven de 23 años supondría un error por muy buen futbolista que fuera, y le pusieron el caso de Messi y el Barcelona como ejemplo de los riesgos que implicaba para la estabilidad del club. Pero Tamim bin Hamad Al Thani no atendió a razones. En la renovación de Mbappé estaba en juego el orgullo de todo un país.

Así fue como en los primeros meses del año fueron desplegando ante Mbappé un catálogo de privilegios que le convertían de facto en la persona con mayor capacidad de decisión en materia deportiva dentro del club. Le trajeron a su confidente Luis Campos como director deportivo, le pidieron su visto bueno para el nuevo entrenador Galtier, le quitaron del vestuario a buena parte de los miembros del clan argentino... Y, sobre todo, le aseguraron que Neymar, su gran rival, no seguiría pese a que le habían renovado apenas un año antes. De hecho le aseguraron que disponían de 500 millones sólo para finiquitar los contratos de Neymar y Leo Messi en caso de que Mbappé insistiera en que debían salir. El francés no señaló a Messi como prescindible, pero sí a Neymar, del que considera que su poca profesionalidad es dañina para el equipo.

El PSG no fue capaz de echar a Neymar pese a que le ofreció durante el verano a los grandes de Europa, principalment de la Premier, pero su rendimiento y su salario (30 millones limpios) son disuasorios. Y no pudo cumplir su promesa de liquidarle el contrato porque vieron que supondría un escándalo monumental y una burla definitiva hacia el 'fair-play' financiero. Eso, unido al fichaje fallido de la primera recomendación de Mbappé en materia de refuerzos, Tchouaméni, que ya estaba comprometido con el Real Madrid, desató una situación que hoy, con Mbappé y Neymar en el mismo vestuario, parece irreconciliable. Por eso la estrella francesa tiene decidido salir para marcharse a un equipo donde sea la referencia indiscutible en vez de uno más en un trío de cracks donde su jerarquía se diluye.

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