El jefe de la Guardia Revolucionaria de Irán amenazó con más represión a los jóvenes que participan en las protestas: “No tendrán un final feliz”
El general Hossein Salami, sancionado por los EEUU, intentó intimidar a los miles de manifestantes que hace más de cinco semanas se movilizan valientemente contra el régimen para exigir libertad
“Esta sedición no tendrá un final feliz para ustedes. No arruinen su futuro”, advirtió el general.
Los Guardianes de la Revolución iraní, señalados como grupo terrorista por EEUU e Israel, nació en 1979 tras la Revolución Islámica que depuso al Sha de Persia e instauró el actual régimen teocrático dirigido por los ayatolás.
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Irán vive protestas desde la muerte el 16 de septiembre de Mahsa Amini tras ser detenida tres días antes por la Policía de la Moral por llevar mal puesto el velo islámico, unas movilizaciones protagonizadas por jóvenes en las que se pide el fin de la República Islámica.
Salami afirmó que son una conspiración de “Estados Unidos, Reino Unido, Arabia Saudita y el régimen sionista”, es decir Israel, y dijo a los jóvenes “que están siendo engañados”.
Las protestas por la muerte de Amini están protagonizadas sobre todo por jóvenes y mujeres al grito de “¡Mujer, vida, libertad!” que lanzan consignas contra el régimen y queman velos, uno de los símbolos de la República Islámica y algo impensable no hace mucho.
Las movilizaciones han ido evolucionando desde su comienzo en septiembre y en las últimas semanas estaban centradas en universidades en pequeños grupos, algo que ha cambiado en los últimos días con fuertes choques de nuevo con las fuerzas de seguridad.
Las advertencias de uno de los militares más poderosos de Irán se produjeron en el funeral de las 15 personas que murieron el miércoles en un ataque a tiros en un santuario Shahcheragh de la sureña ciudad de Shiraz.
Miles de personas participaron en la procesión funeraria que recorrió la ciudad y que lanzaron consignas contra las protestas como “Muerte a América”, “Muerte a Israel” y “Muerte a Inglaterra”.
La agencia oficial IRNA informó hoy que el atacante del mausoleo murió ayer en un hospital “a pesar de los esfuerzos para mantenerlo con vida”, tras las heridas que sufrió cuando fue arrestado.
El grupo terrorista Estado Islámico (EI) reivindicó el ataque contra el santuario, uno de los más sagrados del país.
Nuevas protestas
Mientras tanto continuaron las protestas en el país, en especial en las universidades, que han sido el foco de las movilizaciones en las últimas semanas.
En la Universidad de Teherán los estudiantes hombres y mujeres comieron juntos en los espacios abiertos del centro para protestar por la política de segregación por sexo que impera en el país, informó el diario reformista Shargh.
El editor de Shargh, Mehdi Rahmanian, salió en defensa de la periodista Nilufar Hamedi que fue de las primeras en informar del caso de Amini y ha sido acusada por ello de trabajar para la CIA por la inteligencia iraní.
“La misión del periodista es publicar informaciones y fotos. Si el periodista ha hecho eso, entonces ha hecho su trabajo”, dijo en Twitter Rahmanian.
El editor también indicó que Hamedi no fue la primera periodista en informar de la muerte de Amini ni tomó la foto que se hizo viral de la joven en la cama del hospital entubada o de los padres después abrazados.
Además de Hamedi, la inteligencia iraní también acusó a la periodista Elahe Mohammadi de estar al servicio de la CIA por cubrir el entierro de Amini.
Las dos periodistas están encarceladas y se desconocen los cargos a los que se enfrentan.
Las protestas están siendo fuertemente reprimidas por las fuerzas de seguridad y han causado al menos 108 muertos, según la ONG con sede en Oslo Iran Human Rights.
Además se ha arrestado a miles de personas, entre ellas al menos 45 periodistas y fotógrafos, según el Comité para la Protección de Periodistas.