Bolivia condenó las marchas feministas en Irán y apoyó al régimen
La embajadora en Teherán, Romina Pérez, habló de “disturbios” y no de protestas durante un encuentro con el alcalde de Tabriz, en noroeste del país
La funcionaria boliviana nada dijo de la lucha de las mujeres iraníes que hace cuatro semanas protestan de manera masiva por la muerte de Mahsa Amini, que desencadenó una ola de condenas en el mundo y una sangrienta represión.
Amini, una mujer kurda iraní de 22 años, fue detenida el 13 de septiembre por la policía de la moral en Teherán por supuestamente no respetar el estricto código de vestimenta para las mujeres en Irán, que les obliga a llevar el velo. Murió tres días después en el hospital y su muerte desencadenó protestas en el país y movimientos solidarios en todo el mundo.
Las manifestaciones, las más importantes en Irán desde las de 2019, a las que Pérez llama “disturbios”, fueron reprimidas con sangre. Lideradas por mujeres como ella y adolescentes, las protestas exigen libertad al opresivo régimen pérsa.
La embajadora hizo estas declaraciones en un encuentro con el alcalde de Tabriz que reseñó la agencia oficial del régimen Irna.
En la reunión con Yaqub Hoshiar Perés recalcó que Bolivia e Irán son “países hermanos”. “Tenemos ideas antiimperialistas y nos hemos mantenido unidos contra el imperialismo”, afirmó.
Hoshiar celebró el respaldo boliviano. “La visión antiimperialista de Bolivia es gratificante y es exactamente el mismo mensaje que el Imam Khomeini presentó hace cincuenta años”.
Y agregó: “Es muy importante el frente común formado por los pueblos contra el sionismo y el imperialismo occidental. El pensamiento sionista es un pensamiento salvaje y no reconoce ninguna religión, nacionalidad o idioma”.
El encuentro de Pérez con el alcalde iraní ocurrió luego de que los presidentes de Irán y Bolivia, Seyed Ebrahim Raisi y Luis Arce en una reunieran el 20 de septiembre pasado al margen de la 77ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas. en Nueva York.
Ese días, Raisi festejó la sintonía con Arce: “Las relaciones entre Irán y Bolivia son amistosas y en expansión y añadió que los lazos entre los dos países no son relaciones políticas ordinarias y deben desarrollarse día a día.”
Ni la embajadora Pérez ni Arce destinaron parte de sus intervenciones a la brutalidad de la represión iraní que, según la ONG Iran Human Rights, ya dejó 185 los muertos, entre ellos 19 niños.
Casi la mitad de los fallecidos fueron identificados en la localidad de Zahedán, en la provincia de Sistán y Baluchistán, donde 90 personas perdieron la vida durante una marcha celebrada el 30 de septiembre para protestar por la violación de una niña baluchí de 15 años por parte del jefe de la Policía de Chabaha.
A las víctimas de Zahedán hay que sumar otros 27 muertos en la provincia de Mazandaran, 12 en Gilan, 12 en Azerbaiyán Occidental, 8 en Kurdistán, 8 en Teherán, 7 en Kermanshah, 5 en Alborz, tres en Jorasán-Razavi, dos en Kohgiluye, Isfahán, Zanjan, Qazvin y Azerbaiyán Occidental, y una en Semnan, Ilam y Bushehr.
El último balance se publica después de que la ONG responsabilizara a las fuerzas de seguridad del asesinato de la joven Sarina Esmailzadeh, natural de Karaj, muerta a golpes el 22 de septiembre.
Las relaciones del partido de gobierno boliviano, el Movimiento al Socialismo, con el régimen iraní son muy estrechas desde el primer gobierno de Evo morales en 2006. la amistad incluyó una larga visita del ex presidente Mahmud Ahmadinejad en 2012 a territorio boliviano, y la apertura de un canal de televisión iraní, que desde entonces difunde propaganda musulmana.
Desde entonces, el MAS ha puesto en funcionamiento una “Escuela Antiimperialista” para las Fuerzas Armadas, donde los instructores son agentes llegados desde Irán, pero también de Cuba, Venezuela y ahora Rusia.
Los nexos se interrumpieron durante la presidencia interina de Jeanine Áñez pero Arce reestableción las relaciones no bien asumió su mandato en noviembre del 2020.