Verstappen, amo del ritmo en Monza; la FIA y una fecha de decisiones críticas
El neerlandés ganó el Gran Premio de Italia, que terminó con Auto de Seguridad; undécimo éxito del año, el quinto en fila, y abrió una brecha de 116 puntos con Charles Leclerc (Ferrari);
Las penalizaciones no resultan barricadas para Verstappen, que en el Gran Premio de Italia partió séptimo. En el primer giro ya marchaba tercero y en la quinta vuelta acechaba al puntero Leclerc, que había largado desde la pole, la octava en 16 carreras de la temporada. “Al final llegó, esperé mucho tiempo para estar en este podio”, confesó el neerlandés, que acumula 31 triunfos en la F.1 y 17 poles, las mismas que Leclerc, aunque el monegasco celebró cinco éxitos en su campaña. Una salida limpia, donde sortear sin sobresaltos la primera chicana era determinante, y un ritmo de carrera avasallante empujaron al campeón rumbo al festejo frente a una marea de hinchas de la Scuderia, que abuchearon durante la ceremonia de premiación: “No me van a estropear el día, solo estoy disfrutando el momento. Algunas personas, aficionados muy apasionados de un equipo, no pueden apreciar que el piloto viene a los grandes premios a ganar la carrera”, apuntó.
Las diferencias sustanciales de estrategias de carrera se enseñaron en la qualy, donde Verstappen resultó segundo, a 145 milésimas de Leclerc, aunque la mayor carga aerodinámica de Ferrari se trasladaría a una mayor degradación del neumático en la carrera. “Comprometimos la clasificación para tener un mejor auto y dio resultado. El ritmo de Max para avanzar rápidamente fue alentador”, explicó Christian Horner, el jefe de RBR. El Virtual Safety Car de la vuelta 12, por el abandono de Sebastian Vettel (Aston Martin), generó una jugada de riesgo de Ferrari en el intento desesperado de pulsear por la victoria con MadMax: Leclerc fue convocado a los pits para calzar neumáticos medios –largó con blandos–, lo que derribó la teoría de una única parada. “No sabíamos lo que iban a hacer en Red Bull. Intentamos una tanda larga y si no hacíamos una segunda detención, Max nos hubiera superado con facilidad en la pista”, afirmó el monegasco, que aceptó todas las órdenes del muro. “Teníamos mayor degradación de neumáticos y de mantener la misma estrategia que Verstappen tampoco hubiera sido la mejor”, señaló Mattia Binotto, el jefe de la Scuderia, acerca de cómo pretendieron emparejar el ritmo que señalaba el neerlandés. La apuesta a un Auto de Seguridad para modificar la ecuación tuvo efecto, aunque la demora en retirar el auto de Daniel Ricciardo (McLaren) impidió un relanzamiento y una batalla mano a mano en la pista entre Verstappen y Leclerc.
Crítico fin de semana para la FIA
La caída de la bandera a cuadros con el Auto de Seguridad en la pista, un desenlace decepcionante para el Gran Premio de Italia. También una escena que devolvió a la F.1 a la definición polémica del campeonato de 2021, entre Verstappen y Hamilton, en Abu Dabi. Las críticas para con la FIA (Federación Internacional del Automóvil) asomaron por un puñado de razones: la demora en quitar el auto de Ricciardo, el criterio particular para la conformación de la grilla en Monza y el modo en que se resolvió la carrera que consagró al francés Victor Martins –de la Academia Alpine– en Fórmula 3, al tope de la reprobación en Monza.
“Aunque se hizo todo lo posible para recuperar el auto N°3 [Ricciardo] rápidamente y reanudar la carrera, la situación se desarrolló y los comisarios [de pista] no pudieron poner el auto en neutro para empujarlo hacia la vía de escape. El incidente no fue lo suficientemente significativo como para requerir una bandera roja, por lo que la carrera terminó con el Auto de Seguridad, siguiendo los procedimientos acordados entre la FIA y todos los competidores”, fue la explicación oficial. Pero Binotto y Horner se enseñaron contrarios a las justificaciones. “Es decepcionante, como para enojarse. No entendemos por qué los autos rezagados que iban detrás del Safety Car no se desdoblaron. No había problemas de seguridad. Se debe actuar más rápido: el deporte es un espectáculo y la FIA necesita hacer mejor su trabajo”, fustigó el jefe de Ferrari. “No creo que sea bueno terminar una carrera así, había suficiente tiempo para correr”, relató Horner, en Sky Sports F1.
Cuando el auto de Ricciardo se detuvo entre las dos curvas de Lesmo restaban seis giros para el final y dos vueltas, después de que la grúa remolcó el McLaren del australiano. Por esa razón resultó extraña la demora para que los pilotos doblados recuperaran posiciones, al extremo que Valtteri Bottas (Alfa Romeo) y Yuki Tsunoda (Alpha Tauri) quedaron intercalados entre Verstappen y Leclerc.
Un día antes, la FIA demoró casi tres horas en comunicar la grilla de partida, después de enredarse con los pilotos penalizados y sancionados. “¿Alguien sabe en qué posición largo?”, preguntó, con ironía, Pierre Gasly (Alpha Tauri).
La consagración de Martins en la F.3 también estuvo rodeada de controversia, después de que la FIA tomara la decisión de no reanudar la carrera, tras la bandera roja, a causa de un accidente, cuando quedaban cinco giros. El francés marchaba tercero, se aseguraba la corona y la neutralización no lo afectó: la competencia –Franco Colapinto finalizó 13ro, tras ganar el sábado el Sprint; noveno en el campeonato en su primera experiencia– no se reinició y Martins recibió 5 segundos de sanción por exceder los límites de la pista, penalización que lo hizo retrasar el cuarto puesto, aunque no puso en riesgo la obtención del título.