Vélez sigue de resaca, perdió con Newell’s y sus hinchas cantaron contra los dirigentes

Juan Manuel García hizo el único gol; el equipo rosarino llevaba 9 años sin ganar en Liniers, donde el césped presentó un color insólito, como en la goleada sufrida frente a Flamengo

Para colmo de males, a este Vélez que va a los tumbos le ganó un rival sin entrenador permanente. La Lepra rosarina había perdido a Javier Sanguinetti en la semana. Parecía todo dado para que Roberto Sensini, un ídolo rojinegro, tomara las riendas del equipo, pero en Liniers se sentó Gustavo Tognarelli. Y consiguió la victoria gracias a un gol convertido por Juan Manuel García. El 9 de los rosarinos cabeceó un centro en el área chica, libre de marca, ante la mirada de los defensores de Vélez. Esa conquista, festejada por todo el equipo visitante, rompió una racha de 9 años sin triunfos leprosos en el Amalfitani (la última victoria había sido en el Torneo Final 2013, por 3-1).

Lo mejor de la victoria de Newell’s ante Vélez

Vélez tuvo algunas jugadas, pero le faltó contundencia. Y cuando se plantó con chances ante el arco rival, sus delanteros (los Lucas, Janson y Pratto) no pudieron con la resistencia de Lautaro Morales, el arquero formado en Lanús que se fue al Parque Independencia en busca de minutos. Los tiene, y los justifica. Hubo reproches de los hinchas locales a algunos jugadores, sobre todo aquellos que llegaron para este campeonato. La gente no criticó a los juveniles promovidos, que son el futuro del club, sino a los refuerzos que, hasta ahora, están en deuda.

La bronca continuó afuera del estadio, donde la policía tuvo que hacer un cordón para evitar que la situación se complicara. “Vélez va a salir campeón...Vélez va a salir campeón...el día que se vayan todos los h...de p...de la comisión”, cantaron los hinchas, enojados por la campaña del equipo. Estar entre los cuatro mejores de América no calma a la hinchada velezana, que ve cómo el rendimiento de sus jugadores cae en picada, así como la posición en la tabla. Más allá de lo que ocurra en la Libertadores, lo único que le queda al Fortín es la Copa Argentina (juega el jueves 15 con Independiente).

Párrafo aparte para el campo de juego del José Amalfitani, que volvió a tener el color sepia que exhibió en la semana ante Flamengo. Atrás quedaron las postales de ese césped cuyo verde era la envidia de todo el fútbol argentino y el canchero de Liniers era hombre de consulta del resto de los clubes. Llamativamente, ninguna de las preguntas que respondió el Cacique Medina en la conferencia de prensa se refirió al estado del campo de juego.

Pese a las señales negativas que muestra el equipo, el entrenador uruguayo no se dio por vencido. Habló del “convencimiento” en el trabajo realizado que tienen los futbolistas, no descartó un cambio de esquema táctico (hasta acá utilizó un 4-2-4 que a veces muta a un 4-2-3-1), y asumió la responsabilidad por el momento del equipo. También aventuró que en Brasil Vélez “hará un muy buen partido” ante Flamengo. En ningún momento habló de renuncia ni de dar un paso al costado, más allá de que los resultados, hasta ahora, no aparecen.

Lucas Pratto intenta dominar la pelota durante el partido que Vélez perdió con Newell's, por la Liga Profesional
Lucas Pratto intenta dominar la pelota durante el partido que Vélez perdió con Newell's, por la Liga Profesional Fotobaires

En el vestuario rosarino, en cambio, el semblante era completamente distinto. “Este club es mi casa y estoy muy emocionado por lo vivido hoy y por dar una mano. Es una alegría inmensa. Pero Newell’s se tiene que tomar su tiempo, traer un técnico y proyectarlo”, dijo Tognarelli, el entrenador interino, citado por la agencia Télam. Y añadió: “Armamos un equipo con buen pie y con intenciones de salir a jugarlo. Vélez en un principio iba a poner un equipo alternativo pero después jugaron los titulares. Por eso fue más motivante y el triunfo vale el doble”.

Allí está lo más preocupante para la gente de Vélez. Pese a haber jugado en la semana (y perdido por goleada), Medina eligió a los titulares para intentar sumar puntos en el torneo local. Enfrente había un equipo que llegaba sin su entrenador y con casi una década sin victorias. Vélez ni pudo ni supo cómo hacer para prevalecer en el partido. Encima, lo terminó perdiendo. Y ganó en preocupación.

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