Una final frente a una roca

España se la juega frente a Portugal en un estadio construido en una cantera; Cristiano y Morata, duelo de nueves. Es probable que Asensio ocupe la banda y también podría ser titular Rodri.

Héctor Martínez
AS
Hay estadios en los que es un placer jugar al fútbol y el Municipal de Braga es uno de ellos. Construido en una cantera que sirve de fondo a una de sus porterías, será allí donde España se juegue frente a Portugal el ser o no ser en la Nations League. Solo vale ganar para estar en la Final Four. Sin más. Un duelo con aroma a Mundial entre dos selecciones que se conocen tanto que hasta me atrevería a decir que Fernando Santos y Luis Enrique podrían dirigir al rival (sigue el partido en directo en As.com).



La Selección llega a Braga con el pie cambiado, pues la lógica apuntaba hace solo una semana a que lo haría como líder de grupo. Sin embargo, el traspié ante Suiza ha alterado la hoja de ruta. Ese 1-2 ha abierto debates que nunca se han acabado de cerrar, como el de la falta de gol o la fragilidad defensiva. El asunto del balón parado, suerte del fútbol en la que llegaron los tantos de Akanji y Eric Garcia (p.p.), ha sido otro fijo en el menú periodístico. “Da igual lo que diga, de verdad”, contestó Luis Enrique cuando ayer se le pusieron sobre la mesa algunos de estos asuntos. Lo cierto es que el asturiano se mostró distendido, divertido en ocasiones, pero sobre todo tremendamente motivado ante un choque de altura como el de Portugal. Tiene claro que lo importante será llevar al rival a nuestro terreno, que no es otro que el de la posesión. En ese apartado, los números son reveladores. Según Opta, España es la selección con el promedio de posesión más alto en la presente Liga de Naciones: un 71,4%. También lo fue en la anterior edición, la que nos llevó a la Final Four, con un 67,3%. Pero hay ocasiones en que esas cifras no se traducen en lo que verdaderamente cuenta, que es el gol. Hay otra estadística que también refleja la falta de punch de La Roja: el equipo ha completado 55 recuperaciones en zona alta (ese término se utilizó toda la vida, no es que saquemos ahora el violín por la terminología del nuevo fútbol...) en esta Nations League, pero solo Liechtenstein ha rematado menos tras esas acciones: una por las dos de los pupilos de Luis Enrique.

Mucha igualdad

Son números, números que ayudan a leer los partidos, pero que en ocasiones se convierten en papel mojado pues el que manda es el balón y a veces es caprichoso. Lo que parece entrar en cualquier guion es que el Portugal-España será tremendamente competido. Desde el Mundial 2018, ambas selecciones se han enfrentado cuatro veces y todas ellas acabaron en empate: del más antiguo al más reciente, 3-3, 0-0, 0-0 y 1-1. La historia nos dice que La Roja lleva sin ganar a domicilio frente a los lusos desde hace 19 años. Ha llovido mucho, han cambiado tantas cosas en nuestro fútbol, como por ejemplo dos títulos europeos y uno mundial, pero solo algo continúa: Joaquín. Él marcó uno de los goles españoles (0-3), los otros fueron obra de Etxeberria y Tristán.

Hoy no está Joaquín y es probable que Asensio ocupe su banda con la presumible entrada como nueve de Morata. El seleccionador quizá recurra a más acero en la media, con Rodri como posible apuesta, frente a un adversario que desborda físico y talento. Bernardo Silva, Diogo Jota y Cristiano se antojan como el tridente ofensivo de Santos, que tiene la inmensa suerte de contar con Cancelo, Bruno Fernandes, Leão, João Félix... Dichoso dilema el suyo y el de Luis Enrique. Puro arte en un arte puro como ese estadio que le valió a Eduardo Souto de Moura el premio Pritzker, el Nobel de la arquitectura.

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