Santiago Peña, precandidato a presidente de Paraguay: “Mario Abdo utilizó todas las herramientas para perseguir a sus adversarios”
Ex ministro de Economía de Horacio Cartes, el aspirante del Partido Colorado dialogó con Infobae sobre su plan de Gobierno, las acusaciones de EEUU contra el vicepresidente y el propio Cartes por corrupción y su mirada de América Latina
Durante una visita a la Argentina, donde además de reunirse con funcionarios políticos mantuvo encuentros con la comunidad paraguaya, el joven aspirante a la presidencia, de 43 años, dialogó con Infobae sobre su plan de Gobierno, la crisis política que atravesó el país tras las acusaciones de corrupción de Estados Unidos contra Cartes y el actual vicepresidente Hugo Velázquez, y su mirada sobre América Latina, el Mercosur y la influencia china en la región.
Al ser consultado por las acusaciones contra el ex jefe de Estado, quien en las próximas elecciones buscará presidir el Partido Colorado, Peña sostuvo que durante su gestión (2013-2018) “la transparencia y la buena gestión” fueron “una bandera importante”.
Sobre el vicepresidente Velázquez, en cambio, consideró que provocó “un daño reputacional a la imagen del país”. En esa línea, también apuntó con dureza contra el presidente Mario Abdo Benítez: “Este gobierno ha utilizado todas las herramientas que están a su alcance -legales y algunas que no son legales- para perseguir políticamente a sus adversarios”.
-Me gustaría empezar hablando de su extensa carrera, pese a su corta edad.
-Me inicio muy joven como economista trabajando en el área de Investigación Económica del Banco Central del Paraguay, donde estuve cerca de una década. En el medio fui a hacer una especialización a la Universidad Columbia en Nueva York. Renuncié al Banco Central y fui a trabajar a Washington al Fondo Monetario Internacional. Recorría países de África, donde asesoraba a diferentes gobiernos, ministerios de Economía, bancos centrales, en las mejores prácticas de manejo macroeconómico. En esos años me generaba un gran impacto el gran potencial que yo veía para mi país desde afuera. Unos años después vuelvo al Paraguay ya como director del Banco Central, estuve ahí trabajando en diferentes temas: inclusión financiera, prevención de lavado activos, por supuesto también manejo macroeconómico… Pero siempre con la sensación de que se podía hacer algo más. Años después me voy como ministro de Economía, y ya con la posibilidad de hacer mucho más en diferentes áreas. Desplegamos una agenda de reformas muy importante: cambios de leyes bancarias financieras, un manejo financiero muy responsable, y también con la sensación de que se podía hacer más. Ese hacer más implicaba ya tomar la decisión de bajar a la arena política en el campo electoral. Fue lo que me llevó hace unos cinco años a ser precandidato en las primarias de mi partido [el Partido Colorado] enfrentando al actual presidente de la República Mario Abdo Benítez, empezando prácticamente sin ningún conocimiento por parte del electorado de mi candidatura, pero terminando con 43% de los votos. Entusiasmó el mensaje de mejorar la política pública, de también generar cambios desde la política en general; era posible aún para una persona muy joven como lo era yo. Hoy me encuentro nuevamente en esta misma situación que estaba cinco años atrás, recorriendo el país y la región, llevando la voz del Paraguay. Un país que ha venido avanzando, no podemos desconocer los avances que ha tenido Paraguay, pero estamos convencidos que puede todavía dar muchísimo más para el país y para los paraguayos.
-En estos cinco años pasó una pandemia, hoy hay una guerra que trae consecuencias a nivel global. ¿Cómo está hoy Paraguay y qué valoración hace del gobierno de Abdo Benítez?
-La economía de un país la podemos comparar de alguna manera con la economía de una empresa o la economía de una familia. Uno tiene la casa, la oportunidad de trabajar, pero después depende de la voluntad para hacer el trabajo que hay que hacer. La economía paraguaya sigue siendo una economía muy sólida, con fundamentos sólidos, buena macroeconomía, inflación baja y estable, deuda pública baja, pero el problema que hemos sufrido en los últimos cuatro años ha sido un problema de gestión muy grande. Y lo digo yo que trabajé después de haber perdido las primarias con Mario Abdo para que gane, y a lo largo de estos cuatro años hemos apoyado todos los pedidos en el ámbito parlamentario. Pero han habido serios problemas de corrupción, problemas de gestión, y eso obviamente ha hecho que la economía deje de crecer. De venir creciendo a un promedio de 5% entre el 2013 y el 2018, en los últimos cuatro años dejó de crecer y eso tuvo consecuencias en el ámbito social, por supuesto los indicadores de pobreza han aumentado, y la sensación que hay sobre el ritmo de la economía es muy negativa. Hay un problema de confianza también, y ya todos esperando que este periodo de gobierno termine y el próximo pueda ofrecer una luz y una esperanza de que el futuro puede ser mejor.
-¿Cómo logró Paraguay mantener una economía estable, mientras otros países de la región padecen altos índices de inflación?
-Ha sido una conquista de la sociedad. Nosotros no podemos desconocer que la estabilidad monetaria tiene ya 80 años, no es una cuestión de los últimos cinco o diez o quince años. Pero obviamente esto se ha ido perfeccionando, se ha ido fortaleciendo y la sociedad en su conjunto valora. Cuando hablamos de la sociedad, hablamos de la clase política, del empresariado, también de aquellos que han ejercido cargos. A mí me tocó ser el director del Banco Central. Como funcionario del área de investigación económica también desarrollamos todo el esquema de metas de inflación desde el año 2000 y se implementó finalmente el año 2011 con mucho éxito a lo largo de estos años. Hoy cuestionamos algunas decisiones del Banco Central, que llevaron la inflación al cerca del 11% anual, para un país que venía con una inflación del 4-4,5%. Entonces hoy no solamente en materia macroeconómica ganamos el partido contra la inflación y el déficit fiscal, sino que también queremos jugar lindo, haciendo un paralelismo con el fútbol. Queremos no solamente ser un país con una macro estable, sino tener la mejor macroeconomía, con una base sólida sobre la cual después se construye una economía mucho más desarrollada. La estabilidad macroeconómica es una condición necesaria pero no suficiente. Paraguay ha generado avances: una reducción de la pobreza al 50% que teníamos en el año 2012 al 25 que es donde estamos hoy. Pero Paraguay no tiene ninguna razón para que haya gente que no pueda completar un plato de comida; un país que tiene la riqueza en tierra, la producción de alimentos… No debería haber pobres. Tenemos que trabajar de manera decidida, para lo cual tenemos que enfocarnos aparte de la estabilidad macroeconómica, cuidarla y preservarla, también en otros elementos que están más vinculado al capital humano: la salud y la educación, como eje centrales de un aumento en la productividad.
-¿Esos serían sus pilares de campaña?
-La visión que yo tengo del Paraguay es un Paraguay donde no haya pobreza, donde haya crecimiento económico inclusivo, porque no sirve de nada un crecimiento económico que le beneficie solamente a un pequeño sector en la sociedad, el crecimiento económico le tiene que beneficiar a todos. Y un tercer eje que implique una inserción de Paraguay en el mundo. Paraguay ha sido históricamente un país aislado del mundo, y nuestra política ya en el período de gobierno pasado ha sido claramente la inserción de Paraguay en el mundo porque entendemos que en la medida que Paraguay sea conocido por los mercados internacionales va a haber una atracción de inversiones muy importantes y esa atracción de inversión le va a generar empleo. Nosotros creemos que la mejor política social es la generación de empleo, y esa generación de empleo de alguna manera le aliviana la carga al sector público al momento de la atención sobre los sectores más vulnerables.
-Recién usted mencionaba que durante esta gestión hubo ciertos hechos de corrupción, y hace algunas semanas vimos las acusaciones de Estados Unidos al vicepresidente. También se lo ha implicado en su momento al ex presidente Cartes. ¿Qué consideración tiene al respecto, y cómo impacta esto en el Partido Colorado en el marco de la campaña?
-Creo que a nivel electoral no genera impacto. De mi evaluación caminando la calle, que creo que es siempre la temperatura más importante, no tiene un impacto. La gente está muy preocupada por el aumento de precios de la canasta básica, principalmente alimentos; a la gente le preocupa la falta de empleo, la inseguridad. Esos son los problemas reales que hoy la gente siente. Creo que sí hay un impacto en la imagen del país. Estamos hablando de un ex presidente de la República; un ex presidente que ha hecho de la transparencia y la buena gestión una bandera importante, y la cual yo estoy totalmente convencido que así fue. Y la otra persona es un vicepresidente en ejercicio. O sea, no estamos hablando de una figura política de la periferia; una figura central de la política paraguaya, el actual compañero en el Poder Ejecutivo del Presidente de la República y obviamente una persona que había sido históricamente muy cuestionada, con una trayectoria política con varias manchas. Pero no deja de ser un vicepresidente en ejercicio, y era hasta hace pocas semanas candidato a Presidente de la República. Creo que genera un daño reputacional a la imagen del país, a la cual nosotros vamos a tener que encargarnos también de revertir esa imagen porque creo que no es la imagen real del Paraguay. Por supuesto que en Paraguay hay corrupción, y en este gobierno ha crecido de manera tremenda, pero la imagen que se quiere proyectar muchas veces de Paraguay dista mucho de la realidad.
-¿Considera que se gestionó mal el caso del vicepresidente, quien primero renunció y luego dio marcha atrás con esa decisión?
-Yo tengo una posición muy crítica sobre este gobierno. Creo que este gobierno ha utilizado todas las herramientas que están a su alcance -legales y algunas que no son legales- para perseguir políticamente a sus adversarios. Todos sabemos del enfrentamiento con nuestro espacio político, el movimiento Honor Colorado, y por supuesto el ex presidente Horacio Cartes como líder de ese movimiento. El Gobierno ha atacado con todas las herramientas a lo largo de los últimos cuatro años, y en el caso hoy del vicepresidente de la República sabemos que hay una relación muy tirante con el actual presidente, Mario Abdo Benítez. En el campo de la especulación hay de todo, inclusive la posibilidad que el mismo Mario Abdo Benítez haya promovido este tipo de medidas en contra de sus adversarios políticos.
-Recientemente tuvo lugar el caso del avión iraní, que implicó a varios países, entre ellos Paraguay, y también involucró a Cartes y al vicepresidente Velázquez. ¿Qué opinión tiene sobre este caso?
-Yo creo que esto ha sido también utilizado en gran medida para atacar a los adversarios políticos. En el caso del ex presidente Cartes tratar de vincularlo a él, los abogados han dado todas las aclaraciones y todas las desvinculaciones sobre este caso. Aparte estamos hablando de un avión iraní, donde hay fuertes vínculos con grupos en contra del Estado Israel, algo que para nosotros, en nuestro espacio político, es totalmente inconcebible. Nosotros fuimos el gobierno que mudó la embajada de Paraguay a Jerusalén, uno de los pocos países en el mundo. Y mantenemos hasta el día de hoy una relación muy estrecha con el Estado de Israel. En ese sentido es muy claro que de nuestro lado no hay ninguna vinculación con el avión iraní ni con los tripulantes, y lo que nosotros le pedimos siempre al gobierno es que explique cómo el avión aterrizó en Paraguay y la tripulación, que en principio iba a estar al menos unas horas, se quedó finalmente tres días. Hasta ahora no sabemos qué hicieron, ni con quién se reunieron. Todavía hay muchas preguntas por responder, pero esas respuestas las tiene que dar principalmente el gobierno de Mario Abdo.
-Usted mencionaba antes el tema de la seguridad. En los últimos tiempos hubo un aumento de narcotraficantes y criminales brasileños que se infiltraron en Paraguay. ¿Genera preocupación esta situación?
-Preocupa muchísimo porque también nosotros entendemos que a lo largo de estos últimos cuatro años desde la misma estructura del gobierno se han permitido ciertas libertades que han hecho incrementar el comercio ilegal de sustancias hacia el Paraguay. Hace unos días estaba saltando una decisión del Poder Ejecutivo que había eliminado una unidad dentro de la agencia antinarcóticos, que estaba justamente encargada de los controles en ruta y puertos. La evidencia hoy nos demuestra que en los últimos cuatro años se han dado las mayores incautaciones de cocaína, pero no en Paraguay, sino en los puertos de Europa que habían salido de los puertos de Paraguay. Lastimosamente hoy estamos encontrando la evidencia de lo que nuestras suposiciones nos indicaban, que estas estructuras delictivas habrían permeado la estructura del gobierno de Mario Abdo Benítez, principalmente en la agencia antinarcótico y luego en el Ministerio del Interior que, de hecho, el ministro del Interior de Abdo fue destituido por sus vínculos con grupos narcotraficantes. Es una preocupación enorme y es claramente un área en la cual estamos decididos a revertir muy rápidamente.
-Hablando un poco del panorama regional, ¿cuál es su mirada sobre América Latina ante los cambios de gobiernos que ha habido en los últimos tiempos? ¿Y qué relación buscaría tener con los países de la región, en caso de llegar al Gobierno?
-Paraguay cree firmemente que no se pueden ideologizar las relaciones diplomáticas, las relaciones comerciales, las relaciones económicas. Si miramos desde la incursión de Hugo Chávez, allá en la década de los 2000, ya hay bastante experiencia en América Latina, lo que ha ocurrido en Venezuela, en Brasil, Argentina, Colombia, Perú… Hoy nos lleva a indicar que cada país es soberano de elegir a sus autoridades, estamos viendo que hay elecciones libres, pero obviamente podemos compartir o no compartir la visión que tiene cada uno de estos presidentes, pero nosotros como nación tenemos que promover una integración. A mí me ha tocado como ministro de Economía tener que interactuar con gobiernos de diferentes inclinaciones ideológicas, pero Paraguay siempre mantuvo una excelente relación con Bolivia, con Brasil, con Argentina, con Uruguay… Yo creo que eso debería ser parte de la nueva discusión en América Latina: un proceso de integración en una región que no está integrada. Si nosotros miramos, comparamos América Latina con Asia, por ejemplo, vemos que Asia absorbe mucho mejor los impactos de una economía global inestable. Lo pueden hacer porque están mucho más integrados que América Latina. Una integración física, comercial, económica, todavía tenemos muchas prácticas proteccionistas… La pandemia ha dejado secuelas todavía que están teniendo un impacto tremendo. Las economías se cerraron todavía más. El caso de Argentina tiene una historia ya muy larga de una economía muy proteccionista, lo mismo pasa en Brasil. Así que creo que países como Paraguay, que tiene una fuerte vocación integracionista, tenemos que ser más protagonistas en ese diálogo. Me ha tocado en los últimos días hablar con diferentes actores políticos de la Argentina en estos términos de la importancia para el Paraguay de que la Argentina funcione bien, de la importancia para Paraguay que el bloque de Mercosur… Miramos con preocupación de repente un Uruguay que decide negociar sin el bloque, solamente ellos empezando una negociación con China continental. Creo que siempre vamos a ser mucho más fuertes como bloque, pero también tenemos que pedirle a los grandes socios que son Brasil y Argentina que puedan acompañar estas iniciativas.