Qué reveló el lenguaje corporal de Kate Middleton y Meghan Markle en su reencuentro en Londres
Judi James, una de las mayores expertas televisivas de Gran Bretaña en comunicación no verbal, analizó la primera aparición juntos desde 2020 de William y Harry con sus mujeres en las afueras del castillo de Windsor
Sin embargo, el lenguaje corporal y los gestos demuestran una relación tensa y en el caso de la nueva princesa de Gales, inexistente especialmente con su cuñada. “Este ‘reencuentro’ parecía un gesto intencionado más que una señal de que los Fab Four estaban de alguna manera de vuelta”, afirmó en declaraciones a The Sun la experta en lenguaje corporal Judi James.
“La historia del lenguaje corporal que subrayó esta aparición sugirió poco más que un deseo de hacer lo correcto y adulto para respetar tanto a su abuela como a su padre, el nuevo Rey”, añadió James, una de las mayores expertas televisivas de Gran Bretaña en lenguaje no verbal, conducta social, imagen, cultura del lugar de trabajo y habilidades de comunicación.
Los momentos reveladores de Kate
Para James, Kate dejó muy claro lo que siente por Meghan, desde el momento en que los cuatro llegaron en el mismo coche. “Kate salió del coche y cerró la puerta ella misma, saliendo a zancadas y dejando a Meghan a su paso. No hubo contacto visual entre ellas y Meghan hizo una pausa y se quedó atrás mientras Kate se apresuró a unirse a los hermanos y saludar a su anfitrión”.
Y la cosa tampoco mejoró al final del paseo. “Cuando los cuatro estaban cara a cara al final del paseo, tanto Meghan como Kate se mordieron los labios en lugar de sonreírse entre sí y a sus maridos”, aseveró la especialista.
“Kate se retiró tanto -continuó- que William extendió un brazo para tirar de ella hacia Harry y Meghan para la pose final de la alineación. Ella se fue rápidamente después, abriendo su propia puerta del coche e ingresando mientras Harry se apresuraba a abrir la de Meghan para ella”.
William en control
Como Kate parecía “reacia” a estar allí, según Judi, le tocó a William dirigirla para que se uniera a la muestra de unidad. Comparativamente, Kate asumió ese papel en el funeral del príncipe Felipe, empujando a su marido para que mostrara un frente unido con Harry.
Estaba claro, por la postura extendida de William y su forma de caminar segura y decidida, así como por sus rituales de liderazgo de señalar las cosas a los demás y dirigir y coreografiar el cuarteto, que este comportamiento de “declaración” fue idea suya”, según la experta.
Aparte del portazo de Kate, James sostuvo que hubo muchos otros momentos reveladores de la llegada de los “cuatro fantásticos”, indicando que los hermanos Harry y William -que no han hablado en mucho tiempo- se sintieron muy incómodos.
“William y Harry salieron del coche para estar juntos, aunque de forma incómoda, con un apretón de corbatas en espejo que sugería una incomodidad mutua y una posible ansiedad. Sin embargo, hubo un intento de intercambio de palabras”, detalló.
Y agregó: “Una de las cosas que los hermanos siguen haciendo es reflejar el lenguaje corporal del otro, lo que sugiere que los fuertes lazos siguen estando ahí debajo de toda la amargura y las desavenencias”.
Fue William quien extendió un brazo para acercar a Meghan e incluirla en el grupo, pero ella seguía mucho más alejada de Kate, que “avanzaba con fuerza, concentrándose en el trabajo que tenía entre manos más que en Meghan y Harry”.
La incomodidad de Meghan y Harry
Judi remarcó que Meghan y Harry se sintieron muy incómodos durante todo el paseo, y que hubo algunos gestos diferentes que ambos hicieron para tranquilizar al otro.
Cuando ella estaba alejada de los otros tres, a medida que iban llegando, Harry se acercó a ella y le rodeó la cintura con el brazo y le rozó la espalda con el pulgar. Más tarde, Meghan estuvo dando masajes en la espalda y “abrazos parciales” a Harry.
“Incluso su apretón de manos incluía el pulgar de Meghan frotando la mano de Harry como una señal aún más enfática de comodidad y tranquilidad”, añadió.
Pero no todo fue pesimismo para los cuatro en Windsor. Hubo algunos momentos junto a los homenajes florales a la Reina en los que Kate habló con Harry y Meghan, e intercambiaron algún contacto visual.
Sin embargo, la especialista señaló que estaba “muy lejos de los días como su paseo de Navidad a la iglesia, cuando Kate estaba feliz de acercarse a Meghan con sonrisas y charlas amistosas y risas para tratar de borrar los rumores de cualquier desavenencia”.
Cómo se gestó la aparición
Con el paso de las horas, comenzaron a salir a la luz los detalles que posibilitaron el reencuentro. Es que el histórico paseo conjunto entre William, Kate, Harry y Meghan se concretó tras una larga negociación. De hecho, hasta último momento parecía que no iba a materializarse.
¿Pero cómo se gestó el reencuentro? Según detalló un portavoz del Palacio de Kensington, fue el Príncipe de Gales quien invitó a su hermano y a su esposa. “Le extendió un ramo de olivo para detener la guerra”, aseguran en los medios británicos.
Pero llegar a ese tan esperado paseo no fue sencillo. Según The Times, se requirieron largas negociaciones previas. “El Príncipe de Gales invitó al Duque y a la Duquesa de Sussex a unirse a él y a la Princesa de Gales porque pensó que era una importante muestra de unidad para la Reina en un momento increíblemente difícil para la familia”.
Horas antes, el nuevo monarca había dado el primer golpe de mesa, al exigirle a sus hijos que estuvieran junto a él en el Palacio de Balmoral, para despedir a la reina. Con el mandato de Carlos en la mente, William tomó la iniciativa y pidió a sus colaboradores que iniciaran las tratativas con su díscolo hermano.
Los Sussex no estaban seguros de dar el paso y se tomaron su tiempo para decidirlo. La invitación -como todo en la agenda real- tenía horario pautado pero Harry y Meghan no lo respetaron. Los Sussex jugaron al suspenso y demoraron su llegada 45 minutos.
Finalmente, las dos parejas dieron un paseo de 40 minutos para ver el mar de ofrendas florales colocadas ante las puertas de la finca real en honor a la monarca.
Los expertos predicen que el momento podría suponer un punto de inflexión en la desgastada relación entre los Gales y los Sussex, que han estado enfrentados tras una serie de exclusivas entrevistas de Harry y Meghan en la televisión norteamericana.
Así, la muerte de Isabel II podría lograr lo que no estaba en agendas... Es que a pesar de estar alojados en Frogmore Cottage, a sólo 700 metros de la residencia de William y Kate, hasta la muerte de la soberana no tenían planeado verse.