¿Por qué la Guardia Real inglesa usa esos sombreros?

El uniforme de la Guardia Real no fue diseñado por ser estética, sino por una función práctica entonces, ya que fueron ideados como instrumento de batalla durante el siglo XIX.

Laura Martin Sanjuan
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No hay turista que viaje a Londres y no se haga una fotografía con algún soldado de la Guardia Real en el Palacio de Buckingham. Impertérritos a lo que suceda, llueva o truene, haga sol o esté nublado.

La Guardia Real de Carlos III de Inglaterra tienen uno de los uniformes más característicos del mundo. Y no se hicieron así por tener una función estética, sino práctica, aunque estemos hablando del siglo XIX.

Así viste la Guardia Real

Los miembros de la Guardia Real utilizan sombreros altos y muy llamativos, algo que se pensó para que la infantería en los enfrentamientos en las diferentes batallas les hiciera parecer más temibles y altos.

Estos mismos sombreros se usaron ya en las guerras napoleónicas y la Guardia Imperial de Napoleón también llegó a llevarlos. Se llaman sombreros de ‘piel de oso’, porque realmente están fabricados con piel de osos negros canadienses. Suelen pesar casi un kilo.

Estos sombreros deben medir más de 45 centímetros de altura y son conocidos como bearskins. Un dato que para un amante de la ecología y el cuidado del medio ambiente como Carlos III, es posible que se modifique.

El color rojo de los uniformes se debe a que el tinte era más barato, además de que al ser uniformes de batalla, la sangre se notaba menos en ese color.

Los soldados tienen permitido gritar “abran camino para los guardias de la reina” en caso de que haya turistas delante de ellos. Si aun así, las personas no atienden o entienden la orden, tienen autorización de empujar a la gente. Si algún turista actúa de manera agresiva hacia ellos, pueden apuntarles con su rifle.

La ceremonia conocida como el cambio de guardia tiene lugar fuera del edificio del palacio pero dentro de sus puertas. Así que se puede ver el relevo de la guardia sin pagar entrada a partir de 10.30 de la mañana todos los días. El jueves, día que falleció la reina Isabel II, se canceló.

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