Leão guía al Milan

El delantero portugués fue el mejor de su equipo en la victoria ante el Dinamo Zagreb. Giroud, Saelemaekers y Pobega anotaron los goles rossoneri.

Ignacio Camacho
As
El sapo volvió a serlo tras haber disfrutado una semana transformado en príncipe. Esta vez, el Dinamo Zagreb, que ganó al Chelsea en la primera jornada, no pudo sorprender a un Milan que fue superior en San Siro (3-1) y que recupera las buenas sensaciones tras una semana en la que dejó dudas ante Salzburgo y Sampdoria.

Cada equipo asumió el rol esperado desde el inicio. El Milan dominó la pelota y el Dinamo, fiel al guion, juntó sus líneas defensivas con la esperanza de conceder poco y esperar mucho. Y es que para el equipo croata, tener la iniciativa era un peligro. En su única posesión larga en campo contrario, Brahim aprovechó un mal control de Ljubicic para robar el balón y lanzar rápidamente al espacio a Leão, que partió desde su campo y condujo la pelota 30 metros sin oposición, pero el portugués estuvo lento al cargar la pierna y Peric llegó a tiempo para apagar el fuego a tiempo y desviar a córner. En cambio, sin la posesión, el campeón croata se mantuvo ordenado y solo sufrió con los disparos lejanos. Los de Saelemaekers Giroud, Tonali y Brahim fueron los que estuvieron más cerca del gol. De vez en cuando el Dinamo asomó los dientes, o mejor dicho, su colmillo izquierdo, Orsic, pero mordió roca con Maignan, que se mostró seguro. Si el portero del Milan fuera titular antes que Lloris en el Mundial, nadie se rasgaría las vestiduras.

El muro del Dinamo aguantó firme hasta que en el 44′ Leão encontró una brecha. El portugués, insistente todo el encuentro, se disponía a controlar la pelota en el área cuando fue derribado sin dísimulo por Sutalo. Penalti. Giroud engañó a Livakovic y al descanso se llegó con una ventaja mínima pero justa para el conjunto local.

Dijera lo que dijera Cacic a los suyos, de poco sirvió. Al minuto de comenzar la segunda parte Leão volvió a encontrar la grieta, pidió la pelota en la zona izquierda del área, encaró a su par, se fue por potencia y velocidad y centró para que Saelemaekers hiciera el 2-0 de cabeza. Por suerte para el técnico croata, Orsic puso su plan de nuevo en activo al recortar distancias en el 55′ tras una pared en el área con Petkovic.

Adelantó la línea de presión el Dinamo y empezó a tener más control del balón. Se estancó el partido en el medio y ninguno de los dos equipos parecía querer arriesgar por miedo a un contragolpe. Pioli, viendo que el partido se le atascaba por el medio, quitó talento y metió músculo. Pobega por Tonali. El cambio le salió bien, no solo porque el Milan empezó a empujar con fuerza y arrinconar al Dinamo, sino porque fue el autor del 3-1. Un pase atrás de Theo Hernández desde línea de fondo encontró al centrocampista italiano, que llegaba desde atrás con potencia y que golpeó con violencia el balón, que tocó en el larguero antes de adentrarse en la portería y cerrar el partido.

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