Las fuerzas rusas huyen mientras Ucrania realiza una ofensiva relámpago hacia el este
Miles de tropas rusas se retiraron ante el vertiginoso avance de los soldados de Kiev en la región de Kharkiv empujados por los crecientes suministros de armas de Estados Unidos y sus aliados. “Esto es el resultado de los errores del alto mando ruso”, admitió Daniil Bezsonov, funcionaro prorruso en Donetsk
Un funcionario local respaldado por Moscú y blogueros militares prorrusos dijeron el sábado que las fuerzas de Moscú se habían retirado de Izyum, un puesto de escala para la campaña en Donbas, para evitar ser rodeados.
Las afirmaciones son difíciles de verificar y la situación avanza rápidamente, pero las informaciones de ambos bandos apuntan a rápidos avances de las tropas de Kiev.
La noticia se produjo horas después de que funcionarios ucranianos anunciaran la toma de Kupyansk, un centro logístico y de tránsito para las tropas rusas que luchan en el este, y la recaptura de otro territorio ocupado en la región norteña de Kharkiv a principios de esta semana.
El Ministerio de Defensa ucraniano también tuiteó una foto de la liberación de Balakliya, al suroeste de Kupyansk, en la que se ve a las tropas izando una bandera ucraniana en el centro de la ciudad.
Los avances se producen después de que Kiev recibiera en los últimos meses crecientes suministros de armas de Estados Unidos y sus aliados, incluidos potentes lanzacohetes HIMARS, lo que da a los partidarios de Ucrania la confianza de que puede hacer frente a la invasión rusa, que ya ha cumplido siete meses.
Daniil Bezsonov, primer viceministro de información de la República Popular de Donetsk, apoyada por Moscú, en Donbás, dijo que los militares rusos habían abandonado Izyum y algunas otras localidades de Kharkiv. “Por supuesto, esto es el resultado de los errores del alto mando”, dijo en su canal de Telegram.
Igor Girkin, un ex coronel de la inteligencia rusa que se convirtió en comandante de las fuerzas separatistas prorrusas en Donbás en 2014, también confirmó la retirada de Izyum. “Una retirada precipitada conducirá inevitablemente a grandes pérdidas por parte de las tropas en retirada en equipos y municiones y -lo más delicado de todo- en personas”, dijo Girkin en un post de Telegram.
Los corresponsales militares rusos han expresado su creciente preocupación por los retrocesos, ya que en los últimos días las fuerzas ucranianas han avanzado decenas de kilómetros hacia el territorio controlado por Rusia en Kharkiv. “La situación de las fuerzas armadas rusas en los combates cerca de Kharkiv es la más dura”, dijo el sábado en su canal de Telegram Yevgeny Poddubny, corresponsal de guerra del canal estatal ruso VGTRK.
La llegada de refuerzos ralentizó pero no detuvo la contraofensiva ucraniana, dijo.
Después de retirarse tras un intento fallido de capturar la capital ucraniana, Kiev, desde abril las fuerzas del Kremlin cambiaron su atención hacia el Donbás, las provincias orientales de Donetsk y Luhansk.
Pero, a pesar de haber invadido Luhansk, Rusia ha tenido dificultades para avanzar hacia el oeste. Y desde finales de agosto, Ucrania inició un nuevo impulso para desalojar a las fuerzas de Moscú tanto del sur de la región de Kherson como de Kharkiv, en el norte, apuntando a la capacidad logística rusa y obligando a dividir los recursos.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, declaró que las tropas de Kiev habían reconquistado unos 2.000 kilómetros cuadrados en Kharkiv. El Instituto para el Estudio de la Guerra, un think tank con sede en Estados Unidos, estima ahora que la zona es de unos 2.500 kilómetros cuadrados.
En Moscú, no hubo ningún signo externo de preocupación del Kremlin por los repentinos reveses en el campo de batalla.
El presidente Vladimir Putin continuó con su agenda pública prevista, presidiendo la inauguración de una nueva noria y un gimnasio de artes marciales. La televisión estatal mostró breves vídeos de lo que dijo eran refuerzos que se dirigían a la zona de Kharkiv.