La Cancillería peruana y las cuatro abruptas renuncias de sus titulares
El gobierno de Pedro Castillo ha golpeado fuertemente las instituciones políticas del Perú con los continuos cambios de ministros y funcionarios públicos. En el caso del Ministerio de Relaciones Exteriores, sus titulares han optado por dejar de forma sorpresiva sus cargos. El último en hacerlo, este viernes, fue Miguel Rodríguez Mackay.
Héctor Béjar
El primer canciller del actual gobierno fue Héctor Béjar. El sociólogo tenía 85 años cuando aceptó ser parte del gabinete del entonces primer ministro, Guido Bellido, hasta que fue cuestionado por acusar a la Marina de Guerra de haber iniciado el “terrorismo” en el país. “El terrorismo en Perú lo inició la Marina, y eso se puede demostrar históricamente [...] Estoy convencido, aunque no puedo demostrarlo, que Sendero Luminoso ha sido en gran parte, producto de los servicios de la CIA y la Inteligencia norteamericana, no puedo demostrarlo, pero estoy convencido de eso”, declaró.
La mención fue arduamente rechazada por la Marina de Guerra, que se pronunciaron en contra de la presencia del canciller. Políticos, congresistas y demás personajes del escenario político también se manifestaron en contra de lo señalado por el ministro. “La Marina de Guerra del Perú deplora afirmaciones de esta naturaleza que pretenden distorsionar la historia de la pacificación nacional”, afirmó.
“Nuestra institución, heredera de valores y principios, legados históricamente por insignes marinos, sustentados en el honor, integridad, valentía y amor a la Patria, valores que siguen y seguirán siendo nuestro norte en la misión asignada constitucionalmente; esta fue y es la consigna de aquellos que fueron desplegados para combatirlos en las zonas declaradas en el Estado de Emergencia desde el inicio de su accionar delictivo; así como nuestro valioso personal que actualmente lucha incansablemente en el VRAEM”, agregó la institución a través de sus redes sociales.
Estas manifestaciones en señal de rechazo hacia la presencia de Béjar ocasionaron que el funcionario renuncie a su cargo. El también profesor universitario fue el primer ministro que dejó el gabinete ministerial y permaneció en la Cancillería durante apenas 19 días.
Oscar Maúrtua
Tras la criticada presencia del exfuncionario llegó en su reemplazo Oscar Maúrtua. Fue el 21 de agosto que Castillo juramentó al diplomático, quien anteriormente se había desempeñado en el cargo durante el gobierno del expresidente Alejandro Toledo. El titular contaba con amplia experiencia en el sector. En 1965 ingresó a la Cancillería como empleado administrativo y ascendió todos los peldaños hasta convertirse en ministro durante los dos últimos años del expresidente.
Sin embargo, esta decisión fue desaprobada de parte de la bancada de Castillo Terrones, Perú Libre, tras considerar que el nuevo ministro de Relaciones Exteriores no mencionaba con firmeza las relaciones diplomáticas con el Estado de Venezuela.
Esto ocasionó que el partido político y su bancada soliciten la renuncia del nuevo ministro de Relaciones Exteriores. “El canciller Maúrtua ha mostrado su docilidad y falta de firmeza frente a la comisión de Relaciones Exteriores del Congreso de la República, tergiversando la realidad y pretendiendo imponer al presidente de la República su agenda política, haciendo notar sus fobias y exclusiones por razones ideológicas que son inaceptables”, detallaron mediante un comunicado.
Pese a las críticas, el titular continúo en el ministerio hasta inicios de febrero de 2022, cuando fue retirado del cargo sin brindar mayores explicaciones al respecto. “Agradezco la confianza brindada por el presidente Castillo y deseo lo mejor para su gobierno. Como dije hoy en el Congreso, el Perú necesita de la unidad de todos para salir adelante. Torre Tagle continuará en la línea del respeto a los valores y la democracia”, escribió el entonces canciller, a través de sus redes sociales.
César Landa
En su reemplazo llegó el tercer ministro de Relaciones Exteriores, César Landa, quien juró como titular de la cartera el 8 de febrero. El abogado en más de una ocasión defendió el gobierno de Pedro Castillo y pidió a la clase política acudir a consensos para solucionar la crisis política.
Además, se pronunció a favor de polémicas medidas que surgieron durante su gestión. Landa se pronunció en contra del indulto a Alberto Fujimori y afirmó que Perú no acataría el fallo del Tribunal Constitucional que ordenaba la liberación del expresidente. También mostró su desaprobación a la promulgación de la contrarreforma universitaria.
No obstante, al igual que el resto de cancilleres, Landa dejó el cargo de ministro sin brindar más detalles sobre el tema. “Dejo la Cancillería con la confianza de haber buscado resguardar la institucionalidad democrática y asegurar el posicionamiento internacional del Perú. Me voy reconfortado de haber servido nuevamente a mi país”, escribió en Twitter.
Rodríguez Mackay
Tras su salida, el 6 de agosto, el internacionalista Miguel Rodríguez Mackay asumió el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores. Anteriormente, el funcionario se había mostrado en contra de ciertas políticas como el Acuerdo Escazú, también fue cuestionado por la Organización Nacional de Mujeres Indígenas, Andinas y Amazónicas del Perú (ONAMIAP), quienes exigieron su renuncia cuando trabajó como jefe del Gabinete de Asesores del Ministerio de Desarrollo Agrario, pues consideraban que este no defendía los derechos de los líderes indígenas.
Sin embargo, después de apenas un mes de haber estado en el cargo, el titular renunció a su cargo. Según fuentes periodísticas, se trataría de diferencias con Pedro Castillo por el asunto de la soberanía del territorio del mar peruano tras la insistencia en el archivamiento del Acuerdo de Escazú y el restablecimiento de las relaciones con la República Árabe Saharaui Democrática. “Guiado por mis formas y convicciones, y luego de conversar con el SPR Pedro Castillo a su llegada a Lima, informo que he presentado mi renuncia irrevocable como Canciller”, precisó a través de las cuentas de la Cancillería.
“En ese periodo, el objetivo trazado fue revitalizar la política exterior del Perú, corrigiendo errores y tratando de fortalecer el derrotero de la vida internacional de nuestro país, siempre desde la rigurosidad de lo académico y lo profesional y teniendo como guía a los grandes personajes y referentes de la diplomacia peruana y del derecho internacional”, añadió.
Para el politólogo Darío Pedraglio, el constante cambio de ministros en el gobierno de Pedro Castillo evidencia que “es un gobierno que no tiene claro todavía el rumbo que quiere tomar”. El especialista afirmó que desde que inició la gestión de Castillo Terrones la Cancillería ha estado ocupado por personalidades de distintos perfiles. Cabe recordar que el primer ministro de Relaciones Exteriores nombrado por Castillo, Héctor Béjar, fue exguerrillero en años pasados, razón por la cual también fue arduamente criticado.
“Si uno ve los perfiles de, por ejemplo, el exministro Landa y del actual ministro que ha renunciado, son perfiles muy distintos. Esto demuestra que Castillo y su entorno no tienen tan clara la agenda de trabajo en general. Creo que, en particular, muestra también que a veces priman cosas como alianzas políticas o tener un operador político y no necesariamente dar continuidad a algún tipo de política pública”, detalló.
“Me parece que una de las prioridades del presidente ha sido garantizar su estabilidad en el Congreso y los votos que necesita para protegerse en el Parlamento de una posible vacancia. Por ejemplo, utilizando algunos ministerios. Creo que es una estrategia que a él le asegura estas lealtades o por lo menos maximizar las posibilidades que sacan esas lealtades. Eso también hace que cambien rápido porque no necesariamente es la confianza que tiene con la persona o la confianza que tiene el trabajo de la persona, sino más bien cómo esta persona le es funcional también políticamente al gobierno”, agregó.
El experto en Ciencias Políticas aseguró que la falta de un plan para gobernar evidencia un “componente de improvisación” que dificulta la planificación y desarrollo de políticas públicas estables y continuas.
“Cuando cambian un ministro inevitablemente cambian también funcionarios jerárquicamente por debajo de él. El nuevo ministro probablemente entra con una agenda nueva, más aún si es un ministro de un perfil distinto al ministro anterior. Entonces, digamos que no vuelve todo de cero, pero sí hay un momento de incertidumbre que sin duda afecta a los funcionarios del Ministerio y cuando tenemos el número de cambios, que que ha tenido este gobierno es muy difícil dar continuidad políticas públicas”, enfatizó.