João Félix, en negativo

El delantero portugués, casi inédito en el derbi, sigue sin gol. Simeone le cambió por octava vez en nueve partidos.

Patricia Cazón
As
Cuando en el minuto 62 del Atlético-Madrid en el Metropolitano João Félix abandonaba el campo, cambiado por Cunha, no se dirigió al banquillo con los demás. El portugués se fue directamente al túnel de vestuarios, con el gesto contrito. Era el octavo partido de esta temporada que Simeone le cambiaba, ocho de nueve (sólo jugó completó el de San Sebastián, ante la Real, 4ª jornada de Liga). Pero, a diferencia de lo que ocurrió cuando el Cholo decidió quitar a João del juego en el minuto 71 para introducir a Correa en el Atlético-Oporto, una lluvia de pitos, en el derbi la grada acató la decisión en silencio, a pesar del enfado del futbolista. Su papel había sido testimonial, muy pobre, pobrísimo. Como durante casi la temporada, excepto en la 1ª jornada en Getafe, donde dio tres asistencias y parecía que sí, que al fin sí, a la cuarta, en el Atleti jugaba el João de los 127,2 millones.

Un mes después aquel no sólo es que parezca estar lejos, es que pareció un espejismo. Un mes después João Félix sigue a cero en los goles y es el jugador del Atlético con peor rendimiento en lo que va de Liga (siete jornadas), con un -0,7 en total, según contabiliza la Inteligencia Artificial (IA) de Olocip, que hace un análisis cualitativo de sus acciones a partir del valor que estas generan en el partido y su impacto en el mercado. Y eso, que João no es que no esté sumando. Es que João esta 22-23 resta.

En el derbi con una valoración de -0,14 para estallarle desde el mismo cimiento al Cholo el plan de pizarra que tenía preparado frente a Ancelotti, la titularidad de Griezmann, con quien mejor mezcla (o ha mezclado, al menos la temporada pasada), un Griezmann a cuentagotas, como los buenos perfumes reservados para las noches especiales, obligado a disputar solo los 30′ por las condiciones de su cláusula de cesión desde el Barça. Porque Griezmann estaba desde el inicio pero João nunca llegó al partido. Errático, casi inédito y sin contacto con el balón. Dio solo once pases. Otro derbi que pasa, y van ya seis, sin marcarle al Madrid. Griezmann es un futbolista que siempre se echa el equipo a la espalda, con ambición, aunque no le salgan las cosas, a João se le espera que el coraje que muestra cuando le cambian lo traslade al campo. Garra, carácter. Sus chispazos son luminosos pero siguen siendo eso, solo chispazos cuatro años después (muy penalizado también por las faltas que recibe, diez por partido). Tiene 22 años y unas botas distintas, llenas de clase y talento, es innegable, eso diferencial de un fútbol que, sin embargo, sigue calificándole más por lo que se cree que pueda llegar a hacer que por lo que en realidad hace.

Vuelta al banquillo... con hielo

Dos minutos más tarde de irse por el túnel del Metropolitano cuando el derbi se seguía jugando, João regresaba al banquillo donde se sentó taciturno y con ese gesto contrito que no se le había marchado (y una bolsa de hielo en la zona de los adductores, por cierto). En las últimas horas, mientras él volaba a Portugal para incorporarse a su selección en este parón, se hacía viral en las redes sociales un vídeo de preguntas y respuestas rápidas con Adri Contreras, creador de contenido. “¿El mejor entrenador del mundo?”, le preguntaba. “Paso”, fue la respuesta del ‘7′. Muy fría en medio del ruido.

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