Italia, a la Final Four con remordimientos

La campeona de Europa tumba también a la gran Hungría de Rossi y se clasifica. Su ausencia al Mundial es un sinsentido.

Mirko Calemme
As
Italia está viva. Por segunda vez consecutiva, los azzurri se clasificaron a la Final Four de una Nations League en la que dejaron atrás a dos gigantes como Alemania e Inglaterra y terminaron su grupo con una gran victoria a domicilio ante la enorme Hungría de Rossi, que necesitaba un empate para celebrar su milagro.

RESUMEN

Hungría: Gulacsi; Orban, At. Szalai, Lang; Fiola, Schafer, Nagy (Styles, m.45), Kerkez (Gazdag, m.57); Szoboszlai (Kleinheisler, m.85), Nego (Bolla, m.75); Ad. Szalai (Adam, m.75).

Italia: Donnarumma; Toloi, Bonucci, Acerbi (Bastoni, m.45); Di Lorenzo (Mazzocchi, m.90), Barella, Jorginho (Pobega, m.72), Cristante, Dimarco; Raspadori (Scamacca m.72), Gnonto (Gabbiadini, m.65).

Goles: 0-1, m.27: Raspadori; 0-2, m.52: Dimarco 

Árbitro: Benoit Bastien (FRA). Mostró tarjeta amarilla a Szalai (m.45) y Fiola (m.87) por parte de Hungría y a Acerbi (m.34) por parte de Italia.

Incidencias: Encuentro correspondiente a la sexta jornada de la fase de grupos de la Liga de Naciones disputado en el estadio Puskas Arena de Budapest.

Mancini confirmó el 11 que batió a Inglaterra, con solo una novedad, Gnonto, elegido en lugar de Scamacca por su rapidez, un arma ante la rocosa (y algo lenta) zaga local. Fue un acierto, ya que el delantero, en el 27′, aprovechó un absurdo pase atrás de Nagy y, con su presión, propició el 1-0 realizado con enorme calma por Raspadori. El del Nápoles, que ya fue decisivo con los ingleses, regateó a lo que quedaba de la defensa rival y empujó entre palos el gol número 1500 en la historia de la Nazionale.

Fue un premio merecido para una primera mitad en la que los italianos, a pesar del enorme empuje de la Puskas Arena, jugaron mejor. Hungría reapareció solo en la reanudación, pero su arreón le recordó al mundo que Italia también tiene un porterazo. Donnarumma cerró su portería con varias intervenciones espectaculares y, entre una parada y otra, la Azzurra aumentó su ventaja con una bonita jugada colectiva terminada con un pase al hueco de Barella para Cristante y un centro raso que Dimarco convirtió en el 0-2.

Italia aguantó bien hasta el final, y su clasificación reabrirá los debates sobre la ausencia al Mundial. La campeona de Europa ha vuelto a brillar y aumenta los remordimientos de aquella absurda noche ante Macedonia, definida por Donnarumma “una herida abierta”. Gigio tiene razón.

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