Italia, a la Final Four con remordimientos
La campeona de Europa tumba también a la gran Hungría de Rossi y se clasifica. Su ausencia al Mundial es un sinsentido.
Mancini confirmó el 11 que batió a Inglaterra, con solo una novedad, Gnonto, elegido en lugar de Scamacca por su rapidez, un arma ante la rocosa (y algo lenta) zaga local. Fue un acierto, ya que el delantero, en el 27′, aprovechó un absurdo pase atrás de Nagy y, con su presión, propició el 1-0 realizado con enorme calma por Raspadori. El del Nápoles, que ya fue decisivo con los ingleses, regateó a lo que quedaba de la defensa rival y empujó entre palos el gol número 1500 en la historia de la Nazionale.
Fue un premio merecido para una primera mitad en la que los italianos, a pesar del enorme empuje de la Puskas Arena, jugaron mejor. Hungría reapareció solo en la reanudación, pero su arreón le recordó al mundo que Italia también tiene un porterazo. Donnarumma cerró su portería con varias intervenciones espectaculares y, entre una parada y otra, la Azzurra aumentó su ventaja con una bonita jugada colectiva terminada con un pase al hueco de Barella para Cristante y un centro raso que Dimarco convirtió en el 0-2.
Italia aguantó bien hasta el final, y su clasificación reabrirá los debates sobre la ausencia al Mundial. La campeona de Europa ha vuelto a brillar y aumenta los remordimientos de aquella absurda noche ante Macedonia, definida por Donnarumma “una herida abierta”. Gigio tiene razón.