Fede Valverde no puede con Irán

Dura derrota de la Celeste en Viena. Valverde se echó el equipo a la espalda, pero no fue suficiente. Taremi dio la campanada.

Eduardo Burgos
As
Irán logró imponerse ante Uruguay en Viena gracias a un solitario gol de Taremi. Fede Valverde dejó buenas sensaciones en la Celeste, siendo el amo y señor del juego de los de Diego Alonso. El del Madrid intentó echarse el equipo a la espalda, pero no fue suficiente. Darwin Núñez y Luis Suárez no lograron aparecer en el partido, siendo completamente neutralizados por el juego iraní.

Ya en la previa del choque Luis Suárez dejaba claro el respeto que los charrúas tenían al combinado iraní y se notó en la primera mitad. Las malas noticias no tardaron en llegar cuando ni apenas cumplidos los dos minutos de juego, Ronald Araujo tuvo que pedir el cambio. El central notó unas molestias en los aductores y, sin dudarlo, pidió que Alonso le cambiase casi al momento. A pesar del tempranero mazazo, Uruguay no lo pensó y comenzó yendo al ataque con un Fede Valverde descomunal. El ‘Pajarito’ ha logrado convertirse en el director de orquesta de Diego Alonso, demostrando otra vez sus gran estado de forma. El del Real Madrid cumplió con creces su función de creador de juego, bajando para sacar la pelota, entrando en segunda línea para los centros de Pellestri y dejando un esfuerzo inconmensurable en fase defensiva.

Mientras que la bota de Fede guiaba el camino, la delantera no logró arrancar en el partido. Irán logró crear un cerrojo en las inmediaciones de la portería de Beiranvand que no pudieron batir ni Darwin Núñez ni Luis Suárez. El del Liverpool vio cómo Moharrami y Kanani le neutralizaban en una defensa al hombre casi impecable. Aun así, el delantero tuvo la oportunidad de romper las tablas con un tiro desde fuera del área que se fue rozando el travesaño.

Los de Queiróz cumplieron, demostrando una disciplina casi militar. Sólidos en fase defensiva y, sobretodo, derrochando un esfuerzo físico sobrehumano, saliendo en bloque a presionar la salida de balón de los de Alonso y así neutralizar casi todas las oportunidades. Uruguay se quedó sin nada, a pesar de ser el claro dominador del choque.

Uruguay entró al segundo acto con otro careta. Los de Diego Alonso parecían poseídos en busca del gol que rompiese las tablas. Valverde en una doble oportunidad tuvo las más claras hasta la fecha. El Pajarito intentó hacer gala de su calidad, pero Beiranvand logró cortarle las alas. Irán, haciendo gala de su tradición, lograba resistir los ataque desde el oeste. Valverde, Darwin, De la Cruz… uno tras otro intentaron conquistar a los Príncipes de Persia, pero ninguno pudo arrebatarle la corona.

Irán tuvo que sufrir como nunca. Apenas veinte minutos después del pitido, los charrúas lograron tumbar sin k.o a los locales hasta en cuatro ocasiones. Un cabezazo de Rogel sacado desde la propia línea, un tiro de Suárez que se iba rozando el palo largo del portero… Sin embargo, el primer golpe vendría de su lado. Taremi silenció Viena y a la propia Uruguay. El del Oporto logró ganarle la cartera a Cáceres para romper las tablas.

Desde entonces, Uruguay no logró ser el mismo. Los charrúas fueron con todo arriba en busca de reponer las tablas, pero con el resultado por detrás se hizo cuesta arriba. Pases imprecisos, malas coberturas… el miedo y la indecisión logró hacer mella en la moral charrúa, que había sido muy superior a los iraníes en el encuentro. El fútbol no es justo y Uruguay lo vivió en sus propias carnes.

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