En su discurso en las Naciones Unidas, el presidente de Argentina respaldó a las dictaduras de Cuba y Venezuela
Alberto Fernández ratificó la soberanía de la Argentina en las Islas Malvinas y exigió que Irán colabore con la justicia para encontrar a los responsables de los ataques a la embajada de Israel y la AMIA
“Quiero comenzar estas palabras agradeciendo la solidaridad que la Argentina ha recibido del mundo entero por el intento de magnicidio perpetrado contra nuestra Vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner”, dijo el jefe de Estado en su presentación ante la Asamblea General de la ONU.
Tras recordar el pasado oscuro de la dictadura militar y el comienzo de una nueva etapa democrática con vigencia plena de los derechos constitucionales, Fernández refirió a la violencia política ejecutada por facciones extremistas que operan alrededor del planeta.
“Aprovechando la desazón que generó la pandemia y los efectos económicos de la guerra, los discursos extremistas y violentos proliferaron y encontraron tierra fértil para sembrar el sentimiento antipolítico en nuestras sociedades. Guardar silencio ante semejante evidencia puede conducirnos a poner en crisis el mismo Estado de Derecho”, señaló el jefe de Estado.
Cuando terminó de expresar su posición sobre el ataque a CFK y su conexión con las facciones extremistas que actúan a nivel mundial, Alberto Fernández presentó su mirada sobre la guerra ilegal que libra Rusia contra Ucrania.
“Siempre hemos pregonado la solución pacífica de las controversias. Es imperioso que cesen todas las hostilidades desatadas. Por ese motivo, necesitamos trabajar unidos para imponer el diálogo y recuperar la paz en la disputa iniciada con el avance militar de la Federación Rusa sobre el territorio de Ucrania”, aseguró el Presidente.
Alberto Fernández no menciona a Vladimir Putin, que es el responsable del conflicto en Europa. No hace referencia a las sistemáticas violaciones a los derechos humanos cometidas por el ejército ruso y tampoco condena la invasión a Ucrania ordenada desde el Kremlin.
“Queremos seguir fortaleciendo la tradición de Argentina basada en los principios del Derecho Internacional Humanitario, en el respeto irrestricto de la soberanía de los Estados, en la autodeterminación de los pueblos, en la perspectiva de género y en la cooperación”, afirmó el Presidente en la Asamblea General, tras evitar su condena explícita a las acciones ilegales de Putin en Ucrania.
Y esta posición contradictoria se agrava cuando menciona a Cuba y Venezuela. Alberto Fernández exige que se levanten los bloqueos comerciales impuestos a los regímenes de Miguel Díaz-Canel y Nicolás Maduro, pero obvia mencionar las constantes violaciones a los derechos humanos en esos dos países de América Latina.
“Quiero llamar la atención por la utilización de medidas unilaterales de coerción. De acuerdo con la Carta de las Naciones Unidas, las únicas sanciones legítimas son aquellas impuestas por el Consejo de Seguridad para hacer cumplir sus decisiones en materia de mantenimiento de la paz y la seguridad. En virtud de ello, Argentina se suma al reclamo de los pueblos de Cuba y Venezuela para que se levanten los bloqueos que esas naciones padecen”, consideró el jefe de Estado.
A lo largo de todos su discurso en la ONU, Alberto Fernández tampoco condenó a la dictadura de Nicaragua, que todos los días viola los derechos humanos y las libertades democráticas.
Alberto Fernández considera que la pandemia del COVID-19 y la guerra en Ucrania implosionaron las cadenas de suministros y afectaron la economía mundial. En este contexto, presidente sostuvo en la ONU que los abruptos aumentos de precios de los alimentos y la energía agravan la crisis global.
“La seguridad alimentaria debemos garantizarla a todos los habitantes del planeta. No podemos transitar este tiempo con hambrunas. Los recientes informes de la FAO alertan sobre el impacto de la excesiva volatilidad de los precios de algunos alimentos y sobre la alteración de los mercados de insumos que influyen en la producción de los mismos. Todo esto tuvo y tiene un efecto importante en el aumento de la inflación mundial. Todo va en detrimento de los más postergados”, propuso el Presidente.
Y completó: “Así como debemos garantizar la seguridad alimentaria, debemos acceder en condiciones de seguridad y previsibilidad a la energía. Argentina seguirá estando presente para contribuir a enfrentar ese gran desafío”.
Alberto Fernández también recordó los atentados terroristas contra la Embajada de Israel y la AMIA, y exigió que el régimen de Irán colabore con la justicia argentina. Ya está probado que Teherán y Hezbollah participaron en esos ataques fundamentalistas.
Y a continuación hizo un planteó directo al régimen de los ayatollahs: “Una vez más, instamos a la República Islámica de Irán a que coopere con las autoridades judiciales argentinas para avanzar en la investigación del atentado contra la AMIA.
Alberto Fernández concluyó su discurso ratificando los derechos soberanos sobre las Islas Malvinas y solicitó al Reino Unidos que acepte las resoluciones de la ONU y se siente a negociar con la Argentina: “Quiero reafirmar los legítimos e imprescriptibles derechos de soberanía de la República Argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes. Forman parte del territorio nacional argentino y se encuentran ocupados ilegalmente por el Reino Unido desde hace ya casi 190 años”.
El Reino Unido persiste en su actitud de desoír el llamado a reanudar las negociaciones respecto de la disputa territorial. Más aún: agravó la controversia por sus llamados a la explotación ilegal de los recursos naturales renovables y no renovables en el área. La acción es contraria a la resolución 31/49 de esta Asamblea. También insiste con la injustificada y desmedida presencia militar en las Islas, que no hace más que traer tensión a una región caracterizada por ser una zona de paz y cooperación internacional.
Cuando terminó su discurso, Alberto Fernández abandonó las Naciones Unidas y marchó hacia un hotel en el corazón de Manhattan para cenar con Emmanuel Macron, presidente de Francia.