El West Ham se encomienda a la Conference

Sufrieron los londinenses para superar al Silkeborg en la segunda jornada de la Europa Conference League. Lanzini, Scamacca y Dawson voltearon la desventaja inicial.

Xavi Heras
As
Dos de dos en Europa. Seis puntos para el West Ham, que lidera el Grupo B de la Europa Conference League. Toman aire los de David Moyes, aparcando su irregular inicio de campaña y recobrando confianza de cara a su vuelta a la Premier League el sábado contra el Everton.

Un cambio de dinámica para un equipo que ocupa puestos de descenso después de seis jornadas. Solo han ganado una vez en el presente curso liguero, frente al Aston Villa. Superado el FCSB rumano en la primera jornada, en la segunda regresaron triunfantes de Dinamarca. Aunque no sin pasar apuros.

Una de las principales preocupaciones del West Ham durante la previa fue el césped artificial del JYSK Park. Sin embargo, el Silkeborg dio más problemas de los esperados. Kasper Kusk abrió el marcador a los cinco minutos de juego. Aprovechó un pase de la muerte de Lukas Engel para lograr el primer tanto del equipo danés en competición europea. El propio Engel pudo lograr otro gol a los once minutos, pero disparó desviado. Segundos más tarde, Tobias Salquist empujó a Maxwel Cornet dentro del área y Manuel Lanzini empató desde el punto de penalti.

Incluso después de la igualada, el Silkeborg movía el esférico con calma. Paciente. Con apoyos constantes y sin dar un pelotazo en largo. Pese al buen hacer y las buenas intenciones, los daneses sucumbieron ante la tímida presión de los ingleses en el minuto 25. Cornet recuperó la pelota y Gianluca Scamacca pusó al West Ham por delante.

Y vuelta a empezar. Hasta que los londinenses tuvieron otro susto. Y bien gordo. Alphonse Areola salió de su meta para despejar un córner, pero chocó con Stefan Thordarson y cayó al suelo. Con la portería huérfana, un jugador local cabeceó la pelota a la red sin problemas… mientras el colegiado anulaba la acción por falta. Sin VAR, no hubo revisión y los ingleses salieron de rositas.

Tres minutos después, en otro córner, en la otra portería, otro cabezazo. Craig Dawson dobló la ventaja del West Ham, que puso tierra de por medio. A falta de un cuarto de hora para el final, el partido ya estaba muerto. Cerrado. Finiquitado. Pero Jarrod Bowen perdió la pelota tras un saque de esquina del West Ham. Y tras el posterior contraataque, Soren Tengstedt reavivó el duelo. Metió a los suyos nuevamente en la pomada. Todo quedó en un susto y David Moyes suspiró con el pitido final.

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