El regulador de medicamentos de la Unión Europea aprobó las vacunas de Pfizer y Moderna adaptadas para Ómicron
Los antídotos están diseñados para atacar la subvariante BA.1, además de la cepa original de SARS-CoV-2, pero no están actualizadas para los tipos BA.4 y BA.5 más nuevos y más infecciosos que se han vuelto dominantes en todo el mundo. Se espera una decisión sobre una vacuna para contrarrestar esas variantes en unas semanas
Tras una reunión extraordinaria en su sede de Ámsterdam, la EMA explicó en un comunicado que estas vacunas bivalentes “pueden ampliar la protección frente a diferentes variantes y, por lo tanto, se espera que ayuden a mantener una protección óptima” frente a la COVID-19 a medida que evoluciona el virus.
Las nuevas inyecciones podrían administrarse al menos 3 meses después de la última dosis recibida de una vacuna contra el COVID-19, y la agencia alerta que las vacunas originales de Pfizer y Moderna “siguen siendo eficaces (como vacunación primaria) para prevenir enfermedades graves, hospitalizaciones y muertes” asociadas a la COVID-19.
“Estas vacunas son versiones adaptadas de las vacunas originales Comirnaty (Pfizer/BioNTech) y Spikevax (Moderna) destinadas a atacar la subvariante Omicron BA.1, además de la cepa original de SARS-CoV-2. Las vacunas se adaptan (es decir, se actualizan) para que coincidan mejor con las variantes que circulan”, señaló la agencia europea.
Las vacunas no están actualizadas para los tipos BA.4 y BA.5 más nuevos y más infecciosos que se han vuelto dominantes en todo el mundo, y se espera una decisión sobre una vacuna para contrarrestar esas variantes en unas semanas.
Los estudios analizados por los expertos de la EMA antes de dar su respaldo a estas vacunas demostraron que ambos preparados “pueden desencadenar fuertes respuestas inmunitarias” contra BA.1 y la variante original del virus en personas previamente vacunadas con la pauta primaria, y fueron “particularmente eficaces” en proteger contra la subvariante de Omicron que los preparados originales que se han usado hasta ahora en las campañas de vacunación.
En cuanto a la seguridad, los efectos secundarios que se han observado en los ensayos clínicos con las vacunas adaptadas son comparables a los observados con las originales, por lo tanto “leves y de corta duración”, aseguró.
La EMA, que recuerda la importancia de las vacunas adaptadas para combatir la pandemia, puesto que “no es posible predecir cómo evolucionará el virus en el futuro y qué variantes circularán este invierno”, enviará ahora sus conclusiones a la Comisión Europea, que tiene la última palabra sobre la aprobación de estas vacunas.
“Otras vacunas adaptadas que incorporan diferentes variantes, como las subvariantes BA.4 y BA.5 de Ómicron, están actualmente bajo revisión por parte de la EMA o se presentarán pronto y, si se autorizan, ampliarán aún más la gama de vacunas disponibles”, agrega.
Pfizer solicitó recientemente la autorización de una vacuna adaptada contra los dos tipos más nuevos.
Estados Unidos autorizó sus primeras vacunas anti-Omicron el miércoles, aprobando inyecciones de Pfizer y Moderna para las cepas BA.4 y BA.5.
Gran Bretaña autorizó la vacuna Moderna para el tipo BA.1 a mediados de agosto.
La mayoría de los países europeos cuenta ya con la posibilidad de una nueva ola de contagios en otoño y la necesidad de reforzar con una nueva dosis la inmunidad de la población, especialmente de las personas más vulnerables y los ancianos.