El pueblo de Chile ha votado y mandado mantener su Constitución
Cualquier forma en la que se intente volver a revisar la Carta Magna que acaba de ser ratificada es el inicio del camino para burlar la voluntad popular
El proceso constituyente chileno que acaba de terminar nació de la violencia que convirtió un “problema de gobierno” en un “conflicto de Estado” que transformaron en una “crisis de sistema”, siguiendo la metodología ya aplicada en Venezuela con Chávez, Bolivia con Morales, Ecuador con Correa. Aunque la narrativa del actual gobierno chileno insista en presentar la causa del proceso constituyente como una necesidad social, la precipitada reforma que dio lugar a la ley 21200 de 23 de Diciembre de 2019 muestra que tuvieron que reponer el “referéndum” de la constitución del General Pinochet que había suprimido el Presidente Lagos en la Constitución de 2005 para restaurar el mecanismo plebiscitario.
La ley 21200 con el título “MODIFICA EL CAPITULO XV DE LA CONSTITUCION DE LA REPUBLICA”, es la ley del proceso constituyente chileno que ha tomado casi tres años y que termina con los resultados del plebiscito de este 4 de Septiembre. Esta ley 21200 en su Artículo 142 “Del Plebiscito Constitucional” establece terminantemente que: “SI LA CUESTION PLATEADA A LA CIUDADANIA EN EL PLEBISCITO RATIFICATORIO FUERE RECHAZADA, CONTINUARA VIGENTE LA PRESENTE CONSTITUCION”.
De esta manera, legal y políticamente el proceso constituyente chileno ha finalizado con el mandato de plena vigencia de la Constitución Política de la República de Chile, que es un texto aprobado por el pueblo chileno, en democracia y promulgado por el Presidente Ricardo Lagos.
La Constitución de la República de Chile es la Constitución de la gestión de Ricardo Lagos, un político chileno que fue Presidente del año 2000 al 2006 y que es reconocido como “uno de los principales opositores a la dictadura del general Augusto Pinochet” y “una de la principales figuras de la Concertación de Partidos por la Democracia” fundador del Partido por la Democracia (PPD)”un partido político chileno de centroizquierda que se autodefine como democrático, progresista y paritario”.
Chile ha ratificado su Constitución. Esta es la verdad que no pueden ser falsificada. El pueblo de Chile acaba de decir que no quiere nueva constitución. Lo que necesitan los pueblos es buen gobierno, solución a sus problemas que no se resuelven con procesos de manipulación política nacidos de la violencia, de la violación del estado de derecho y de la exacerbación de la confrontación con operaciones de conspiración e intervencionismo trasnacional -confesadas públicamente- como lo prueban las coincidentes declaraciones del dictador Maduro de Venezuela y del presidente Petro desde Colombia.
Los procesos constituyentes y las constituciones de castrochavismo impuestas en Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua…solo han generado crisis humanitarias, narcoestados, presos políticos, tortura, exilio , terrorismo de Estado, crímenes de lesa humanidad y miseria. Redactan cientos de artículos con derechos y proclamas solo para hacer más infelices a sus pueblos, forzarlos al exilio e institucionalizar la violación de los derechos humanos. Han suplantado el pluriculturalismo con la impostura plurinacional solo para destrozar la unidad de las naciones, dividir a los pueblos y confrontarlos.
El triunfo del pueblo chileno tiene una grave amenaza ya ejecutada con “éxito criminal” por el socialismo del siglo XXI. Se trata de que cuando los castrochavistas pierden como sucedió en plebiscitos con Chávez en Venezuela, con Morales en Bolivia y con Santos en Colombia, cuando sus pueblos les dicen NO, simulan acatamiento y hasta derrota pero imponen su impostura.
Chávez perdió el referéndum para reelección indefinida el año 2007 pero la impuso igual y se reeligió hasta su muerte. Morales perdió el referéndum para reelección indefinida el 2016 pero fue candidato el 2019 hizo fraude y escapó. En Colombia el NO ganó el plebiscito de 2016 sobre los acuerdos de paz con las FARC pero Santos convirtió en política el crimen organizado sin acatar ese mandato.
Cualquier forma en la que se intente volver a revisar la Constitución de la República de Chile que acaba de ser ratificada por el pueblo, con cualquier pretexto, argucia o narrativa, es el inicio del camino para burlar la voluntad popular.
La lucha por la libertad no termina nunca y ha llegado el tiempo de defender el cumplimento del mandato que ha dado el pueblo de Chile para mantener su Constitución.