El método Ronaldo: los millones de dólares que invirtió y cómo hizo para reconstruir a un gigante como Cruzeiro, que volvió a Primera tras tres años en la B
Hizo un máster de preparación en Londres para ser dirigente deportivo en 2014 y se involucró con decisiones fuertes, desde el cambio de entrenador hasta sacar a un ídolo del club
Tras dos temporadas fallidas en Segunda división (terminó siempre por debajo de la mitad de tabla), uno de los equipos más populares de Minas Gerais junto a su clásico rival, Atlético Mineiro, decretó su regreso matemático a la élite del fútbol brasileño siete fechas antes del final del certamen de ascenso, lo que se convirtió en un nuevo récord. Previamente, Corinthians, Palmeiras y Portuguesa lo habían conseguido en la 32ª jornada.
Sin desmerecer la solidez de un plantel que, a diferencia de temporadas anteriores, supo vencer los duelos clave y la capacidad de su joven entrenador, el uruguayo Paulo Pezzolano, de 39 años, quien se las ingenió para armar un equipo ganador sin nombres de peso, fue Ronaldo “Fenómeno”, quien debutó en Cruzeiro en 1992, el dueño de la noche, el que se ganó todas las ovaciones e inclusive fue homenajeado con una gigantografía de sus inicios que se desplegó por las tribunas de un Mineirão repleto y listo para la fiesta.
El reconocimiento hacia Ronaldo, que estuvo presente en el estadio, no se debe precisamente a su pasado como cruzeirense, sino a su actual y destacado lugar como principal accionista del club. El ex-crack de Real Madrid, Barcelona, entre otros, desembolsó 400.000.000 de reales (cerca de 78.000.000 de dólares) para comprar el 90% de las acciones de la Sociedad Anónima del Fútbol (SAF) Cruzeiro. Pero no fue el “simple” hecho de invertir esa suma en el equipo de Belo Horizonte lo que le otorgó ese crédito, sino su “pulso firme” a la hora de tomar decisiones que terminaron por devolver a los dirigidos por Pezzolano a la Serie A.
Antes de asumir el principal desafío de su vida como dirigente deportivo, según él mismo definió, Ronaldo, que acaba de cumplir 47 años, estudió Marketing y Gestión Deportiva en Londres. En 2014, se convirtió en socio de Fort Lauderdale Strikers, de la North American Soccer League (NASL, “Segunda” división de los Estados Unidos). El objetivo era contratar futbolistas brasileños para disputar la MLS, pero ese sueño terminó convirtiéndose en una pesadilla y el proyecto se cayó en menos de dos años.
Tras ese golpe de realidad, Ronaldo aprendió, y aprendió mucho. Entendió que, para poder decidir en un club, necesitaría convertirse en accionista mayoritario. Así lo hizo cuatro años después, en septiembre de 2018, cuando se quedó con el 51% de las acciones de Valladolid, de España. Tuvo altibajos. Aún los tiene. El club ya descendió y regresó a la Primera división; por estos días deambula entre las últimas posiciones de la Liga. El ex-delantero, sin embargo, no se desvive por resultados ya que entiende que la misión principal allí es, antes que nada, reestructurar el club y conseguir recursos para cambiar el status de un equipo pequeño, de campañas irregulares. Actualmente, el Fenómeno posee el 82% de la sociedad anónima deportiva perteneciente a la comunidad autónoma de Castilla y León.
Con una fortuna estimada en 180.000.000 de dólares, Ronaldo supo abrirse paso en el camino de la gestión deportiva y se convirtió en un propietario frío, calculista; “de pulso firme y sin rodeos”, según quienes lo tratan en el día a día. Con el paso de las experiencias, fue ganando confianza. No le pesa tomar decisiones y prefiere ser frontal, directo, cuando tiene que comunicar desvinculaciones o cambios de rumbo.
En abril de 2022, Ronaldo se convirtió oficialmente en el propietario de la SAF Cruzeiro y, evitó manifestarse sobre la deuda de casi 200.000.000 de dólares que tenía el club antes de convertirse en sociedad anónima, debido a que eso le impediría invertir en la que considera como la principal fuente de renta de la institución, el fútbol profesional, activo desde donde vendrán los “retornos” para ir tapando los huecos, uno por uno.
Por eso, desde que llegó a Belo Horizonte se propuso armar un equipo sólido para volver, de una vez por todas, a la Serie A. La torcida multitudinaria de Cruzeiro, cansada tras dos temporadas en Segunda, se convirtió en su principal aliada. La deuda monstruosa del club, sin embargo, le duele a Ronaldo, porque entiende que se llegó a ese punto debido a manejos irresponsables de una interminable lista de dirigentes, recientes y no tanto. Algunos de ellos, bajo sospechas de corrupción.
Los goles para el ascenso
Antes de asumir la tarea del ascenso, Ronaldo mandó al departamento jurídico de Cruzeiro a defenderse de las demandas más pesadas y antiguas. De forma paralela, se hizo cargo de las deudas correspondientes a las últimas temporadas y así levantó una inhibición de la FIFA que impedía al equipo mineiro de negociar con jugadores. “Confío en un trabajo a corto, mediano y largo plazo. Tenemos diversos frentes con fuerte actuación y creo que tendremos un trabajo difícil por delante. Pero de ahora en más trabajaremos bajo una seguridad contractual para funcionar y darle resultados a Cruzeiro. Me siento honrado de liderar el proceso de reconstrucción del club”, dijo al asumir como propietario del club belorizontino.
Como lo anticipó en su breve ceremonia de asunción, Ronaldo no descansó hasta encontrar un modelo eficiente de gestión. “La hinchada, el mercado y los demás stakeholders pueden quedarse tranquilos ya que no descansaremos hasta implementar un modelo de gestión eficaz, ético y que nos de el objetivo del ascenso”, resumió en su presentación. La primera decisión contundente del bicampeón mundial con el seleccionado brasileño (1994 y 2002) no se hizo esperar. En pocos días, rompió el contrato con el veterano entrenador Vanderlei Luxemburgo, de 70 años, y contrató a Pezzolano, de 39, ya que lo consideraba un “técnico moderno y actual, adecuado para el nuevo proyecto”.
Además, le dejó claro al arquero Fabio, de 41 años, principal ídolo del club en ese entonces, que no contaba con él para la misión del ascenso y que apenas lo tendrían en cuenta para disputar el Campeonato Mineiro si lo que pretendía era “terminar allí su carrera”. Tras conocer la decisión, Fabio se retiró llorando del club y firmó con Fluminense tras haber disputado 923 partidos con la Raposa. Una decisión tan cruel como funcional a los objetivos del plantel. La marca de Ronaldo. No el Fenómeno ni el Gordo, ni aquel carismático delantero del flequillo rubio en Corea-Japón 2002; no, esa es la firma del Ronaldo dueño, el Ronaldo gestor.
Fueron varios los obstáculos que limitaron a Ronaldo y al cuerpo técnico de Pezzolano a la hora de armar un equipo competitivo. Sin embargo, con el paso de los encuentros, Cruzeiro se transformó en un equipo agresivo y punzante, que consiguió 68 puntos en 31 partidos, con 20 triunfos, ocho empates y apenas tres derrotas. El ascenso recién se oficializó, en el orden matemático, en la noche del miércoles, pero hace casi un mes que estaba al caer. Era cuestión de tiempo, ya que en la Serie B de Brasil ascienden los cuatro primeros. Los más de 60.000 hinchas que vibraron en el Mineirão fueron, además, el fiel reflejo de lo que sucedió durante toda la temporada. Con un promedio de casi 40.000 espectadores cada vez que actuó de local, Cruzeiro se ubica apenas por debajo de Flamengo, Palmeiras y Corinthians, todos de la Serie A, en el ranking de público.
La fiesta del ascenso de Cruzeiro empezó con la música del DJ Ronald, hijo de Ronaldo, y terminó con el astro dentro de la cancha, celebrando como un jugador más del plantel, una vez terminado el encuentro. “Hoy es día de festejar. Nuestra gente se lo merece. Vinimos para esto y el primer objetivo se cumplió”, dijo el máximo propietario del club. “Aún es temprano para hablar de la Serie A, ya trabajaremos pensando en eso en los próximos días”, agregó sobre el regreso de Cruzeiro a la élite del fútbol brasileño.
Más allá de sus declaraciones mesuradas, Ronaldo ya tiene diseñada la primera fase del proyecto del club mineiro en Primera. Desde que el equipo de Pezzolano se aisló como líder de la Segunda división, el accionista mayoritario de la SAF se reunió con varios empresarios en busca de nuevos recursos y patrocinios. Además, junto al cuerpo técnico y el departamento de scouting del club, están monitoreando a varios jugadores, inclusive del fútbol argentino, que podrían llegar en 2023 para reforzar a un Cruzeiro que, de la mano de Ronaldo, pretende volver a ser lo que poco tiempo atrás fue.
Pero el exdelantero no se detiene. Es tan ambicioso como cuando merodeaba el área rival en sus épocas de futbolista y no se conforma con ser el artífice del resurgimiento de su Cruzeiro. Ronaldo quiere más dinero, más socios para el club y un equipo que vuelva a estar arriba, que vuelva a ser un “cuco” en la Copa Libertadores. Una vez que se termine de consolidar la reconstrucción de Cruzeiro, el Fenómeno ya planea un futuro como presidente de la incipiente Liga de Fútbol de Brasil, que promete dividendos millonarios y, por qué no, ocupar el sillón principal de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) en un futuro no tan lejano. El primer paso está dado.