El bueno es De Bruyne

Un arranque magnífico del jugador del City tumbó a Gales, que reaccionó tarde y se topó con Courtois. Hazard, discreto, jugó solo una hora. Bale fue suplente.

Aritz Gabilondo
As
Apenas media hora bastó para que De Bruyne impusiera su ley en el estadio Rey Balduino, para que Bélgica mandase a la lona a Gales, para que los de Roberto Martínez prolongaran su buena racha y lleguen a la última jornada con opciones de clasificarse para la Final Four de la Nations League. Media hora, en realidad, de torbellino de jugador del City, tan suelto como en sus mejores días, tan imparable que acuchilla a cualquier defensa. La de Gales, además, se descosió con tanta facilidad que convirtió el partido en un correcalles por el que los belgas disfrutaron como niños.

Eclipsó De Bruyne a todos los demás, primero marcando con un zurdazo delicioso y luego regalando la sentencia a Batshuayi. Entre medias tuvo tiempo de lanzar un tiro al palo, esta vez con la derecha -aunque tampoco le importe mucho cuál de las dos piernas usar-. Su socio perfecto fue Hazard, que en su ímpetu por recuperar sensaciones y confianza se apoyó en el rubio centrocampista con insistencia. Cuando uno tenía el balón buscaba al otro, y viceversa.

Gales, que necesita ganar sí o sí a Polonia en la última jornada para salvar la categoría, flojeó desde la alineación. La ausencia de Bale fue la confirmación de que sin su estrella es otro equipo, al mismo tiempo que desnudó unos problemas físicos del exmadridista que le pueden complicar su plan de pasearse por la MLS para llegar en forma al Mundial. La diferencia entre el fútbol de segunda fila y el de máximo nivel se nota en los músculos tanto como en el cerebro.

Cambio de rumbo

De Courtois no hubo noticias hasta después del descanso, cuando poco pudo hacer ante el remate de Moore que recortaba distancias y metía picante al partido. El centro de Brennan Johnson fue una maravilla, como todo lo que viene haciendo en el Nottingham Forest a sus 21 años y ya en la Premier. Hay futbolista en él. A Bélgica el gol en contra le sentó mal y sólo De Bruyne aguantó desde entonces el tirón.

Sin sentirse tan cómodo como antes del tanto galés, poco a poco fueron desapareciendo actores importantes de Bélgica como Carrasco y Hazard. Ambos fueron sustituidos a la hora de partido. La entrada de Bale fue más artificial que verdadera. Courtois tuvo que intervenir ante un tiro de Neco Williams y los de Roberto Martínez guardaron como un tesoro un marcador que les mantiene vivos. Gran parte de culpa la tiene De Bruyne, su incuestionable líder.

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