De la “Villa-dependencia” a la propuesta y los pases millonarios, qué dicen los números sobre el superclásico
El Xeneize tendrá que lidiar con la ausencia de su jugador más desequilibrante en ofensiva, mientras que en el equipo que dirige Marcelo Gallardo destaca su multiplicidad de jugadores en la mitad rival
Por el lado del cuadro que dirige Hugo Ibarra, es notable cómo tanto él como su antecesor Sebastián Battaglia han basado gran parte de su juego ofensivo alrededor de Sebastián Villa. Más allá de lo que se ve en el campo de juego, en donde el colombiano parece ser siempre quien inicia las jugadas de peligro Xeneizes desde tres cuartos de cancha, los números son aún más abrumadores.
Además de ser uno de los cuatro máximos goleadores de la campaña, junto a Exequiel Zeballos, Marcos Rojo y Luca Langoni (todos con apenas tres goles), el número 22 es también el máximo asistidor (7) y el que intentó más remates (29), centros (107) y gambetas (77). Sus contrincantes también lo han identificado como la principal arma ofensiva del club de la Ribera, como lo indica el haber sido el jugador del equipo que más faltas recibió (37) en lo que va del torneo.
Este dominio de las estadísticas resulta particularmente preocupante para el futuro de corto plazo de Boca, dado que Villa fue operado por una rotura de los meniscos de su rodilla derecha a principios del mes y no volverá a las canchas hasta mediados de octubre. Ningún jugador del club ha estado siquiera cerca de contribuir números similares al colombiano; nadie más tuvo doble cifra en remates al arco, con Óscar Romero (quien se espera que sea suplente en la ocasión) siendo quien más se le acerca con nueve.
Entre los demás delanteros del equipo, Darío Benedetto (cuatro de 16 tiros totales), Zeballos (seis de 19) y Luis Vázquez (seis de 20) no presentan números particularmente alentadores, pero quien sí mostró una efectividad asombrosa es el joven Langoni, cuyos tres tiros al arco terminaron en gol en sus últimos dos encuentros, y quien se perfila como titular en la ofensiva de Ibarra. En la parte creativa, la responsabilidad recaerá en Pol Fernández y Martín Payero, quien registra cifras bastante mejorables: a pesar de ser el volante que menos pases intentó (50), tiene el menor porcentaje de efectividad en su puesto (78%).
Por el lado de River, su aspecto que más destaca está en cómo se refleja el estilo de juego que suele elegir Marcelo Gallardo en las estadísticas. Una beta interesante de este tema se refleja en cómo el Millonario decide pasar la pelota; es el equipo que más pases acumula, con 8966, con una efectividad (79,7%) similar a la de su clásico rival (81,8%) a pesar de que dio casi 1000 más. Además, el 59,2% de esos pases fueron dados en campo rival (el líder del campeonato en cantidad y efectividad en este área), y el club de Núñez también cuenta con tres futbolistas entre los que más han dado en esta zona; solo Huracán lo iguala en este registro.
Uno de los tres integrantes de esa lista es Agustín Palavecino, que además tiene un 75,4% de éxito en sus entregas, pero los otros dos llaman poderosamente la atención: Enzo Pérez (con un notable 84,5% de efectividad) y Elías Gómez (69,4%), lo cual ilustra la forma en que la Banda pretende sumar muchos futbolistas en ataque.
Esto ha llevado, por otra parte, a que River deba cometer muchas infracciones para frenar contraataques rivales, lo que lo coloca como uno de los equipos con peor registro disciplinario del campeonato: suman 203 faltas, con 30 tarjetas amarillas y tres expulsiones.
De esta manera, el cruce máximo del domingo pondrá en frente a dos equipos con estilos de juego opuestos, pero que por diversos motivos deberán ser matizados para tener mayores posibilidades de superar a su oponente.
Boca puede canalizar la pérdida de Villa en la conformación de un equipo más sinérgico, en el que se repartan mejor las responsabilidades goleadoras y creativas, mientras que River intentará que su búsqueda de dominio no le traiga problemas contra un cuadro que sabe utilizar muy bien el contragolpe. Para ambos clubes, el Superclásico ya empezó hace rato.