¿Cada contagio de COVID-19 incluye múltiples variantes del virus?
Expertos de la Universidad Case Western Reserve, en Estados Unidos, encontraron que cada infección contiene más de una mutación del virus en diferentes medidas. Cuáles son los alcances, según los investigadores
Según señalaron los especialistas en este documento, hablar de una sola cepa y omitir la variación genética del virus puede tener graves consecuencias en la planificación y en la respuesta de salud pública. “Dadas las múltiples variaciones dentro de cada infección individual, es importante informar una representación más completa de las secuencias genéticas virales”, indicaron en el escrito.
En este trabajo, los científicos de CWRU analizaron los datos epidemiológicos de 360 pacientes cuyas infecciones virales se secuenciaron genéticamente. Peter Zimmerman, profesor del Departamento de Patología de la Escuela de Medicina de CWR y autor principal del documento, afirmó: “La concentración y el consenso mayoritario hacia una sola variante del virus desvía la atención de la variación genética que encontramos. Esto puede contribuir significativamente a la evolución continua de la pandemia por COVID-19″.
Según este grupo de especialistas, haber encontrado que cada contagio de coronavirus incluye más de una variante puede llevar a comprender cómo estos cambios genéticos se propagan y potencialmente interactúan con otras condiciones de los pacientes.
Si bien desde el comienzo los especialistas esperaban estas mutaciones en el virus original, a medida que fueron emergiendo nuevas variantes se hizo más evidente la trascendencia de alcanzar un análisis completo del mapa genómico del COVID. Por eso fue esencial detectar la variación de la secuencia y documentar la evolución del SARS-CoV-2 durante la pandemia. Este procedimiento se realizó a través de más de 1,8 millones de secuencias enviadas desde 172 países, hasta abril de 2021.
En ese marco, el equipo de investigación de CWRU realizó la secuenciación completa del genoma de los virus SARS-CoV-2 de 250 pacientes en el noreste de Ohio, Estados Unidos, y utilizó datos similares de otros 110 pacientes. Esto último fue posible gracias a la información genómica proporcionada por colaboradores de investigación internacionales.
Los datos en cuestión se recopilaron durante los primeros días de la pandemia. Según indicaron estos expertos, las mutaciones encontradas en Omicron BA.1 y en Omicron BA.2 ya estaban presentes, como variaciones relativamente menores, al menos un año antes de que se convirtieran en una preocupación para el sistema de salud y para la sociedad.
De este modo, los científicos de CWRU confirmaron que todas las personas, al contagiar a otras, transmiten más de una variante presente en diferente medida dentro de su carga viral. Este análisis se ha concentrado en notificar la presencia de la mutación con mayor carga en cada muestra, pero eso no significaría que sería la única variable presente en el paciente analizado.
“Nuestro trabajo llama la atención sobre la complejidad de las enfermedades infecciosas, algo que a menudo se simplifica demasiado cuando se considera solo el virus más abundante en un contagio. Demostramos y destacamos la importancia de examinar todas las variaciones que históricamente se consideran sólo ruido”, completó Ernest Chan, director del núcleo de bioinformática en la Escuela de Medicina Case Western Reserve. “Vemos que las variantes genéticas observadas con baja frecuencia en las infecciones por SARS-CoV-2 pueden ser indicadores tempranos de nuevas y de futuras cepas responsables de olas de transmisión y de contagio posteriores”, concluyó el experto.