Vulcanólogos alertan del riesgo de una gran erupción que “devaste la sociedad mundial”

Según un estudio publicado en ‘Nature’, el mundo está “lamentablemente mal preparado” y revela que existe una “idea errónea generalizada” de que los riesgos de grandes erupciones son bajos.

As.com
El mundo está “lamentablemente mal preparado” para una erupción volcánica masiva. Es la conclusión a la que han llegado los vulcanólogos de la Universidad de Cambridge, Michael Cassidy y Lara Maní, en un estudio realizado de forma conjunta con expertos de la Universidad de Birmingham y que fue publicado en la revista científica ‘Nature’.

Además, estos expertos se pronunciaron sobre la inversión destinada a la vigilancia y respuesta a posibles catástrofes volcánicas por parte de los gobiernos en los últimos años. “No hay una acción coordinada, ni una inversión a gran escala, para mitigar los efectos globales de las erupciones de gran magnitud. Esto debe cambiar.”, sostuvieron los autores del estudio. Asimismo, argumentaron que existe una “idea errónea generalizada” de que los riesgos sobre una erupción masiva son bajos.

Por otra parte, los efectos de esta gran erupción volcánica tendrían un enorme impacto no sólo en el clima, sino también en las cadenas de suministro y en el comercio global, con el consiguiente incremento del riesgo de que se produzcan hambrunas y pérdidas económicas. “Los impactos caerían en cascada a través del transporte, los alimentos, el agua, el comercio, la energía, las finanzas y las comunicaciones debido a que es un mundo globalmente conectado”.

Una serie de conclusiones a las que han llegado después de que el año pasado, los investigadores analizaran núcleos de hielo tanto en Groenlandia como en la Antártida. Se registraron hasta 1.113 firmas de erupciones en el hielo del Polo Norte y 737 en el Polo Sur, que se formaron hace entre 60.000 y 9.000 años. De todos ellos, 97 eventos probablemente tuvieron un impacto climático equivalente al de una erupción de magnitud 7 o superior. Los investigadores llegaron a la conclusión de que los eventos de magnitud 7 ocurren aproximadamente una vez cada 625 años.

Como ejemplo, pusieron el caso de la erupción del volcán Hunga-Tonga ocurrida en enero de este mismo año y que provocó la desaparición casi por completo por el tsunami causado por una potente erupción volcánica submarina en el Pacífico. Más de 20 barcos volcaron en las costas de Japón a causa del tsunami provocado por la erupción del volcán submarino que erupcionó cerca del archipiélago de Tonga.

“Fue el equivalente volcánico de un asteroide que ‘casi choca’ zumbando cerca de la Tierra”, mencionan los autores del estudio en la mencionada revista científica, que también explicaron los efectos que tuvo la erupción en otros lugares del planeta. “Se cortaron los cables submarinos, cortando las comunicaciones de Tonga con el mundo exterior. La explosión creó una onda de choque mundial y tsunamis que llegaron a las costas japonesas y americanas”.

“Se deben identificar las regiones de mayor vulnerabilidad”

Mani y Cassidy hicieron un llamamiento a las autoridades gubernamentales y a los principales organismos internacionales para la identificación de volcanes potencialmente activos y la realización de un análisis de los registros históricos y geológicos. “Se deben identificar las regiones de mayor vulnerabilidad y exposición a las amenazas volcánicas”.

Por último, los vulcanólogos recordaron que la defensa planetaria “recibe cientos de millones de dólares de financiación cada año y cuenta con varias agencias mundiales dedicadas a ella”, así como la última gran erupción que sucedió en 1815 en Indonesia, en la que fallecieron aproximadamente 100.000 personas y que provocó un descenso de las temperaturas globales de un grado de media.

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