Un estudio revela la cantidad de ejercicio que protege contra la COVID
En función de la intensidad a la que practiques deporte, podrás necesitar más o menos minutos para que esta protección resulte efectiva.
Un estudio publicado hoy en el British Journal of Sports Medicine lo ha ratificado. Pero no sólo eso. También ha estimado cuánto tiempo es necesario practicar deporte para que este sea realmente eficiente frente a la enfermedad y, por tanto, se reduzca no solo el riesgo de infección, sino que también el de padecer las formas más graves de esta misma.
La investigación, que ha contado con personal del Hospital Universitario de Navarra (HUN), recoge que el tiempo óptimo es de 150 minutos de actividad física manteniendo una intensidad moderada o de 75 minutos si se realiza a una intensidad más fuerte.
Para llegar a esta conclusión, examinaron la información de distintas bases de datos con estudios relevantes en esta materia que publicados desde noviembre de 2019 y marzo de 2022 sobre hombres y mujeres que habían pasado la enfermedad. El análisis reveló que aquellas personas que seguían una rutina semanal de ejercicio tenían un 11% menos de posibilidades de infectarse con el virus que causa la COVID-19.
Y, en caso de que terminaran por contraer la enfermedad, mostraban un riesgo menor (36%) de ser ingresados en el hospital, un 44% menos de posibilidades de sufrir la cara más dura del virus y un 43% menos de riesgo de muerte por la misma que el resto de personas que llevaban una vida más sedentaria.
¿Y por qué 150?
Para entender por qué con 150 minutos semanales bastaría, es necesario hablar de los minutos de equivalente metabólico de tarea (MET). Esto es la cantidad de energía que se gasta por minuto de actividad física realizado.
Una vez se alcanzan los 500 MET el cuerpo obtiene el máximo de protección que puede aportar el deporte a nuestro organismo. Para poder gastar esa energía se precisan o bien 150 minutos de actividad moderada o 75 más enérgicos.
En cualquier caso, el estudio ha sido realizado con personas que han contraído la enfermedad en las variantes Beta y Delta, con Ómicron estas conclusiones podrían ser distintas, dado que el virus también actúa de manera diferente.