Tras una nueva escalada en las tensiones entre Serbia y Kosovo, la OTAN advirtió que podría intervenir con una operación militar
Jens Stoltenberg, secretario general de la alianza atlántica, advirtió que si la situación en los Balcanes empeora, no se descarta el despliegue de tropas donde las fricciones son mayores
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, mantuvo este miércoles encuentros por separado con el presidente serbio, Aleksandar Vucic, y el primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, en la primera de dos jornadas de ambos líderes en Bruselas para buscar una solución a las recientes tensiones, exacerbadas por el anuncio de la puesta en marcha de una prohibición del uso de documentos de identidad y matrículas de Serbia en territorio kosovar.
“Me alegra que la situación sobre el terreno haya mejorado, pero debemos evitar una escalada mayor y una retórica que no ayuda”, advirtió Stoltenberg después de que el presidente serbio haya acusado a su homólogo kosovar de estar preparando la matanza de serbios del norte de su país y el primer ministro de Kosovo haya evocado la posibilidad de que Serbia le declare la guerra.
El político noruego transmitió un mensaje paralelo a ambos líderes -que hoy no se han visto cara a cara pero sí lo harán mañana en el diálogo auspiciado por la Unión Europea-: los asuntos pendientes deben ser resueltos en esta plataforma que coordina el alto representante de la Unión Europea para los Asuntos Exteriores, Josep Borrell.
En el caso de que la situación sobre el terreno empeore, Stoltenberg recalcó que la KFOR está “lista para intervenir si es necesario”, con acciones como un nuevo despliegue de tropas en el norte de Kosovo, donde las fricciones son mayores, o de patrullas de soldados.
“Nuestras acciones serán proporcionadas y medidas, pero también serán claras. Haremos todo lo que haga falta para evitar una escalada y para asegurar la libertad y la seguridad de todas las comunidades en Kosovo”, señaló Stoltenberg, que recordó que la KFOR está compuesta por 3.700 efectivos de 20 países aliados y 7 asociados.
Pese a las declaraciones de ambos junto al secretario general de la OTAN, la retórica y acusaciones cruzadas auguran un encuentro complicado este jueves con el jefe de la diplomacia comunitaria, pese a que se trata de un foro de diálogo abierto por ellos mismos en 2011 para normalizar sus relaciones y que es clave en sus aspiraciones de entrar al club comunitario.
El propio Vucic auguró una reunión “difícil” este jueves, reconoció que no está de acuerdo en casi nada con su homólogo kosovar y pidió “diálogo y negociación” y “no chantajes contra Serbia, sobre cómo tiene que actuar o qué tiene que reconocer”.
En una rueda de prensa con Stoltenberg, Vucic dijo ser consciente de que la historia de su región “no es sencilla” pero afirmó que, aun sin “estar de acuerdo en casi nada” con Kurti, considera la paz y estabilidad “de crucial importancia” para Serbia.
“Nuestra historia no es fácil, pero queremos reforzar más nuestra cooperación y evitar cualquier posibilidad de escalada o conflicto”, incidió Vucic
Kurti, por su parte, aseguró que Kosovo ha demostrado su compromiso a la hora de proteger principios y valores comunes a la Alianza Atlántica y lamentó que desde el lado serbio estén actuando “estructuras ilegales que se han convertido en bandas criminales”, así como a la influencia rusa en Belgrado.
“En la situación actual, las instituciones y los ciudadanos de Kosovo tienen motivos para estar atentos al enfoque destructivo de nuestro vecino del norte hacia Kosovo y la región en general, en el marco de la agenda rusa perjudicial para Europa y los Balcanes”, apuntó.
Serbia ha defendido la integridad territorial de Ucrania pero no se ha alineado a las rondas de sanciones que ha ido aprobando la UE contra Moscú por la agresión a su vecino, pese a que Bruselas espera que los países interesados en unirse a la Unión -Serbia es candidato a entrar desde 2012- apoyen su política exterior.
El próximo paso en el diálogo entre Belgrado y Pristina será este mismo jueves en Bruselas, si bien las reuniones de alto nivel en esta plataforma han dado como resultado unas negociaciones difíciles y poco fructíferas hasta el momento, a excepción de algunos acuerdos puntuales.
Kosovo proclamó en 2008 una independencia que Serbia no reconoce y que ha sido apoyada por Estados Unidos y la mayoría de los socios de la UE, pero no por Rusia, China, India, Brasil o España, entre otros Estados.