Sigue la tensión en Bolivia: vecinos arman trincheras en La Paz para prevenir un campo de batalla entre cocaleros y policías
Planchas viejas de calamina, maderas y alambres fueron utilizados para cerrar las esquinas del barrio de Villa Carmen, al norte de la ciudad. Los productores reclaman el cierre de un segundo mercado que consideran ilegal y acusan al gobierno de respaldar a un sindicato rival que lo abrió a pocas cuadras del primero, donde la venta de hoja es legal
“Tenemos que defendernos como vecinos. No queremos vivir más momentos de tensión como en pasados días. Con las barricadas queremos impedir el paso de policías y cocaleros”, dijo Denis Sosa a radio Panamericana.
Planchas viejas de calamina, maderas y alambres fueron utilizados por los vecinos para cerrar las esquinas. Varios edificios del barrio de Villa Carmen, al norte de la ciudad, tienen las ventanas con los vidrios rotos a causa de las detonaciones de dinamita que hicieron los cocaleros al ser reprimidos por la policía.
Un grupo de cocaleros reclama el cierre de un segundo mercado que consideran ilegal y acusan al gobierno de respaldar a un sindicato rival que lo abrió a pocas cuadras del primero, donde la venta de hoja es legal. El lunes miles de productores llegaron desde sus zonas de cultivo para una marcha pacífica, según su líder Freddy Machicado.
En días pasados la policía impidió que uno de los grupos tomara por la fuerza el mercado ilegal con duras arremetidas a los cocaleros, que respondieron lanzando cartuchos de dinamita. Más de una treintena de cocaleros fueron detenidos y liberados el fin de semana mientras uno se recupera de una explosión que le provocó severas heridas.
El gobierno dijo que el conflicto es entre cocaleros y no se ha hecho eco de sus llamados al diálogo.
Informes de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el delito (UNODC) aseguran que el cultivo de la hoja de coca -materia prima de la cocaína- se ha incrementado respecto de las 22.500 hectáreas autorizadas por ley para el consumo tradicional. La sobreproducción echó abajo el precio de la coca, lo que está generando disputas entre los más de 50.000 productores que viven del cultivo.
Gran parte de la coca es desviada a la fabricación de cocaína. Según expertos los cultivos ilegales están creciendo por un relajamiento en los controles. La oposición acusa al gobierno de Arce de una ineficiente lucha contra la producción y tráfico de cocaína de la que Bolivia es tercer productor mundial después de Colombia y Perú.
Según la UNODC, el comercio legal de coca nueve entre 350 y 400 millones de dólares al año, poco más del 1% del Producto Interno Bruto. Estimaciones no oficiales indican que el comercio de cocaína mueve al menos tres veces más que esa cifra.
Más de 50.000 familias dependen del cultivo de esta hoja, según los dirigentes cocaleros.