¿Se puede “re entrenar” al cerebro para que se convierta en un efectivo antiinflamatorio ante el dolor de espalda?
Un estudio realizado en Londres analizó los beneficios del entrenamiento sensoriomotor como tratamiento para esta dolencia, calificada como la principal causa de discapacidad en el Reino Unido y los EEUU
La buena noticia es que, de comprobarse los resultados de un estudio realizado en 276 personas con dolor lumbar crónico, quienes padecen dolor de espalda dejarán de depender de los fármacos para seguir adelante con sus vidas; que se calcula que unas 11 millones de personas en el Reino Unido y 65 millones en los EEUU sufren esta dolencia, que la posiciona como la principal causa de discapacidad en esos países, según publicó Daily Mail.
Por lo pronto, los pacientes que participaron del ensayo vieron mejoras significativas después del curso de 12 semanas, que consistió en una hora con un fisioterapeuta cada semana.
Las terapias tradicionales se concentran en fortalecer los músculos, bloqueos vertebrales, analgésicos, fisioterapia e incluso la cirugía. Sin embargo, el “re entrenamiento sensoriomotor” basa su éxito en el hecho de que cambia la forma en que las personas piensan sobre su condición, por lo que ya no la ven como un defecto o una barrera para el movimiento. “Estos resultados son realmente prometedores” opinó el doctor Neil O’Connell, que trabajó en el ensayo en la Universidad de Brunel, en Londres.
“En este ensayo clínico aleatorizado realizado en un solo centro entre pacientes con dolor lumbar crónico, el reentrenamiento sensoriomotor graduado, en comparación con un procedimiento simulado y control de atención, mejoró significativamente la intensidad del dolor a las 18 semanas -señalaron los investigadores en la publicación de sus conclusiones-. Las mejoras en la intensidad del dolor fueron pequeñas y se necesita más investigación para comprender la generalización de los hallazgos”.
Para el estudio, cuyos hallazgos fueron publicados en el Journal of the American Medical Association, la mitad de los participantes completó el curso sensoriomotor y el resto recibió tratamientos placebo. Los participantes tenían una edad promedio de 46 años y se dividieron en partes iguales en términos de género.
Los pacientes del curso realizaron sesiones de fisioterapia que les enseñaron cómo el dolor de espalda es un problema modificable del sistema nervioso, en lugar de un problema físico.
Después de aprender a considerar su dolor bajo una luz diferente, los participantes progresaron e intentaron efectuar maniobras complejas, como sentadillas y estocadas. También repitieron algunos de estos ejercicios en sus casas durante sesiones de 30 minutos cinco veces por semana.
La idea detrás del reentrenamiento es que los pacientes con dolor lumbar a menudo tienen las espaldas menos en forma porque evitan la actividad física en un intento por calmar su dolencia.
Por el contrario, lo que ocurre es que este refugio interrumpe la forma normal en que el cerebro y la espalda se comunican a través del sistema nervioso, haciéndolo hipersensible al dolor. ¿El resultado? Según vieron los investigadores, puede dejar a los pacientes en un ciclo autosuficiente que sólo empeora su condición. El entrenamiento sensoriomotor pretende romper este “círculo vicioso” y ayudar al cerebro a comunicarse con la espalda con normalidad.
Después de 18 semanas de entrenamiento, se les pidió a los participantes que calificaran su dolor de espalda sobre un puntaje de 10 y esto se comparó con el puntaje que habían dado al comienzo del estudio.
Así, los pacientes que volvieron a entrenar vieron disminuir su puntaje de dolor de 5.6 a 3.1, en promedio. Mientras que los pacientes en el grupo de tratamiento simulado, sólo tuvieron una disminución promedio de las puntuaciones de dolor de 5.8 a 4. Después de 26 semanas, el 18,3% del grupo sensoriomotor cumplió con los criterios de “recuperación”, en comparación con sólo el 9,8% en el grupo simulado.
En opinión del profesor James McAuley, psicólogo de la Universidad de Nueva Gales del Sur que también trabajó en el estudio, los resultados obtenidos desafían los métodos de tratamiento actuales para el dolor de espalda crónico, como el uso de analgésicos opioides.
“Si compara los resultados con los estudios que analizan el tratamiento con opiáceos versus el placebo, la diferencia es de menos de un punto sobre 10 en la intensidad del dolor, es solo a corto plazo y hay poca mejoría en la discapacidad”, destacó, al tiempo que señaló que “el reentrenamiento sensoriomotor marcó una diferencia increíble y a largo plazo en la forma en que los pacientes manejaban su dolor”.
“La gente estaba más feliz, informaron que sentían mejor la espalda y que su calidad de vida era mejor -remarcó-. También parece que estos efectos se mantuvieron a largo plazo; el doble de personas se recuperaron por completo”.
Y tras asegurar que “muy pocos tratamientos para el dolor lumbar muestran beneficios a largo plazo”, el investigador sostuvo que “los participantes en el ensayo informaron una mejor calidad de vida un año después”.
El uso de fármacos para el tratamiento del dolor es objeto de escrutinio en los últimos años debido al aumento de la adicción a los opiáceos en los EEUU, problemática que preocupa en el Reino Unido, con un aumento vertiginoso de las hospitalizaciones por opioides en la última década a medida que más británicos recurren a los analgésicos para aliviar sus dolores corporales.