River y una noche ante Newell’s en la que se destapó con Pablo Solari, el delantero hincha
“Tengo que guardarme mi fanatismo”, señaló el volante que llegó como refuerzo
Apenas 178 minutos pasaron para que Pablo César Solari cumpliera el sueño de gritar su primer gol como jugador de River. Tres minutos después ya había marcado el segundo. A esa velocidad va el joven nacido hace 21 años en San Luis. En el estreno como titular en el Monumental, el extremo confirmó esa sensación que asomaba en los tres partidos anteriores que saltó al campo con la camiseta millonaria: es un jugador distinto por sus movimientos y su posición, pero sobre todo por su categoría.
Cuando el partido no arrancaba, alcanzó que el exdelantero de Colo Colo reciba dentro del área para desnivelar la igualdad: un pequeño balanceo para hacerse el huevo y sacar el remate, que tras el desvío en Leonel Vangioni se transformó en el gol del desahogo, con algo de fortuna. El segundo fue un típico gol de punta: picó en posición de número 7, recibió el pase de Agustín Palavecino y definió fuerte y cruzado. Esos dos gritos fueron demasiado para un Newell’s que anda con un tranco muy frágil. Lleva nueve juegos sin triunfos y apenas marcó dos goles a favor en los últimos seis partidos.
Solari, nacido en Arizona, un pueblo de San Luis de apenas 1000 habitantes, pero formado futbolísticamente en Talleres de Córdoba, se llama Pablo César por Aimar. Así le puso su padre Víctor, en 2001, cuando el Payasito ya jugaba en el Valencia de España y había dejado un gran recuerdo con la camiseta número 10 de River. Dos de sus hermanos también llevan nombres con ADN millonario: Matías Jesús (por Almeyda) y Santiago (por el Indiecito, multicampeón en los 90). En un equipo que tiene como capitán a Enzo Pérez, que lleva ese nombre en homenaje a Franescolli, no parece un detalle. “Es algo soñado para mí. Soy hincha de este club. Lo vengo trabajando desde hace mucho. Trato de guardarme mi fanatismo por River, tengo que ser profesional. Vengo viviendo un sueño y hay que seguir así. Quiero conseguir un título con esta camiseta”, dijo la figura del partido.
Junto a Miguel Borja, Solari fue la gran apuesta de Marcelo Gallardo para llenar el hueco que dejó la venta de Julián Álvarez, transferido al Manchester City. Casi 5.000.000 de dólares por el 60% del pase pagó el club de Núñez por el delantero que, con 21 años, había marcado 16 goles en 71 partidos con la camiseta de Colo Colo. Aún con la sorpresa por su procedencia y por las características que no encajaban con los delanteros que supo entrenar Gallardo en estos ocho años que lleva como entrenador de River, Solari generó una expectativa enorme desde su presentación ante Gimnasia, cuando el técnico le dio 30 minutos de juego aunque sólo llevaba dos entrenamientos con el plantel.
Como los viejos wines
Solari juega bien pegado a la raya, como los viejos wines. Encara casi siempre. Y casi siempre pasa a la marca. Los dos goles que marcó con tres minutos de distancia fueron desde la misma porción del césped, sobre el sector derecho del área. No es casualidad: es su zona de influencia, la quinta por la que se mueve. Así, aunque a veces parezca aislado, se las ingenia para que sus apariciones cambien el ritmo de un equipo que aún no termina de arrancar.
Ante Newell’s, Gallardo metió mano en el fondo y en el medio campo. En la defensa, por obligación, con el ingreso de Javier Pinola por el lesionado Paulo Díaz. En el medio, el cambio fue de nombres y de dibujo. Con el ingreso de Juan Fernando Quintero y Nicolás De la Cruz por Esequiel Barco y Rodrigo Aliendo, el técnico ubicó a De la Cruz y Enzo Pérez en el eje, con Solari por derecha, Quintero en el centro y Palavecino por izquierda, aunque a juzgar por los retos de Gallardo jugó más centrado de lo que esperaba el DT. En un partido discreto, alcanzaron las apariciones de Solari para que River se lleve el triunfo.
Cuando el torneo se acerca a la mitad, cuando aún el líder Atlético Tucumán está a siete puntos de distancia, el Millonario se quiere subir a la pelea. Ahora ya sabe que tiene detrás de quién encolumnar su deseo. Más allá de alegría por el tanto del ídolo Pinola, o de la perla que regaló Matías Suárez sobre el final, la noche ya llevaba el nombre de Pablo César Solari, que en una ráfaga definió el destino del partido.
El resumen del partido
Clasificación a la Copa Libertadores y Copa Sudamericana 2023
Argentina dispone de seis lugares para la Copa Libertadores 2023. Boca ya obtuvo el primer boleto por haber ganado la Copa de la Liga Profesional. El campeón del Torneo 2022 se clasificará de manera directa. Lo mismo conseguirá el equipo que se quede con la Copa Argentina. Los restantes lugares los obtendrán los tres primeros equipos de la tabla general anual, que contempla los puntos obtenidos en la fase de grupos de la Copa de la LPF (13 partidos) y el torneo 2021 (total: 40 encuentros). En este caso, el tercer equipo accederá al Repechaje de la Copa.
En tanto, a la Sudamericana 2023 irán otros seis equipos, que saldrán de esa misma tabla general y serán los seis ubicados después de los clasificados a la Copa Libertadores. Si se repite un equipo ya clasificado por otra instancia, el lugar será para el siguiente conjunto de esta misma tabla.