River: el nuevo equipo, los tres emblemas históricos que se sostienen y la gran deuda en 2022
Todavía no puede encontrarse, recuperarse, afirmarse. Porque los niveles individuales aún no responden con regularidad y los obstáculos no cesan de aparecer
Aunque está a diez puntos del líder Atlético Tucumán, aún restan 16 fechas y River todavía tiene margen de reacción. Esa es la única buena noticia que el equipo puede llevarse de la histórica derrota por 2-1 con Sarmiento de Junín en el Monumental. Porque desde lo futbolístico dio un marcado paso hacia atrás: con el control absoluto de la pelota, no tuvo lucidez, le faltó intensidad y dinamismo, careció de ingenio para romper el cerrojo defensivo de su rival y pagó nuevamente muy caro los reiterados errores defensivos. Algo que ya se ha visto.
Las fallas de River ante Sarmiento
A diferencia de otros momentos puntuales del ciclo de Gallardo en el club, esta vez se potencian dos cuestiones muy marcadas: el proceso de reconstrucción general en el que aún no logra consolidar un esquema ni ensamblar piezas, más niveles individuales demasiado discontinuos para la calidad y la categoría del plantel que tiene conformado. Todavía no se sabe con claridad cómo quiere formar y jugar este nuevo River que sostiene premisas centrales de su idea innegociable, pero que no logra ser claro ni potente ni seguro.
“Tenemos buenos jugadores y calidad humana, ahora necesitamos ajustarlo y conformar el mejor equipo posible, que se vuelva a sentir esa dinámica competitiva de equipo duro al atacar y defender. Eso se da trabajando en la semana y con resultados en los partidos”, analizó el Muñeco, y agregó: “Somos un todo, cuando atacamos y cuando defendemos. Y no funcionamos. No pudimos encontrar esa regularidad que estamos buscando. Pero no hay que claudicar. Cuando no se dan las cosas con fluidez, debemos seguir confiando en el material que tenemos. Cuando no encontrás la regularidad y confianza que te dan los resultados, suele repercutir emocionalmente en el equipo. Intentaremos trabajar para que eso no pase, sino se nos hará demasiado largo el final del semestre”.
A excepción de Franco Armani, Milton Casco y Enzo Pérez, tres emblemas históricos del equipo, hoy no parece haber más futbolistas consolidados de manera absoluta en el once titular millonario. Y ese es un déficit crucial. Emanuel Mammana, Rodrigo Aliendro y Agustín Palavecino subieron escalones en los últimos partidos, pero los constantes cambios y las decisiones de Gallardo también reflejan la falta de respuestas de sus dirigidos. Así, ya sin las figuras de Enzo Fernández y Julián Álvarez, y a la espera de la recuperación de Robert Rojas, el gran objetivo del DT ahora es poder transformar todo el material que tiene -invirtió más de 22 millones de dólares en el año por 10 futbolistas- para revivir la chispa del equipo campeón del año pasado.
“Tenemos buenos jugadores, ahora tenemos que conformar un buen equipo. A veces se da de entrada y a veces no porque necesitas tiempo. A veces se da con una pretemporada y a veces necesitás partidos. Tenemos que resolver esas situaciones. Vamos a trabajar en eso”, cerró el entrenador la conferencia con un claro mensaje. River necesita volver a ser un equipo confiable y sólido. Y aunque el margen de error se achicó por los vaivenes en los resultados, tiene material, espalda y hasta tiempo para lograrlo. Debe volver a ser todo lo que no pudo en este discontinuo 2022.