Racing, los lamentos y una historia repetida
El equipo de Gago tiene todo para golear y de pronto se complica solo. Perdió la seguridad y dejó de ser confiable. Sin esto, se hará difícil ser campeón.
Racing juega bien. Eso lo sabemos todos y nadie debería discutirlo, aunque siempre haya alguien para hacerlo. Es un equipo que por momentos despierta éxtasis al verlo jugar. Es agresivo, rápido, te abre y cierra la cancha como quiere, llega al área con todos los intérpretes posibles... pero hace rato que no alcanza eso, lo más difícil: una idea de juego definida. Si se baten récords de ineficacia y también récords de situaciones generadas, estamos ante más problemas que soluciones. Y si cuando se hacen tres goles, el resultado no puede cerrarse, lo que se empieza a perder es la seguridad, la confianza, la credibilidad. En el estadio, cuando llegó el 2-3 de Tigre, se respiraba el 3 a 3 que terminó por hacerse presente sobre la hora. Con ese 2-3 Racing dejó de ser confiable. Se instaló un clima extraño, propio de un equipo que durante un semestre propagó la seguridad extrema del que ganaba siempre y que difiere de éste que puede andar goleando pero no se sabe cómo terminará. Hoy sufre porque algo le falta y ese algo es volver a sentirse ganador.
Hay un contrapunto muy fuerte entre un equipo seguro y uno que se deja lastimar cuando tiene todo para vencer, y justamente ése es el límite que te separa de salir campeón o quedarte en la puerta. Es un equipo que se está acostumbrando, sin querer hacerlo, obviamente, al "uuuhhh por qué poquito...", "qué cerca", "¡¡¡mirá vos!!!", "qué injusto", "casi" y demás sinónimos. Hay un fastidio dando vueltas en el ambiente que se produce porque todos sabemos que estos jugadores están para salir campeones. Pero todo les ha costado más de lo que debería. Los desarrollos de los partidos lo marcan: Racing es superior a su rival, prácticamente siempre, pero de los últimos seis partidos empató cuatro. Y debe agradecer que el resto, a excepción de Atlético Tucumán, no se le escapa.
Luego del último empate muchos han señalado a Fernando Gago por las variantes. Nada más lejano al empate con sabor a derrota que la responsabilidad del entrenador. Hay situaciones de partido que exceden por completo al DT, quien supo recuperar valores en todos los jugadores: sólo le falta Cardona y que su equipo se sienta capaz de cerrar los partidos y sentirse con derecho a ser campeón. Hay que hacerse cargo.