Morata y el Atleti presentan credenciales
El delantero cierra el pleno de triunfos rojiblanco con un hat-trick ante su exequipo y pretendiente. Enorme partido del Atleti, recordando al del título de Liga. Cunha hizo el cuarto.
En esta ocasión era por un cambio de sede de última hora, ya que el conflicto militar en Israel obligó a buscar una alternativa que acabó en los campos de entrenamiento del equipo turinés, en un césped que dejaba mucho que desear. Pero, ni por esas, el Atlético se amedrentó a la hora de crear y acelerar el juego en cada posesión larga. La enorme participación de Koke, Lemar, Llorente y João Félix es la mejor señal de aquel equipo de Simeone campeón hace sólo dos años puede estar de vuelta.
Con la misma columna vertebral de entonces, el equipo presenta novedades. Y en el día de Morata, el delantero aceptó los focos y los hizo suyos. Después de su exhibición como punta, no extrañaría que la charla previa entre Simeone y Allegri fuese la confirmación de que el Cholo no piensa desprenderse del madrileño. Si el duelo se presentaba como un Vlahovic contra Morata, el que pudo ser y el que es, no hubo color en la comparativa. El serbio apenas pudo participar en el juego y a los 45 segundos Reinildo ya le había dejado claro que no iba a ser su tarde. Que se hubiese decantado por el rojiblanco para evitarlo. Hay pocos delanteros que, tras tener al mozambiqueño enfrente, no acaben con pesadillas.
En el otro campo, Morata bajaba a recibir, descargaba, robaba y se mostraba cómodo con João Félix por detrás lanzando los ataques. En una de esas, un balón largo de Savic y le caía al portugués y la Juventus cometía el peor error posible con el ‘7′, dejarle espacios para levantar la cabeza y correr. Frotó la lámpara para destapar su talento con un pase milimétrico que convirtió Morata a la perfección con la zurda. João Félix lo hizo todo bien y sólo un penalti detenido por Szczesny afeó su partidazo. El meta polaco ya se había vestido de santo para detener lo que era un golazo de Koke, uno de los jugadores más revitalizados respecto al curso pasado. Allegri tiene que agradecer a su portero no llevarse un saco aún mayor.
Pero nada pudo hacer de nuevo ante Morata. De un saque de banda en campo propio se fraguó su doblete, girando ante un Bonucci que parecía todo un novato, cabalgando, recortando en el área y golpeando de nuevo con la zurda. Cerraría su hat-trick en la segunda mitad peinando un espectacular envío de Lemar y dejando una reivindicación ante las dos aficiones, la de un Atlético a la que se le cayó la baba con su equipo y una Juventus que no ejerció esa opción de compra que hubiese dejado a Morata de bianconero. Cuatro goles en pretemporada le hacen convertirse en todo un valor para lo que viene. Si partía de quinto delantero, las tornas han cambiado.
Una obra de arte coral
Y puede parecer extraño no haber hecho mención hasta ahora a la ausencia de un Oblak que el curso pasado lo había jugado todo y se quedó en Madrid por unas molestias en la espalda. Pero es que hasta los 57 minutos no tuvo que actuar Grbic, mostrándose seguro a un disparo lejano. Si Giménez también era baja, Witsel se ha insertado en el centro de la zaga como si llevase años en el equipo y fuese su puesto natural. El belga es uno de esos fichajes que, sin hacer ruido, es una bendición para los entrenadores. Ha vuelto la roca atlética en defensa.
La exhibición de Morata no hace caer en el olvido la gran actuación coral de una alineación titular que se asemejará mucho a la que inicie LaLiga contra el Getafe. Más allá de Oblak, Giménez o Carrasco (tampoco estaba De Paul), el resto del equipo será el que se ganó su continuidad en Turín. Y en esa ristra de caras nuevas, también hay que mencionar el buen papel de Saúl en el carril izquierdo y de un Nahuel Molina cada vez más asentado y atrevido para subir su costado, ambos protagonistas en la jugada del penalti. La Juventus vio como un ciclón le pasaba por encima y, más allá de la agresividad mal entendida de Alex Sandro y los intentos de parar a João Félix a base de faltas, no se presentó en su propia casa. La pretemporada ha demostrado que está muy por debajo de los equipos españoles (perdió 2-0 contra el Real Madrid y empató ante un Barcelona todavía sin sus refuerzos) y que tiene que mejorar una barbaridad si quiere pelear por su liga.
Si con los cambios de Simeone alguien pensaba que el Atlético podría poner el freno, la unidad B también va a por todas. La competencia interna es enorme y los Griezmann, Cunha, Kondogbia, Carrasco, Correa, Hermoso, Wass y compañía salieron a demostrar que ellos también están preparados para ser importantes. De una falta lateral, Kondogbia recibió al segundo palo, golpeó y Cunha entró con todo para cerrar una goleada de escándalo. El brasileño, que llegó cuando no se pudo firmar a Vlahovic, suma siempre que entra. Un nuevo tanto generado a balón parado, una suerte que también se ha trabajado para potenciar en esta nueva temporada. Es pronto para lanzar las campanas al vuelo. Pero, si se juega como se entrena, el Atlético demostró ante la Juventus en su ciudad deportiva que llega en su mejor versión al inicio de Liga. Hay motivos para creer y soñar. Pero, ya saben, partido a partido.