Modric, el paraguas del Madrid

Ancelotti está mimando al croata en este inicio de curso, pero no dudó en tirar del ‘10′ cuando el Almería metió en problemas a los blancos.

Fernando S. Tavero
As
“Varios cambios” anunciados por Ancelotti para el debut liguero y cumplió. Hasta cinco con respecto al once de la Supercopa. Uno se correspondía con una rotación poco habitual, Luka Modric. El croata ya había sido el primero en abandonar el campo contra el Eintracht, en cuanto el triunfo estuvo enfilado, y a las primeras de cambio recibía otra ocasión para respirar cuando la temporada apenas amanece. Sin embargo, tan pronto se encapotó el partido en el Power Horse Stadium, el de Reggiolo sacó el paraguas. Tras el descanso, con el 1-0 en el marcador, el de Zadar agarró el timón.

A los 45 minutos, Ancelotti mandó a su pequeño general al terreno de juego en lugar de Camavinga, para que pusiera remedio a un primer tiempo titubeante. No fue la actuación más rimbombante de su carrera, pero reconectó el centro del campo y le dio otros bríos al equipo. Acertó 48 de los 53 que intentó (90 %), 11 de ellos con destino Toni Kroos, su compañero favorito en el estadio almeriense. Algo recíproco, pues el alemán se apoyó 15 veces en Luka. Una conexión que se ha ido cultivando durante ocho temporadas y en la que tiene que trabajar el francoangoleño, que solamente encontró a Kroos en una ocasión y apenas recibió tres pases de los 81 que el ‘8′ materializó. Modric sazonó su encuentro con tres recuperaciones y una anticipación en el apartado defensivo. En ese segundo tiempo, con el ‘10′ llevando la batuta, se orquestó la remontada.

Modric esperaba su oportunidad en el banquillo del Power Horse Stadium, junto a Ceballos y Asensio.
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Modric esperaba su oportunidad en el banquillo del Power Horse Stadium, junto a Ceballos y Asensio.CARLOS BARBADiarioAS

En zona mixta, Ancelotti hablaba del peso de la camiseta blanca. Un recado para los jóvenes, que deben aprender los automatismos que el Triángulo de las Bermudas tiene interiorizados de manera natural y adaptarlos a su propias características, más vigorosas en lo físico, pero lejos del sobresaliente táctico. El italiano quiere mimar a un futbolista que en menos de un mes (9 de septiembre) cumplirá 37 años. El Mundial invernal va a marcar las planificaciones de la temporada y pocas estrellas tendrán en Qatar una importancia en su selección tan suprema como la de Modric, que es mucho más que un capitán para Croacia. 152 internacionalidades y una carga de kilómetros que, aunque pase el tiempo, no disminuye. Para muestra, el curso pasado y los 651 minutos que disputó con los ajedrezados, a sumar a los 3.435′ que completó con la elástica merengue... Kroos, por ejemplo, no cuenta con ese ‘hándicap’ al haber colgado las botas con Alemania.

Otro escenario

Ancelotti, consciente, le ha incluido en su primer turno de rotaciones y acumula, en dos partidos, casi una hora menos de juego que el alemán (111′, por los 168′ del de Greifswald). La temporada pasada, en cambio, los descansos se dilataron mucho más en el tiempo. Hasta la sexta jornada contra el Mallorca, después de cuatro victorias y un empate en Liga, no llegó la primera ocasión en la que Modric pudo darse un respiro por razones técnicas. El siguiente sería poco después, en la debacle ante el Sheriff (1-2 en el Bernabéu) donde no pudo tener el mismo efecto revitalizador que este domingo en Almería. Fue su única suplencia en Champions, mientras que en competición doméstica salió de inicio en 25 de los 30 partidos que disputó. Este año hay más alternativas o, sobre el papel, más solidas. Tchouameni, aunque sea el relevo de Casemiro, puede aparecer como volante; Ceballos apunta a ser más importante que en el pasado; Camavinga ya no es un novato; y no se puede olvidar a Valverde, aunque ahora sea más atacante que centrocampista. El escenario es diferente. No obstante, cuando han llegado las curvas, Ancelotti deshizo la rotación de Modric para ponerlo todo en su sitio.

El croata insistía en la previa de la Supercopa que “la edad no importa” y “sí lo que haces en el campo”. “Yo me siento muy bien jugando y no he hablado nada con Ancelotti sobre gestionar mis minutos”, añadía. Es precisamente por eso, porque el rendimiento del Balón de Oro de 2018 -y entre los 30 nominados al de 2022- es indiscutible, que se aventura crucial evitar percances inesperados y que mantenga el mejor tono físico posible en una temporada donde al Madrid le quedan aún, tras hacerse con el primero ante el Eintracht, cinco títulos en el horizonte. La ruta hacia el Sextete requiere al mejor Modric para no perder balas por el camino.

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