La primera ministra finlandesa dio negativo en el test de drogas al que se sometió tras la filtración de los videos
Sanna Marin puso fin a la cuestión que se originó tras la divulgación de imágenes la semana pasada en las que aparecía de fiesta con unos amigos
Los videos de Marin, de 36 años, en una fiesta con celebridades finlandesas, comenzaron a circular en las redes sociales la semana pasada y pronto fueron publicados por varios medios en Finlandia y en el extranjero. El jueves, Marin dijo que le molestaba que los videos de su baile en fiestas privadas se publicaran en Internet, ya que estaban destinados a ser vistos sólo por amigos.
Marin, que se convirtió en la líder gubernamental en activo más joven del mundo en diciembre de 2019, aceptó el viernes someterse a la prueba de detección de drogas, afirmando que nunca había tomado drogas y que no había visto a nadie hacerlo en la fiesta a la que asistió.
La líder socialdemócrata Marin también dijo que su capacidad para desempeñar sus funciones oficiales no se había visto afectada en la noche del sábado en cuestión y que habría abandonado la fiesta si hubiera tenido que trabajar.
Algunos finlandeses han expresado su apoyo a Marin y otros han planteado dudas sobre su juicio.
Pese a que la mandataria socialdemócrata negó en todo momento haber consumido drogas en esa fiesta y haber visto que alguien las consumiera, algunos políticos de la oposición e incluso varios medios de comunicación exigieron que se hiciera la prueba de drogas.
“Nunca en mi vida, ni siquiera en mi juventud, he consumido drogas. Ojalá viviéramos en una sociedad en la que se pudiera confiar en mi palabra. Pero como ahora quieren levantar esas sospechas, por eso me hice la prueba”, afirmó el pasado viernes.
La filtración ha desencadenado un debate entre los finlandeses sobre qué nivel de revelación es inapropiado para un primer ministro, especialmente teniendo en cuenta el ataque de la vecina Rusia contra Ucrania, que llevó a Finlandia y Suecia, neutrales desde hace mucho tiempo, a solicitar la membresía de la OTAN.
Marin, que lidera el Partido Socialdemócrata de centroizquierda, se ha enfrentado a un aluvión de preguntas: ¿Había drogas? ¿Alcohol? ¿Estaba trabajando o de vacaciones de verano? ¿Estaba el primer ministro lo suficientemente sobrio como para manejar una emergencia si hubiera surgido una?
“Espero que en el año 2022 se acepte que incluso los tomadores de decisiones bailen, canten y vayan a fiestas”, dijo Marin a los periodistas. “No deseaba que se difundiera ninguna imagen, pero depende de los votantes decidir qué piensan al respecto”.
La primera ministra, que está casada y tiene una hija de 4 años, ha insistido a menudo en que a pesar de que es la jefa del gobierno de Finlandia, es como cualquier otra persona de su edad a la que le gusta pasar un buen rato con amigos y familiares en su tiempo libre.