Kamada avisa al Madrid

El Eintracht no encontró rival en el Magdeburgo en su estreno en la Pokal y venció por goleada (0-4). Un serio aviso del equipo alemán a nueve días de la final de la Supercopa de Europa en Helsinki.

José Carlos Menzel
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A falta de tan solo nueve días para enfrentarse al Real Madrid en busca de la que sería su primera Supercopa de Europa, el Eintracht Frankfurt no mostró ningún síntoma de debilidad en su estreno en la Pokal y se impuso con solvencia al Magdeburgo de la Bundesliga2 por 0-4. Excepto algún que otro desajuste en su apartado defensivo que no tuvo consecuencias, Las Águilas solventaron la tarea de forma convincente y, en gran parte, gracias a un inspiradísimo Kamada que mostró su lado más letal y anotó un doblete que avisa al Real Madrid de cara a la cita en Helsinki. Los alemanes vienen rodados.

El flamante campeón de la Europa League comenzó el choque poniendo a prueba la pegada que le caracterizó durante una temporada pasada que entró en la historia del conjunto hessiano. Götze vio a Kostic en el carril izquierdo, el serbio optó por un centro raso que Kamada no perdonó para subir el primero al marcador. Fue un jarro de agua fría para el Magdeburgo. Pero los pupilos de Titz se repusieron y, tan solo dos minutos más tarde, vieron cómo el árbitro señalaba penalti tras una entrada de Tuta sobre Scienza que Müller no supo convertir en empate. Lo detuvo Trapp bajo palos, manteniendo la ventaja para un Frankfurt que para nada se mostró impresionado y amplió su ventaja gracias a un gran disparo de Lindstrom antes de pasar por vestuarios.

La pasión del Magdeburgo se tradujo a la grada, donde de desató un festival de pirotecnia nada más comenzar la segunda mitad que obligó al colegiado a detener el juego durante unos minutos. El aliento de sus aficionados dio alas a un Magdeburgo que estuvo a punto de recortar diferencias por medio de Kwarteng, que no supo aprovechar un buen centro de Atik. Pareció diluirse el cuadro dirigido por Glasner, pero justo en el momento de menos brillantez supo sentenciar la eliminatoria. Un disparo milimétrico del imperial Kamada ajustado al palo derecho supuso el tercero de la tarde y provocó que el modesto Magdeburgo, definitivamente, bajara los brazos y terminara encajando el cuarto, obra de Alario. Quiere más. No importa que sea ante el campeón de la Champions.

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