El Griezmann de siempre

El francés se aísla del final del mercado y logró el gol del triunfo. Suma un tanto menos que en toda la Liga pasada. Hasta recupera su celebración icónica.

Sergio Picos
As
Antoine Griezmann únicamente piensa en volver a triunfar en el Atlético. Mientras el ruido rodea su figura, con el club apurando las opciones para evitar la obligatoriedad del pago de los 40 millones al Barcelona y con Simeone convertido en su gran valedor pese a ir sumando de media hora en media hora, algo que no obligaría a ejecutar la compra, el francés está respondiendo en el campo.

No le queda otra. Si quiere seguir, debe ser determinante. Sus ocho goles de la temporada pasada, solo tres en Liga, significaron un paso atrás insólito en su carrera, bajando por primera vez de la decena de tantos tras una década goleando (desde la temporada 2011-12). Las lesiones y una sequía alargada desde el 6 de enero se convirtieron en una losa que ha hecho al club replantearse su futuro. Pero, en menos de los 90 minutos que ha disputado en esta campaña 2022-23, ya se encuentra a un gol de igualar sus cifras ligueras de toda el año pasado.

La calidad en los minutos que pide Simeone y que le llevó a hacer el gol del triunfo en Mestalla nada más entrar en el terreno de juego. Asistido por Lemar, que había salido a la par, y con la fortuna que tanto le faltó el curso pasado, su zurdazo tocó en Carlos Soler y se desvió a la red de un Mamardashvili que parecía infranqueable. Griezmann había salido en el minuto 64 para ocupar la posición sobre el campo de Rodrigo de Paul. Caído a banda derecha, el Cholo está acercando al francés a la sala de máquinas para entrar más en juego, siempre avalado por su gran capacidad de trabajo.

En esa nueva faceta, Simeone puede juntar a Griezmann con João Félix y Morata, la pareja que se ha asentado en la delantera gracias a su buen trabajo desde la pretemporada. Ya en la primera jornada el francés había sustituido a Llorente para situarse por detrás del portugués y del madrileño, logrando un gran gol desde fuera del área que rompía con la racha de siete meses en partidos oficiales (antes se había reencontrado con la red en el Carranza). Griezmann ha sido en los tres partidos de Liga un recurso para su técnico desde el banquillo pasada la hora de partido. Entró en el minuto 62 en Getafe, también en el 62 ante el Villarreal y en el 64 en Mestalla.

Unas suplencias que se sostienen por el buen nivel mostrado por los delanteros, pero que tarde o temprano van a complicar los esquemas de Simeone si sigue trabajando así... y no hay sorpresa final en el mercado. Sus goles están comenzando a sembrar la duda de si su entrada a la hora de partido se debe a la idea del técnico de refrescar al equipo o al contrato y la opción de compra que le sobrevuela. Griezmann está haciendo su trabajo, goles, intensidad, determinación y aporte. Hasta ha recuperado su celebración icónica que guio al Atlético en sus mejores noches. El francés ha hecho borrón y cuenta nueva tras la sequía del final del curso pasado y está recuperando su versión de siempre. De quedarse, puede ser el gran fichaje rojiblanco.

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