El Gladbach destapa el talón de Aquiles del Bayern

José Carlos Menzel, As

Parecía invencible el Bayern. Sobre todo después de un mercado estival que dejo perplejo a más de un rival en la Bundesliga tras ver cómo los muniqueses cerraban operaciones como las de Sadio Mané o Matthijs de Ligt. Las primeras tres jornadas le sirvieron a los bávaros para meter aún más miedo a la competencia, firmando un inicio de curso perfecto con tres victorias de tres que hizo resoplar a más de un aficionado interesado en una verdadera lucha por el título en Alemania. Hasta que vino el Gladbach. Una vez más el Gladbach. Y, un año después de echar al Bayern de la Pokal con una manita, se llevó un punto de Múnich que demuestra que el todopoderoso gigante sigue siendo humano.


Tal y como suele ser habitual, el Bayern fue el equipo que propuso desde el pitido inicial. Los bávaros gozaron de oportunidades en abundancia para ponerse por delante en el marcador ante un Gladbach que supo que puntuar en el Allianz pasaba por mostrarse de su lado más firme en defensa. Lo logró. Excepto en esos escasos aceramientos que siempre genera un apartado ofensivo como el del Bayern y que Mané materializó, eso sí, situándose en fuera de juego en hasta dos ocasiones. Fue un muro el Borussia.

No cambió la cosa en una segunda mitad en la que el Bayern siguió acosando por medio del imperial Sané, Müller y el propio Mané, pero no logró descifrar el enigma defensivo del Gladbach. Se desquició el campeón. Y terminó recordando a ese vulnerable Bayern del curso pasado cuando Upamecano erró en un despeje y permitió que Thuram encarase a Neuer para dar la campanada en el coliseo muniqués. Se rebeló el Bayern. Acosó al Gladbach. Pero se topó con un descomunal Sommer bajo que sostuvo a los suyos hasta que Sané, al borde del final, logró salvar un punto para los suyos. No fueron más debido a los incontables reflejos de un Sommer que terminó firmando un partido para el recuerdo y salvando un punto que sabe a gloria en Moenchengladbach.

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