El día que Irán condenó a muerte a Salman Rushdie: “Pido a todos los musulmanes que lo ejecuten donde lo encuentren”
El autor que fue atacado este viernes cuando se preparaba para brindar una conferencia en Nueva York fue objeto de una fatua del Ayatollah Khomeini por una novela que conmovió al mundo
Su libro The Satanic Verses (Los versos satánicos) está prohibido en Irán desde 1988, ya que muchos musulmanes lo consideran una blasfemia y contrario al islam. Un año después, el entonces líder de Irán, el ayatolá Ruhollah Khomeini, emitió una fatua, o edicto, pidiendo la muerte de Rushdie.
Al traducir al árabe la novela, se mantuvo erróneamente lo de “versos satánicos” (en vez de ‘grullas’). Así se originó un malentendido: dio a entender que no se trataba de unos descartes del texto, sino la blasfemia de que el Corán había sido dictado por Satanás, según la interpretación del medio La Vanguardia de España.
Fatua quiere decir persecución a muerte a Salman Rushdie y a todos lo que estuvieran involucrados en Los versos satánicos. El texto de la proclama de Khomeini del 14 de febrero de 1989 es claro: “Comunico al orgulloso pueblo musulmán del mundo que el autor del libro Los versos satánicos —libro contra el islam, el Profeta y el Corán— y todos los que hayan participado en su publicación conociendo su contenido están condenados a muerte. Pido a todos los musulmanes que los ejecuten allí donde los encuentren”, cuenta Rushdie en Joseph Anton, Memorias del tiempo de la fatua, (2012), donde el autor narra cómo comenzó la segunda parte de su vida.
En un país religioso como Irán, las fatuas son potestad de una autoridad religiosa de alto rango y tienen el mismo valor que una ley. En general no son condenas a muerte, y ha sido por ello que la emitida contra Rushdie ha sido tan polémica. En cualquier caso, el único que puede anularla es aquella persona que la emitió. El problema es que Khomeini está muerto, por la tanto su fatua condenatoria no tiene vencimiento.
En 2016, se ofreció una recompensa de 3,9 millones de dólares por matar Salman Rushdie. Eso se disponía a pagar el régimen de Teherán, a través de organizaciones religiosas y medios estatales, a quien aplicara el edicto religioso emitido el 14 de febrero de 1989 por el entonces ayatollah Ruhollah Khomeini.
En Los versos satánicos aparecen ciertas marcas que los religiosos condenaron: por ejemplo, el uso del nombre Ayesha (que fue la esposa más joven de Mahoma) para referirse a una prostituta, llamar bastardo a Abraham, la historia de Salman Farsi (que fue compañero de Mahoma y que aparece ridiculizado en la novela de Rushdie) entre otras alusiones directas.
El problema surgió desde el título de la novela, Los versos satánicos, hasta determinados guiños precisos. Por un lado, el nombre del protagonista, Gibreel Farishta, en urdú, significa Ángel Gabriel; esto lo convierte en el ángel que, en la tradición islámica, sirvió de intermediario entre Alá y Mahoma en los dictados que más tarde compondrían el libro sagrado musulmán: el Corán.
Dice la tradición que hay unos versos que Gabriel entregó a Mahoma en los que se incluía a tres deidades femeninas que luego fueron quitados, negados por el arcángel, por constituir versos blasfemos. Se dice que estos versos (que sembraban el politeísmo y la existencia de mujeres en el Corán) habían sido dictados por el diablo y la liturgia los etiquetó como versos satánicos.
Los versos satánicos se publicó en Londres en septiembre de 1988. A partir de ese momento los hechos políticos - censura, persecución, asesinatos- se sucedieron locamente: El 5 de octubre se prohibió en la India. El 8 de noviembre el libro ganó el premio Whitbread a mejor novela (un premio de cierto prestigio en Reino Unido). El 22 de noviembre el jeque Gad el-Haq Ali Gad el-Haq pronunció en El Cairo una declaración contra “el libro blasfemo” e instó a los musulmanes británicos a emprender acciones legales contra el autor. El 24 de noviembre se prohibió la novela en Sudáfrica y el 28 de diciembre hubo una amenaza de bomba en la sede de Viking, la casa editorial en Londres. ¡Y sólo iban tres meses desde su publicación!
La trama continúa: el 14 de enero de 1989 se suceden las primeras manifestaciones en Brandford, un pueblo cerca de York, con quema pública de la novela (sí, quemaron los libros) y el 15 de enero la cadena de librerías W.H. Smith retira el libro de sus 430 librerías. Escándalo.
El 27 de enero, la ola de fanáticos antinovela llega a Londres: hay manifestaciones en Hyde Park en las que se pide a la editorial ¡que retire el libro!
Empiezan los disturbios más complicados: el 12 de febrero, frente al Centro Cultural de Estados Unidos en Islamabad, Pakistán, con un resultado de cinco muertos y sesenta heridos. El 13 de febrero, protestas en Kashmir, India, dejan un muerto y más de cien heridos. Entonces, el golpe de gracia llega desde el poder el central, la violencia es manifiesta y total: El 14 de febrero el ayatolah Khomeini lanza la fatua que cambiaría la vida de Rushdie.