EINTRACHT 1 - BAYERN 6 Naufragio del Eintracht

El Bayern marca el camino al Madrid con una sonrojante goleada antes de la Supercopa. Musiala, Mané y Gnabry, sublimes ante ‘Las Águilas’.

Fernando S. Tavero
As
El Madrid ya conoce la receta para ganar la Supercopa el miércoles. El Bayern le marcó el camino y aplastó a un Eintracht que se llevó un tremendo golpe de realidad. Una goleada sonrojante que deja claro que su debilidad es una defensa que estuvo invisible en el partido inaugural de la Bundesliga. Glasner, eso sí, no quería titubeos y salió de inicio con todo, excepto un Rode que ocupó el lugar que habitualmente es de Kamada. El objetivo era añadir blindaje y percutir en oleadas a la contra, pero el plan se topó con Nagelsmann y su once supercampeón de Alemania días atrás ante el Leipzig (3-5).

Kostic, Borré, Götze, Gnabry, Müller, Musiala, Mané..., y la afición de Las Águilas inundando de humo el fondo que defendía Kevin Trapp. Alineaciones afiladas en un Deutsche Bank Park caldeado. Mucha pólvora que no tardó en explotar. La defensa de tres del Eintracht se derrumbó y el Bayern ya había asaltado doblemente el castillo francfortés a los diez minutos. Kimmich penalizó en el 5′ una barrera mal colocada, para dejar con el molde a Trapp por el palo corto. Pavard, instantes después, mandaba a la red un latigazo a la salida de un córner. A las primeras de cambio, el Madrid ya conocía la receta para agrietar al Eintracht el próximo miércoles.

Los bávaros se sentían comodísimos. Musiala, indetectable entre líneas; Mané y Gnabry, cambiantes en el frente de ataque; Sabitzer y Kimmich organizando de manera placentera. De Ligt y Gravenberch, pensando en el banquillo cómo abrirse hueco en un once que arranca el curso engranado como un reloj suizo. El Eintracht enseñaba aisladamente los dientes, con un testarazo al larguero de Tuta y una jugada de Lindstrom que falló ante Neuer tras un zigzag fantástico en la frontal. Espejismos. Los campeones parecían querer reeditar la Bundesliga ya en la primera jornada.

Müller falló de forma estrepitosa con Trapp ya batido. Luego sería Musiala el que rozó el tercero con un zapatazo que acabó en el larguero y antes de la media hora Mané rompería el cántaro de nuevo a pase de Gnabry, con un certero cabezazo. Su sociedad promete. Y Müller se resarcía, entregando el cuarto y el quinto. Primero al incansable Musiala, que huele a estrella a los 19 años; después permitiendo a Gnabry ser también goleador y no solo asistente. Cinco goles, cinco goleadores diferentes. Sin Lewandowski, nueve goles en partido y medio. El nuevo plan también funciona.

Trámite

La segunda parte fue un auténtico trámite, aunque los locales salieron con otra cara. Kostic (¿partido de despedida del Eintracht?) aparecía tímidamente y Jakic, uno de los recién ingresados, marcaba tras un barullo. Aunque el VAR arrojaba más agua a los de Glasner. Neuer sacó su parte diablesca para no apagar la llama y perdió el balón por arriesgar en exceso, regalando el tanto a un Kolo Muani que había entrado en el descanso por Santos Borré. Minutos también para Tel, que a sus 17 años se ganado el traspaso al Bayern a pesar de su escasa experiencia con el Rennes en Ligue 1. Encuentros de este tipo son ideales para que el francés se vaya desfogando. No obstante, y el que reclamó protagonismo fue Musiala una vez más, marcando el sexto tras una combinación dentro del área con Sané. Severo correctivo para el Eintracht a escasos cinco días de jugarse su primera Supercopa de Europa ante el Madrid y un set para el Bayern con el que abrir boca y gritar a los cuatro vientos que la undécima Bundesliga consecutiva viene en camino.

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