Casi 60 millones de pérdidas acumuladas complican la planificación final del Sevilla
Un delantero y un centrocampista se presumen prioritarios para que el Sevilla se revitalice, tras el estrepitoso inicio de curso contra Osasuna y el Valladolid. Los milagros no existen, ni el campo, ni en las finanzas. El verano de 2020 sólo originaron ganancias las ventas de los canteranos Carlos Fernández (Real Sociedad), Sergio Rico (PSG) y menos de cuatro millones la marcha de Kjaer al Milan. Poco más de 20 millones en total, que en 2021 aumentó ligeramente con el traspaso de otro filial, Bryant Gil al Tottenham, más la escasa producción por Arana (Fluminense) y Sergi Gómez (Espanyol).
Monchi diseña planteles competitivos muy por encima de los recursos que genera la entidad (el 81 por ciento procede de los derechos de televisión y del maná de la UEFA Champions League). Los traspasos equilibran las cuentas. El modelo lleva funcionando tres lustros con un notable elenco de jugadores y muchos títulos.
En la mencionada Junta, los rectores sevillistas presentaron unas pérdidas de 41 millones de euros. El lastre de la pandemia (sólo 13 millones en ingresos por abonos y entradas en la temporada 20/21 y el reintegro de una parte del ejercicio 19/20 por el cierre de los estadios), la escasez en traspasos y la apuesta decidida por mantener a los mejores en el plantel les obligó a anunciar números rojos. Ha pasado un año y las nuevas pérdidas, aunque se redujeron a la mitad, rondan otros 20 millones. En total, 60 millones que maniatan las gestiones para rematar la plantilla.
El Sevilla, en su afán de mantener el nivel, siguió potenciándose esos dos ejercicios, con más o menos aciertos, pero con importantes cantidades: Suso, Óscar Rodríguez, Idrissi, Acuña, Papu Gómez, Bono, Rekik y Rakitic, en la temporada 20/21; y Rafa Mir, Montiel, Delaney, Augustinsson, más Tecatito y Martial en el mercado invernal del pasado ejercicio.
El panorama contrasta con la bonanza que se encontró Lopetegui, cuando tomó los mandos. El Sevilla ingresó algo más de 120 millones de euros, sin contar el ahorro en fichas ni ciertas variables en cesiones o rescisiones de contrato. Se denominó la gran revolución de Monchi, el hijo pródigo tras su aventura en la Roma. La plantilla dio un vuelco.
Algo similar presumían aficionados y no aficionados que manejan números sin base alguna este verano. El montante de los traspasos refulgentes de Diego Carlos y Koundé, más otras operaciones menores alcanzaron los 100 millones. Tapó agujeros previos y le dio alas a la planificación que está en marcha. El siguiente paso debería ser el préstamo, sin opción de compra, de Rony Lopes al Troyes. El City Football Group echó sus redes al equipo francés cuando militaba en Segunda División. El extremo ya suma en la máxima categoría acumula 153 encuentros.
El portugués es un viejo conocido de la franquicia liderada por el Manchester City. A sus escalafones inferiores se incorporó en 2011 con 16 años. No llegó a jugar en la Premier. Con contrato hasta 2024, llegó al Sevilla del Mónaco en una operación cruzada que desembocó con la despedida de Ben Yedder. La operación ruinosa acabó en periplo por diferentes cesiones: Niza y Olympiakos, donde aportó cuatro goles y cuatro asistencias en 27 partidos. De concretarse el trato, vestiría la cuarta camiseta en Francia, ya que también militó en el Lille.
El dorsal 25 está reservado para él, pero no activado, por si se frustra una nueva cesión. Su vacante y otros movimientos en la cuenta atrás del cierre de mercado sí abrirían la espita a más caras nuevas. De momento, imposible.