Boca: sin líder y con un plantel más expuesto

Benedetto le erró feo en el cruce con Zambrano y ahora la pagan todos.

Olé

Fue tan ridículo lo que pasó que hasta Riquelme se calentó y, en llamas, fue a encarar a los jugadores al hotel. Ya no alcanzan los títulos locales a lo largo de su gestión como vice a cargo del fútbol, las veces que eliminaron a River en las definiciones por penales, que Boca sea el único clasificado a la Libertadores 2023 y otras miradas positivas autorreferenciales. Román se cansó (¡bien hecho, no hay otra!), y para que haya mostrado su hartazgo...


A horas de una nueva Bombonera llena y fútbol de noche (contra Central), Boca solito otra vez se puso en el foco de atención de todos. Hasta tapando el malestar por el penal increíble que no le cobraron en la última jugada del partido. Seguro que para esos nervios, esa tensión, suma el contexto, todo lo que se viene viviendo en los últimos tiempos (pelea por premios en una previa de partido decisivo, eliminación por Libertadores, la roja a Battaglia DT, el Rossi-gate, la llegada de Romero), pero en esta Benedetto se tiene que hacer cargo de lo suyo como referente. Esto no es errar un penal y luego pedir el quinto de la definición y pifiarlo, esto es peor. Esto no es de líder e irse a las manos no se justifica con la adrenalina a full.

No es de líder lo que hizo otra vez Benedetto, plantarse en el medio de la cancha a puro grito sabiendo que, con micrófonos bien cerca, es como publicar en redes sociales. Y sin palabras autocríticas, sino responsabilizando a otros. Sin consciencia de su baja prestación y su falta de gol. Zambrano no se la bancó, respondió con frase picante y desencadenó ese cruce de manos que no es ejemplo de nada, 100% merecedor de sanciones para intentar poner un límite, el que no había tenido hace un tiempo la trompada de Fabra a Izquierdoz en marzo de 2021 en pleno partido. En Boca, más allá de la voz ascendente de Rojo, está claro que líderes se buscan. Y que los jugadores están cada vez más expuestos.

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