Boca: los riesgos de ser, parecer y sentirse un DT interino

El ciclo de un técnico temporal puede volverse tedioso y, si no se dan los resultados, convertirse en una larga agonía.

Ramiro Scandolo, Olé

Interino es provisional, temporal, alguien que sustituye a otra persona y como tal, parece estar de paso y difícilmente pueda sacarse ese rótulo. Ya sea que dirija un partido o 50. Es lo que hay entre un ciclo y otro. Es entrar al purgatorio para luego intentar alcanzar la gloria con quien venga después, así el DT pasajero gane un título como tuvieron la suerte el Chino Benítez en el 2004 o Sebastián Battaglia durante 2021 y 2022. El interino es interino, y rara vez termina bien.


Interino después de interino es todavía más difícil. Pierde el golpe de efecto, pierde la sorpresa y la gracia, y en consecuencia también puede perder la influencia sobre los jugadores. Y es más difícil todavía para el interino si encima carga con la mala experiencia de su predecesor, como es el caso de Boca: no vale dejar de sentirse interino e intentar hacer su camino. Porque cuando Battaglia dejaba de parecer interino, lo echaron.

A Ibarra como a Battaglia, sin embargo, intentaron sacarle el rótulo pero sólo para el afuera, no para darle independencia en su cargo y sus decisiones. De hecho, hasta Darío Benedetto dudó de su actual DT al sugerir que Izquierdoz no había salido por cuestiones futbolísticas.

La inconsistencia nace de adentro. En la conferencia de "confirmación" del Negro en el cargo no pudieron salir de las contradicciones entre Jorge Bermúdez y Jorge Amor Ameal, uno diciendo que se iban "a tomar todo el tiempo necesario para elegir al próximo entrenador" y el otro, asegurando que "Ibarra no es temporal".

"Si a un técnico interino lo ponen unos meses, igual sigue siendo interino", dijo Fabián Vargas, nueve veces campeón con el club entre 2003 y 2009, y enseguida explicó que en los interinatos "el jugador no tiene el mismo rendimiento y puede perjudicar a Boca".

Así, interino confirmado en el cargo no parece ser más que una transición infinita, la cual puede volverse tediosa y, si no se dan los resultados, convertirse en una larga agonía. 


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