Alaba es la opción secreta
El austríaco aparece como otra alternativa sólida como pivote defensivo. Ha jugado 31 partidos como ‘5′ en el Bayern y otros 14 con Austria.
Alaba tocó la puerta de la élite a través de sus actuaciones como lateral izquierdo y ahora brilla como central, pero ya en su primera temporada asentado en el Bayern, la 2011-12, dio muestras de su facilidad para jugar más adelantado y centrado. En seis ocasiones apareció como mediocentro y otras cuatro como pivote. Tenía 20 años y su capacidad de anticipación, despliegue físico, solvencia organizativa y magnífico sentido táctico convencieron a Heynckes cuando apretaban las urgencias. Y, a partir de ahí, ha ido trufando apariciones en la sala de máquinas hasta acumular 79 encuentros en el centro del campo (31 como pivote y 48 como volante). Eso a nivel de clubes, pues si añadimos Austria a la ecuación habría que sumar otros 58 (14 y 34).
Tchouameni dio un paso al frente ante el Celta y Camavinga y Kroos conocen la posición, pero Ancelotti es consciente que la opción Alaba está ahí. Eso sí, tendría que desmontar esa sociedad que le ha llevado al Dorado en su segunda etapa en el Madrid. “No quiero cambiar la pareja del año pasado (Militao-Alaba)”, deslizó Carletto en pretemporada ante la posiblidad de que el ‘4′ ejerciese de ‘3′ este curso, impulsado por el aterrizaje de Rüdiger, algo que se intuía predefinido a tenor de los galones con los que llegaba el alemán al Paseo de la Castellana. Los planes del de Reggiolo están siendo otros, pero la temporada es larga, con un Mundial a medio camino.
Ya ha señalado el técnico que en la 2022-23 habrá más rotaciones y el peligro del excesivo kilometraje puede obligarle a tirar de recursos. Cuando en el Bayern o en su selección lo ha requerido la situación, Alaba ha estado listo. En el Madrid también lo estará. En el equipo muniqués, de hecho, aún se lamentan de haberle dejado marchar. “Le ofrecimos mucho dinero, desde nuestro punto de vista. Hubo una reunión con los asesores de David y le dimos un ultimátum, les dijimos que David tendría que tomar una decisión. Desde el punto de vista de hoy, diría que quizás no era necesario, que había que dar un plazo a un jugador de la calidad de David”, dijo Salihamidzic en julio tras comprobar cómo había caído de pie en Chamartín. Hasta ahora, ningún reto le ha venido grande. Ni heredar el ‘4′ de Ramos, ni la salida de balón del camero. Incluso se permitió ‘el lujo’ de dejar una celebración icónica, silla al aire mediante. Es más, últimamente se ha puesto incluso el traje de goleador cuando ha sido necesario. Si recibe la llamada del centro del campo, seguro que la escucha gustoso.
