Alaba, el pichichi inesperado
El austriaco sorprende y es el máximo goleador madridista, con dos dianas en sólo 106 minutos... Ancelotti lo vaticinó.
El golazo de falta del austriaco en Almería, el 1-2, le confirma como el auténtico especialista en esa suerte del equipo. Desde que llegó, en el verano pasado, los dos únicos goles de lanzamiento de falta del Madrid han sido suyos. Este y el que hizo en la pasada Champions en Tiraspol (el 0-1 al Sheriff).
Tanto es así que el propio Ancelotti, que asiste a los entrenamientos (Kroos y Casemiro son los otros especialistas principales, ellos con la derecha) supo que se venía una maravilla del austriaco cuando le dio paso. “Justo antes de salir me dijo que iba a marcar ese gol”, confesó luego Alaba en zona mixta. “Cuando vi que entró fui a decirle que tenía razón”.
Para Alaba estar afilado en ataque no es asunto menor visto el aumento de nivel que supone el fichaje de Rüdiger. De momento se impone la idea del austriaco, aprobada por Ancelotti, de que no abandone el centro de la defensa (y esa pareja junto a Militao) salvo rotaciones o momentos puntuales. Dos goles en dos partidos es la manera más vistosa de hacerse imprescindible...
La aparición inesperada de Alaba, por cierto ausente para sorpresa de no pocos de la reciente lista de los 30 finalistas al Balón de Oro, mitiga la dependencia de Benzema. El francés sigue sosteniendo la responsabilidad, pero para los días que no ve puerta el resto está obligado a aparecer. Especialmente los veteranos. Una premisa que se cumplió en Almería, con Lucas Vázquez (31 años) y Alaba (30) solventando una noche floja de parte de la sangre nueva, con Tchouameni y Camavinga en problemas.
Un ímpetu goleador, el de Alaba, que le aflora lejos del Bernabéu (sus cinco goles como madridista fueron como visitante) y que está más activo incluso que la temporada pasada. Ya está a un solo gol de alcanzar los tres que hizo en su primer año en el Madrid.