Wimbledon. Ons Jabeur, la primera tenista árabe que alcanza la semifinal de un grande, admira a Cristiano
La tunecina, número 2 mundial, superó a la checa Marie Bouzkova y está entre las cuatro mejores sobre el césped; una historia diferente
Jabeur, de 27 años, que ya era la primera jugadora árabe en alcanzar los cuartos de final de un Grand Slam en 2020 en el Abierto de Australia, se enfrentará este jueves con la alemana Tatjana Maria, por un puesto en la final. Un sueño imposible, si hasta no hace mucho se desvivía por alcanzar la segunda o la tercera rueda de algún torneo remoto. Le costaba, no podía, más allá de su mano cálida, que “está enamorada de los drops”.
”Estoy muy, muy feliz, sobre todo porque pasó en esta pista que adoro”, comentó la atracción de Wimbledon al término de su partido, que duró 1 hora y 47 minutos en el court central. ”Sabía que ella me haría trabajar en cada punto y estoy contenta de haberme despertado en el segundo set y después de haber jugado muy bien en el tercero”, añadió.
Sobre su rival, el último listón rumbo a la finalísima, confesó: “Tatjana, la quiero, es una gran amiga... ¡mi compañera de barbacoa!”. Es la cuarta jugadora africana en alcanzar las semifinales de un torneo de Grand Slam en la era abierta, después de las sudafricanas Annette du Plooy (Roland Garros 1968), Yvonne Vermaak (Wimbledon 1983) y Amanda Coetzer (Abierto de Australia 1996 y 1997, Roland Garros 1997).
Pero Jabeur es la primera jugadora árabe que alcanza una semifinal de las grandes. Admira a Cristiano Ronaldo (era fanática de Real Madrid, ahora se convirtió al Manchester United... hasta nuevo aviso) y Gabriela Sabatini, nuestra Gaby, la adora a la distancia. “Tiene una mano sorprendente”, afirma. Ons es una sensación: cuando gana, se ríe, abre los brazos como lo hacía Mario Kempes al festejar un gol.
“No importa quién venga, voy a seguir peleando hasta el final porque realmente quiero el título”. Nació en Ksar Hellal, una pequeña ciudad de unos 50.000 habitantes, próxima al Mar Mediterráneo. Es la hija de Ridha y Samira, que fue quien la inició en el mundo de las raquetas, porque adoraba jugar tenis, y le trasladó esa pasión a Ons, la única de sus cuatro hijos que abrazó el tenis desde los tres años. Ons fue campeona juvenil de Roland Garros en 2011, pero le costó hacerse lugar en la elite profesional. Se esforzó mucho, pero lo logró. Tres títulos, dos sobre hierba, número 2 mundial, el universo árabe (y el terreno occidental) la esperaban con los brazos abiertos. Una vez debía triunfar a lo grande, con tamaño desparpajo y un manual de variantes. Es magia: cuando le pega a la pelota, cualquier cosa puede pasar.
“Me encanta el fútbol y soy fanática de Cristiano. Es un gran atleta y una inspiración para mí. Me hice fanática del Madrid gracias a Ronaldo. Estaba muy triste cuando se fue, aunque ahora también soy fanática del United”, contó, tiempo atrás. Sabatini la sigue por TV. “Me gusta mucho Jabeur. Me encanta cómo juega, tiene un juego muy lindo, mucho talento, una mano con la que puede hacer cualquier cosa. (Iga) Swiatek, la numero 1 del mundo, también: me gusta su picardía”, contó Gaby, tiempo atrás. Hace unas semanas, Jabeur fue la jugadora que eligió Serena Williams como compañera de dobles en el tour inglés sobre césped, en su regreso a la actividad.
En una charla con The Guardian, contó algunos aspectos desconocidos de su vida y de su obra. El individualismo, su origen, la psicología en el deporte. “Trato de no juzgar demasiado al resto de jugadores, este deporte es muy frustrante, tenés que aprender a manejar tus nervios durante los partidos. Yo soy alguien que disfruta mucho en la vida, la carrera del tenista es demasiado corta, así que intento cuidar mucho mi carácter, quizá por eso la gente habla así de mí. Ahora tal vez esté teniendo éxito, pero igual en unos años ya no lo tengo. Ahí la gente probablemente se olvide de mí y empezará a pensar en otras jugadoras. A mí me encanta hablar con la gente, interactuar con las más jóvenes, todas son muy agradables. Ya sabes, después del tenis la vida sigue”, sostuvo.
Su vida, su obra. Su responsabilidad social, su lugar como única mujer árabe en el circuito de tenis femenino. “Me veo como alguien que está en una misión. Me digo a mí misma que yo he elegido el lugar en el que estoy. Digamos que elegí inspirar a la gente. Elegí ser la persona que soy hoy en día. Tal vez alguna chica esté viendo la televisión y quiera estar algún día en mi lugar. Quiero enviarles un mensaje: si yo he podido, otras pueden. Quiero compartir todas mis vivencias algún día y conseguir que más y más generaciones jueguen al tenis. Así pues, no veo nada de esto como una carga, lo veo como un placer y una responsabilidad. Es parte de mi trabajo y es un motivo por el que juego al tenis”, advierte Jabeur, que habla en árabe, inglés, francés y algo de ruso. Desde hace siete años está casada con Karim Kamoun, que es también su preparador físico, mientras que su compatriota Issam Jellali es su entrenador.
El humor es su cable a tierra. Sueña a lo grande y, al mismo tiempo, camina y bromea en el All England. “Con todos los jugadores vestidos de blanco y los aficionados tan elegantemente vestidos, Wimbledon me recuerda a una boda. Me encanta la historia y las tradiciones, como el kit completamente blanco y todos comiendo frutillas, es simplemente increíble”, cuenta. Como su historia.