Vanhaevermaet rebaja la euforia de una Islandia peleona
La selección vikinga, pese a llegar como la cenicienta, puso contra las cuerdas a Bélgica. Se adelantaron con un tanto de Berglind, que había perdonado un penalti en el primer tiempo. Las belgas reaccionar a tiempo para salvar un punto.
La selección vikinga se mostró vertical y con esa dinámica puso en apuros a Bélgica, teóricamente superior y favorita en el choque. Jónsdóttir fue la islandesa que llevó más la batuta y se convirtió en un quebradero de cabeza para la zaga belga. Se mostró predispuesta, encaraba y con algún que otro centro envenenado que hacia torcer el gesto a Serneels, seleccionador rival. Pese a que generaban alguna que otra llegada con sus latigazos por las bandas, es cierto que Islandia tampoco creó ninguna gran ocasión en los primeros minutos, las red flames crearon un muro en los metros finales desviando cualquier disparo. Se vio más cerca de marcar Cayman, la estrella de Bélgica, que apuntó estuvo de enganchar un balón que sobrevoló el área pequeña contraria. Pero el marcaje de la defensa le molestó y no pudo ejecutar. La futbolista se tuvo que exprimir para apoyar en las tareas defensivas requeridas por los picotazos de las islandesas y en ataque para tejer alguna de las pocas jugadas que crearon durante el primer tiempo.
A la media hora del partido, Islandia obtuvo su premio tras tanto insistir y justo cuando parecía que Bélgica se animaba a hacerse con el control. El VAR llamó a la árbitra para avisar una mano de Philtjens dentro del área tras un tiro de Jónsdóttir. Mano y penalti. Pero las islandesas lo desaprovecharon. Evrard atrapó sin problemas la ejecución de Berglind. Un disparo flojo y anunciado hacia la izquierda propiciaron que la guardameta atajase el disparo. Aún así, Islandia no se dio por vencida y siguió llegando con las galopadas de Jónsdóttir. Bélgica solo volvió a tener otra ocasión en los últimos compases del primer tiempo cuando Bélgica logró tejer una buena jugada que se culminó con un disparo de Dhont desde fuera del área, rozando el palo.
La segunda parte se inició con un espejismo. Bélgica, aupada por Biesmans, parecía reaccionar y buscar el gol, pero a las primeras de cambios se llevaron un gran sobresalto al ver a Jónsdóttir iniciando un contraataque que la dejaría mano a mano con la portera. Evrard, ágil y atenta, se volvió a vestir de heroína sacando un pie y desviando el balón a córner. Pero el germen del congojo ya estaba en la selección belga. Islandia pasaba de cenicienta a ogro. Cuando se dieron cuenta, Karolina Lea estaba fintando en la banda, amagaba, levantaba la cabeza y colgaba el balón para que Berglind se quitase los fantasmas del penalti fallado y adelantase a su selección. Testarazo desde el segundo palo que logra colar entre las manos de Evrard.
Islandia se gustaba y se atrevía. Como lo demostraba Sara Bjork. Un balón que parecía llovido del cielo trató de rematarlo de chilena. No hubo éxito y Bélgica intentaba salir de su letargo. Primero lo intentó Vanhaevermaet y acto seguido lo haría Cayman en un mano a mano que se saldaría a favor de Sigurdardóttir. Solo un error de Gunnhildur, cometiendo penalti sobre Dhont, equilibró la balanza. Vanhaevermaet no perdonaría desde los once metros y pondría el empate. A partir de entonces el partido se convirtió un intercambio de golpes. Wullaert intentó primero la remontada y posteriormente respondería, en busca de devolver la ventaja para Islandia, Brynjarsdóttir con una doble ocasión. El empuje belga tras el empate propiciaba que la balanza fuese cediendo a su favor, pero Sigurdardóttir, con sus paradas, bloqueaba cualquier balón que amenazaba su portería. El punto se antojaba a poco para Islandia tras el partido realizado, pero se volvió más dulce cuando en el minuto 89 la árbitra principal cambiaba en un par de segundos la decisión de señalar penalti sobre Cayman a favor de Bélgica para indicar fuera de juego. Un susto que hacía el punto más agradable para empezar la Eurocopa