Un bombazo de Nahuel Barrios le dio al Ciclón un empate sufrido por un nuevo penal errado por Adam Bareiro
Igualaron 1-1 en el Nuevo Gasómetro, resultado que no le sirvió a ninguno; al 9 del equipo de Insua le anularon bien un gol por falta sobre el arquero Herrera
Hay una realidad: San Lorenzo trata de acomodar las piezas de su rompecabezas como puede. Y en el medio de la incertidumbre general que atraviesa, semana tras semana le surgen algunos focos de conflicto. En las últimas, puntualmente con dos juveniles que en definitiva son algunas de las joyas de la casa: Agustín Martegani y Nicolás Fernández Mercau. En la fecha anterior, contra Unión, el primero regresó a la titularidad tras algunos roces. De acuerdo al propio DT, acusó una lesión en la previa del partido contra Central Córdoba por la cuarta fecha, en el medio de un rumor de un supuesto interés de un club extranjero. Por ahora, quedó en la nada.
El enojo de Fernández Mercau
Lo de Fernández Mercau es aún más profundo: enojado por la negativa del club ante la oferta que llegó por él desde la Bundesliga de Alemania (Hoffenheim), se negó a entrenar y no quiso jugar ante el conjunto cordobés. Por eso, su lugar fue ocupado por Tomás Silva. Según se supo, la oferta es de 3.200.000 de euros. Y a San Lorenzo le quedarían 2.500.000, por lo que la consideran insuficiente. “Invitamos al jugador a que reflexione. San Lorenzo lo formó, le dio todo. Si sigue con su postura de no jugar, veremos en su momento qué hacemos”, afirmó Sergio Costantino, secretario del club.
Por otro lado, se sumó el quinto refuerzo a las filas azulgranas: Andrés Vombergar. Este centrodelantero nació en Villa Luzuriaga, disputó un partido para la selección de Eslovenia y hasta hoy nunca pisó las canchas argentinas en la primera división. Ahora, a los 27 años, cumplirá uno de su sueños: “Decidí volver al país porque tenía la espina de jugar en la máxima categoría y este es un club gigante”, remarcó el atacante que hizo inferiores en River y jugó en Ituzaingó, Fenix y Los Andes. En el exterior, pasó por Olimpija (Eslovenia), FC Ufa (Rusia) y San Luis (México).
En el Nuevo Gasómetro se planteaba el cruce entre dos conjuntos que buscan salir de la irregularidad. El Ciclón, por la gran cantidad de empates que acumula en el certamen. Mientras que Talleres, que se clasificó a los cuartos de final de la Copa Libertadores, precisa hilvanar un par de triunfos para escaparle a los últimos lugares en el torneo doméstico. En definitiva, el 1-1 no le sirvió a ninguno.
Y fue San Lorenzo quien comenzó veloz y decidido en los primeros minutos. Con la iniciativa y ataques por los costados comandados principalmente por Ezequiel Cerutti. Sin embargo, poco a poco, Talleres comenzó a arrimar peligro. A los 7 minutos, en una acción muy rápida, Federico Girotti conectó un centro atrás y se encontró con una atajada estupenda de Sebastián Torrico. Tras eso, Matías Catalán, de pique al suelo, metió un cabezazo que vulneró la valla azulgrana. Fue un cachetazo de Talleres que despertó a su adversario de ese inicio en el que trató de adueñarse del desarrollo del juego.
Con el Ciclón mal parado, Talleres se hizo dueño en el trajinar del mediocampo. Exultante desde lo anímico, Diego Valoyes -siempre incisivo, el mejor del partido- encontró profundidad por la derecha. Antes de los 20 minutos, Federico Gattoni salvó la segunda conquista de los visitantes. Así, con un planteo audaz en ese arranque, el equipo cordobés fue ganando posiciones y se paró con personalidad.
Por momentos el andar del Ciclón arrojó los mismos síntomas preocupantes de los dos últimos partidos que finalizaron en empates. En los primeros 45 minutos, todas las intenciones se disolvieron entre la ausencia de un conductor del juego, la incertidumbre que genera saber si Adam Bareiro tendrá una buena tarde o no y la inconstancia de varios de sus futbolistas. “¡Movete, Boedo, movete!”, empezó a bajar desde las tribunas. Ni siquiera le alcanzó cuando Agustín Giay giró con inteligencia en el área y generó un penal tras un agarrón de Enzo Díaz, que fue expulsado. El remate del goleador paraguayo -similar al que ejecutó ante Boca- se fue al lado del palo derecho de Guido Herrera, otro de los destacados de la tarde.
San Lorenzo comenzó el segundo tiempo con otro semblante. Ingresó Gonzalo Maroni, quien hizo su estreno con esta camiseta. Rápidamente, Federico Gattoni empujó la pelota hacia la red tras un rebote, pero Bareiro chocó al arquero Herrera y le cometió una infracción. El árbitro Patricio Loustau anuló la conquista a instancias del VAR.
Lo cierto es que Boedo sufrió por la falta de profundidad. Con Talleres más replegado tras la expulsión de Díaz, a los locales les costó generar situaciones de riesgo. No les fue sencillo vulnerar las dos líneas defensivas del conjunto que dirige Pedro Caixinha. Los cordobeses sabían que debían esforzarse más porque la diferencia era mínima.
Lo mejor del partido
El paso de los minutos llevó a impacientar a los hinchas azulgranas. San Lorenzo se repitió en centros y un par de remates de media distancia. Volvió a mostrar dificultades e incapacidad para saber manejar los tiempos de un partido. Torrico volvió a salvarlo tras una arremetida de Ulises Ortegoza.
Cerca del desenlace, Barrios capturó un despeje y, de primera, en el aire, sacó un derechazo maravilloso. Un golazo que lo convirtió en el destacado de la tarde. “Perrito” lo gritó con una mezcla de bronca y satisfacción. Se sabe: el equipo es inestable y con un plantel repleto de juveniles, Insua se las rebusca como puede. Y cuando los objetivos son poco pretenciosos, no queda mucho más para anhelar.