Todos contra el ‘porpoising’

Tras una reunión con la Fórmula 1 y los equipos del Mundial, la FIA anuncia cambios a partir de Spa para “reducir y, con suerte, eliminar el problema a corto plazo”.

María Viñas
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No ha sido tan notorio en las últimas carreras, pero la FIA tenía pendiente tomar cartas en el asunto. Desde la entrada en la nueva era de la F1, una palabra ha estado rondando por el paddock hasta convertirse en algo ya habitual: el famoso ‘porpoising’. Muchos pilotos de la parrilla se han quejado de este efecto rebote que ha surgido a raíz de la entrada de los nuevo suelos de los monoplazas, incluido llegando a ser tan fuertes que provocaron dolores de espalda a ciertos competidores. Entre ellos, la situación más dramática la vivió Hamilton, incapaz casi de salir de su Mercedes.

Por ello, tras el doblete de Silverstone y Austria, con una semana de descanso antes de su nuevas citas, la FIA, Fórmula 1 y los directores técnicos de los equipos del Mundial se han reunido en una nueva Comisión para discutir el tema. Según la máxima organización, su compromiso se basa en “reducir y, con suerte, eliminar el problema a corto plazo”, ya que lo consideran “un asunto de seguridad importante” que se debe tratar cuanto antes. Incluso antes en las últimas carreras “el problema se ha reducido aparentemente”. Tampoco quieren arriesgarse, porque el motivo recae en trazados donde se esperaba un “efecto menor de lo normal”. Pero en pleno ecuador de la temporada, se espera que, de once carreras restantes, haya circuitos donde “este efecto vuelva a ser mayor”.

Bien es cierto que los equipos también entienden “cada vez más cómo controlar el problema”, pero “la tendencia para 2023, con los coches desarrollando más carga aerodinámica”, hará que el efecto empeore considerablemente. Siendo “responsabilidad y prerrogativa de la FIA” intervenir en la seguridad de los pilotos, la organización ha decidido modificar el reglamento, “sin estar incluidas por la posición competitiva en la que se encuentra cada equipo”. Estas medidas se pondrán en marcha desde el Gran Premio de Bélgica, en Spa (31 de julio), siendo una solución a corto plazo, pero sin dejar de trabajar en vista a un futuro lejano.

Por el momento, la decisión de la FIA es la siguiente: los patines deberán ser más rígidos y se medirá su desgaste; además, se introducirá una métrica que medirá el rebote, pero cada coche deberá estar por debajo de un valor durante las carreras. Esta última se podrá incorporar ya desde la próxima semana, en el Gran Premio de Francia, “para conocer todas sus implicaciones en la configuración de sus coches”. Y, de cara a 2023, la FIA ha avanzado ya ciertos pasos a seguir como la obligación a levantar 25mm los bordes del suelo, levantar la parte central del difusor, la introducción de un sensor más fiable para ayudar a cuantificar la oscilación aerodinámica y la introducción de pruebas de deflexión lateral del suelo más estrictas.

Las medidas se someterán a la consideración del Consejo Mundial del Motor a la espera de su aprobación. Además, en la misma Comisión, equipos y organizaciones discutieron el grave incidente de Zhou Guanyu en Silverstone, con iniciativa por ambas partes a introducir medidas más estrictas en “el arco antivuelco para 2023″.

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