Sebastián Battaglia se despidió del plantel tras la decisión ruidosa del Consejo de Fútbol
El exvolante central se presentó en el predio de Ezeiza para agradecerle a los futbolistas y retirar sus pertenencias del vestuario, que será manejado de manera interina por Hugo Ibarra; con su salida, el retorno al plantel de Agustín Almendra; en la Bombonera, hubo pintadas contra Román Riquelme.
Arribó con su auto pocos minutos pasadas las 8. Justamente, detrás ingresó Marcelo Delgado, integrante del Consejo de Fútbol que decidió terminar su contrato tras la eliminación de la Copa Libertadores, a través de la vía de los penales y en manos de Corinthians en octavos de final. Aunque Battaglia aseguró al salir del predio que “No me dieron explicaciones, pero uno acepta la decisión”, tiene mucha fuerza el hecho de que su picante declaración contra el equipo de trabajo de Juan Román Riquelme también fue letal para que la definitiva fractura entre ambas partes concluyera con su despido.
Así las cosas, junto a Juan Krupoviesa (ayudante de campo) y Zacarías Gaggero (preparador físico), se acercó al vestuario para retirar las pertenencias y pararse frente al plantel para agradecerle a cada uno el esfuerzo realizado, la predisposición y los títulos obtenidos (Copa Argentina 2021 y Copa de la Liga 2022). Tras un buen rato en el vestuario y de despedir a otros empleados del Centro de Entrenamiento, Battaglia atravesó por última vez (al menos en lo que fue este primer ciclo como entrenador) el portón de salida, pasadas las 9.30. Ahí fue cuando decidió hablar nuevamente con la prensa, ya como un DT sin ocupaciones, para dar sus sensaciones finales.
“Estoy agradecido a Román, que me dio la oportunidad de dirigir. Después, sucedieron cosas que no están dentro de lo que uno piensa. Sí, ha habido diferentes opiniones durante todo este ciclo y yo siempre he sido muy fiel a mis valores”, volvió a apuntar Battaglia sobre cómo se sintió a lo largo de los casi once meses, constantemente mirado de reojo y sabiendo que puertas adentro no existió un fuerte convencimiento de sostenerlo. “Puedo mirar a la cara a todos y agradecerles el esfuerzo. El día de mañana me puedo cruzar con cualquiera e ir a saludarlo. Me llevo eso: la lealtad que tuve con todos”, cerró, asegurando que se va del club con la consciencia tranquila.
Si bien durante este miércoles había sentido la necesidad de frenar su auto y solicitar a los periodistas de ESPN y TyC Sports la posibilidad de aclarar cuestiones vinculadas a aquellos dichos en los que aludió al Consejo durante la conferencia de prensa post eliminación (especialmente, lo referido a cómo pudieron tomar los jugadores algunas frases como la de “Uno trata de hacer lo mejor con el plantel que tiene”), también fue una oportunidad para dejarle en claro a los hinchas que tenía fuerzas para continuar en el cargo y preparar el encuentro del sábado frente a San Lorenzo.
En este contexto de despedida, se rumoreó en estas horas que los encargados de comunicarle la decisión de echarlo fueron Delgado y Jorge Bermúdez. Lo llamativo de esas noticias fue el lugar en el que se habría producido la reunión final: una estación de servicio YPF en Nordelta. Uno de los periodistas decidió consultárselo a Battaglia esta mañana y, entre carcajadas, lo confirmó: “Ja... Ya está, muchachos. Fue así, se dio de esa manera simplemente”.
Quien estará en el Nuevo Gasómetro de forma interina a cargo del primer equipo será Hugo Ibarra, entrenador de la reserva, que ya dirigió su primera práctica luego de que Battaglia se despidiera de sus ahora exdirigidos. A propósito, no llama la atención quién se volvió a sumar al grupo tras la salida del “León”: Agustín Almendra, que fue apartado del plantel hace cuatro meses por una enorme falta de respeto hacia el ahora exentrenador del club (y algunos compañeros), volverá a ser tenido en cuenta cuando deje atrás una lesión que arrastra en el tobillo. Era una cuestión ya conocida: el Consejo respetó siempre esa determinación de Battaglia, pero si de ellos dependía, jamás hubieran prescindido del volante, de 22 años.
Si bien, generalmente, toda salida descomprime, ésta parece ser diferente. El clima está caldeado: los hinchas podían estar de acuerdo con que Battaglia dejara de ser el entrenador luego de que el ciclo atravesara varios pasos en falso (de hecho, ya se asumía que el 31 de diciembre culminaría su contrato y no sería renovado), pero cayó muy mal que la decisión de sacarlo del cargo en las horas posteriores a la caída ante Corinthians estuviera sustentada, evidentemente, a una frase más que a un resultado adverso.
Aun así, suena extraño lo que se vio esta mañana en la Bombonera y sus inmediaciones: hubo pintadas contra el vicepresidente Riquelme, con el lema “Se terminó el Roman$e”. Principalmente, porque se sabe cuánto lo idolatra el hincha. Sin ir muy lejos, toda el estadio le cantó el cumpleaños el 24 de junio (durante la jornada en la que Boca cayó 1-2 con Unión), lo ovacionó y hasta desplegó una bandera con la frase “Un romance eterno”. Sea como fuere, las pintadas existieron. Y el foco está cada vez más puesto en su figura y en qué decidirá acerca de quién debe ser el futuro director técnico de la institución.
Sebastián Battaglia cerró su ciclo en Boca, que deberá reorganizarse nuevamente en medio de malos humores y un semestre sólo local.