San Lorenzo festejó en el final gracias a su último refuerzo, Andrés Vombergar
Superó al equipo de Gabriel Milito en La Paternal 1-0
Quedará en el recuerdo como el estreno ideal para Vombergar. Este centrodelantero de 27 años nació en Villa Luzuriaga, disputó un partido para la selección de Eslovenia (sus abuelos nacieron allí) y hoy pisó por primera vez una cancha argentina en la primera división. Si bien tuvo un paso por las inferiores de River, su carrera en la Argentina transcurrió en el ascenso. Comenzó en Ituzaingó, pasó por Fénix y luego en Los Andes. Fuera del país, militó en Olimpia (Eslovenia), FC Ufa (Rusia) y San Luis (México). “Todo esto es increíble, casi ni bajé del avión y ya me metieron unos minutos. Estoy muy contento. Puede que sea un oportunista del gol”, dijo el goleador del partido.
A diferencia de lo que ocurrió a lo largo de su ciclo, Insua se mostró más conservador en la previa de este cruce complejo. No detalló públicamente el equipo ni el esquema, algo habitual bajo su mando. Inclusive, en el aire flotaba la duda en relación a si Sebastián Torrico mantendría la titularidad o si Augusto Batalla volvería bajo los tres palos. Finalmente, el ex arquero de River fue quien saltó a la cancha. Además, Gonzalo Maroni tuvo su estreno desde el arranque.
Sin Agustín Giay, que viajó con el seleccionado Sub 20 al Torneo de La Alcudia, en España, el Ciclón recuperó a otro de sus juveniles. Después de negarse a entrenar y ausentarse ante Talleres para ser transferido a Europa, Nicolás Fernández Mercau volvió a la titularidad. El entrenador azulgrana confesó que tuvo una charla con el zurdo. Así, el futbolista dio marcha atrás y le comunicó que volviera a tenerlo en cuenta pensando en lo que se viene. Cabe recordar que los dirigentes desestimaron una oferta de Hoffenheim, de Alemania, por considerarla insuficiente.
Argentinos, se sabe, es un conjunto con una propuesta futbolística ofensiva a la que le adosa actitud y decisión. Con la oportunidad de treparse a lo más alto de la tabla, en su casa, salió a jugar con la idea de ser protagonista. Triangulando, buscando asociaciones. Aunque, claro, ese perfil que tiene el equipo también conlleva sus riesgos. Y en los primeros minutos San Lorenzo también encontró espacios y arrimó peligro de la mano de Ezequiel Cerutti y Adam Bareiro.
Argentinos, ya sin Fausto Vera, intentó algo más, pero no se sintió del todo convencido con la iniciativa. El conjunto de Milito iba hacia adelante, pero no estaba cerca de meter en serios problemas a su rival. A pesar de ser el dueño de la pelota, le costaba encontrarle la vuelta al compromiso. Ya no era el de los primeros minutos. Se mostraba con escasa pimienta y profundidad en los últimos 20 metros. Y San Lorenzo, ordenado, duro como un muro, no se desarmaba en la defensa.
Como ambos se anulaban mutuamente, casi no existieron las situaciones claras de gol. En el breve recuento, los visitantes se lamentaron de un tiro cerca del palo derecho del paraguayo Bareiro. Y de otra acción en la que Cerutti estuvo cerca de abrir el marcador en el área chica. Poco, muy poco.
El tímido primer tiempo de Argentinos llevó a que Milito dispusiera de tres cambios en el arranque de la segunda mitad. Trató de ser más profundo con algunos movimientos posicionales y entraron David Salazar (20 años), Matias Galarza (20) y José María Herrera (17), todos productos del semillero de La Paternal. Lejos de su mejor versión, el equipo estuvo demasiado impreciso con la pelota y no encontró espacios para atacar.
A los 11, San Lorenzo volvió a contar con una situación de riesgo. En una jugada que comenzó con una mano de Maroni, Cerutti bajó la pelota de cabeza y Bareiro la tocó sutilmente por encima de Federico Lanzillotta, pero Lucas Villalba se estiró y sacó la pelota cerca de la línea del arco. Los azulgranas atacaban poco, pero con velocidad. Y buscaron todavía más rapidez cuando ingresó Iván Leguizamón por Bareiro.
Lo mejor del partido
Reinaba la incertidumbre en el estadio Diego Armando Maradona. El Bicho, siempre desde su perfil ofensivo, arrimó gente y copó el campo adversario, pero falló sistemáticamente cuando debió lastimar. Y en el epílogo apareció Vombergar, que empujó a la red un centro de Leguizamón.
A Vombergar -potente, de buen juego aéreo- le surgió una oportunidad soñada en la Argentina. El futbolista que, acá, asistió a una escuela eslovena, por lo que habla perfectamente en este idioma. Inclusive, confiesa que lo aprendió antes que el castellano. El fútbol le volvió a abrir una puerta. Y él puso a celebrar a San Lorenzo.